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Cine

Una vida soñada (Une vie rêvée)

Un plano general de un puente con un edificio gigante de fondo y una figura a su izquierda abre Una vida soñada el segundo trabajo de su director Morgan Simon luego de Compte tes blessures (2016). Ese primer plano es significativo ya que esa figura a la cual no le vemos su rostro pero si escuchamos su voz es la de la protagonista Nicole (Valeria Bruni Tedeschi) quien lleva un paragua rosa, un modo simbólico de de aguantar la realidad que se vera alterada en la siguiente escena  cuando descubra que está en bancarrota, en plena época de navidad, sin trabajo, sin amigos y viviendo en un peligroso barrio de inmigrantes junto a Serge (Félix Lefebvre), su hijo adolescente al que descubre con su novia. Luego de ese golpe de realidad, dejara de lado aquel paraguas y pasara a usar una gorra oscura como toda su ropa, la tristeza la acompañara mientras deambula por un shopping viendo a otras personas, o mejor dicho viendo otras vidas posibles. 

Simon visibiliza con Una vida soñada una realidad social donde una clase media/baja aspira a tener una vida mejor pero esto pareciera negársele. Para ejemplificar visualmente esto filma algunos paneos mostrando los edificios de aquella ciudad alejados de donde transcurre la historia principal, como si nos estuviera diciendo que esa gente que tiene una vida soñada no ve a otra que añora tener una similar. Estos conflictos sociales/culturales también tienen su peso en la relación entre  Nicole y su hijo, ambos siempre al borde del llanto, la mayor parte del tiempo sin compartir plano, mostrando aquella separación y diferencia generacional  que explota en una de las escenas más incomodas del año que irónicamente transcurre en medio de una muy modesta celebración de navidad donde ella le avisa que va a donar su cuerpo para la ciencia solo para que su hijo no tenga que vivir el fracaso que ella vivió.  Lo que sigue es una explosión de violencia verbal y física aterradora que pareciera presagiar que no hay vuelta atrás, que los personajes pueden hundirse aun mas, porque si  hay algo en Una vida soñada es la incomodidad de vidas signadas por el fracaso, la navidad no trae felicidad y tampoco es un tiempo de paz. Ante estos momentos incómodos la puesta en escena  brilla por su oscuridad, como si de una navidad oscura se tratara. Aquel departamento colorido recargado que debería ser un espacio de felicidad y libertad, como atestigua la aparición de color rosa se tiñe de oscuridad de un contexto signado por las decisiones de Nicole.  

Y cuando la cosa parece que se va a poner peor su director toma una breve decisión que hace que su película coquetee con lo fantástico. Nicole se pone un casco encima similar a aquellos emuladores de realidad virtual que la llevara a una escena paralela donde se encuentra con una versión perfecta de ella y de su hijo. Esta decisión también  marca la división en dos partes de esta historia. A partir de ahí, habrá espacio para que la puesta en escena se llene de luz calidad, donde la acción va a transcurrir en espacios abiertos y a la luz de día pero sobre todo va a mostrar el intento de Nicole por sociabilizar con otros personajes de aquel vecindario en especial con una vecina que pareciera ser su reverso ya que esta entregada a la libertad y es quien servirá para que pueda encontrarse a sí misma.

Y aunque es cierto que Morgan Simon por momentos se regodea en lo bajo y despreciable que puede ser una situación y las actuaciones están en el límite de caer en lo grotesco y absurdo, por suerte nunca cae en esa pornografía de la miseria típica del de Alejandro Gonzalez Iñaritu ya que esta historia está dedicada a su madre y tal vez por un dejo de cariño decide que Nicole sea feliz. De esa manera como una especie de versión extraña de ¡Qué bello es vivir! (1946, Frank Capra) entiende que a pesar de los malos tratos el cine puede reconstruir historias, y hacernos testigos de vidas soñadas.

(Francia, Bélgica, 2024)

Guion, dirección: Morgan Simon. Elenco: Valeria Bruni Tedeschi, Félix Lefebvre, Luba Azaval. Producción: Francois Marquis. Duración: 97 minutos.

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