Vincent Quiere a Mar (Alemania, 2009)
Dirección: Ralf Huettner. Guion: Florian David Fitz Producción: Harald Kugler, Viola Jager. Elenco: Florian David Fitz, Karoline Herfurth, Johannes Allmayer, Heino Ferch, Katrina Müller-Elmau. Duración: 95 minutos
Un protagonista con síndrome de Tourrette- trastorno neurológico caracterizado por movimientos repetitivos e involuntarios y la emisión de sonidos vocales llamados tics- su amigovia la cual sufre de anorexia, y un compañero de cuarto obsesivo-compulsivo, emprenden un accidentado viaje al mar de Italia, con consecuencias insospechadas.
Este road-movie es sinceramente imperdible. Ralf Huettner sabe combinar humor con momentos intensos, que con fortuna no caen en un patético dramatismo, dada las características de los personajes principales.
En Vincent quiere a mar podemos encontrar otro claro ejemplo del potencial actoral de la cinematografía alemana. Si el año pasado, August Diehl en Dr. Alemán era uno de los jóvenes actores que despuntaban en el festival, este año Florian David Fitz como Vincent, se perfila sin duda como el gran actor revelación (además de ser el guionista de la película). Mención especial también merecen la si conocida Karoline Herfuth como Marie- seguramente la recuerden en El Perfume como la primera víctima de Jean-Baptiste Grenouille- y Johannes Allmayer como Alex.
Esta película, que fuera una de las más taquilleras de la cartelera germana, cuenta además con ese tipo de desenlaces que optan por apartarse de lo predecible. Y como sabemos, ese es un plus con el que no todas las producciones suelen contar.
Por Romina Gretter
La valentía de animarse a ser uno mismo y de aceptar al resto a pesar de las diferencias se potencia en un road movie tierno, con unos personajes problemáticos pero fácilmente queribles. El trío compuesto por una chica anoréxica, un chico obsesivo compulsivo y un joven con trastorno de Tourette vive una aventura que emociona y divierte.
Vincent, Alex y Marie sufren cada uno una patología diferente, por lo que están internados en una exclusiva clínica psiquiátrica de la que escapan para llegar a Italia. En aquel país Vincent –una maravillosa interpretación de Florian David Fitz – quiere tirar al mar las cenizas de su madre fallecida. Pero el viaje –que inician en un auto robado a la psicóloga de la institución- los lleva a lograr mucho más que solamente llegar a destino.
Llegar a cumplir con el objetivo no es nada fácil, pero en el camino se topan con pequeños desafíos que involucran grandes cambios. Vincent deberá enfrentarse a su padre y demostrarle que detrás de sus tics e insultos involuntarios hay alguien de carne y hueso, con cerebro y corazón. Alex –muy bien personificado por Johannes Allmayer-entenderá que puede vivir un poco más relajado y que el contacto con el entorno no lo enferma; logrará además ser querido y pertenecer al grupo. Por su parte, Marie –interpretada por Karoline Herfurth, quien protagoniza también Berlín 36- aprenderá que debe cuidarse para vivir y disfrutar del amor y la amistad.
Actuaciones muy buenas, como también la fotografía. Escenas de los jóvenes mezclados en paisajes naturales o en pueblos pequeños le dan al film un toque de liviandad mezclada con romanticismo y amistad. El paneo que los muestra sentados arriba de una cruz en la cima de una montaña aporta no solamente una bella imagen, dinámica, sino además la sensación de pureza y de amistad única.
Por María Eugenia D’Alessio