A Sala Llena

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CRÍTICAS

Voces de Familia

 

 

Voces de Familia

Dirección, diseño de luces: Agustín Alezzo. Operador de luces: Julieta Tetelbaum. Operador de sonido: Daniela Calvo. Escenografía y vestuario: Marta Albertinazzi. Producción General: Gabriel Maresca. Elenco: Angela Ragno, Nestor Ducó, Gabriel Maresca, Nicolás Dominici, Salomé Vega, Matías Leites,Hugo Fernandez, Sebastián Argañaraz, Martín Lopéz Pozzo, Alexis López Costa. Prensa: Colombo-Pashkus

 

En un formato poco común, donde se representan dos obras relativamente breves, tendremos oportunidad de ver la producción de dos grandes dramaturgos del siglo XX:  Tennesee Williams con El largo adiós y  Harold Pinter con Voces de familia. Ambas adaptadas y dirigidas por Agustín Alezzo, quien da clases de teatro en ésta sala, recientemente mudada: El Duende. El hecho de ser una sala nueva conlleva el malestar que genera en los espectadores el olor a pintura y/o pegamento que personalmente me ha hecho doler la cabeza de lo fuerte…e interfiere con la comodidad necesaria para observar estas piezas teatrales.

Visión de la Puesta por Agustín Alezzo
“A pesar de ser tan opuestas en sus formas expresivas, estas piezas coinciden con el pensamiento que las anima. Es a tal punto coincidente, que consideré que el título genérico del espectáculo podría tomarlo del título de la obra de Pinter, pues igualmente se corresponde con el contenido de la obra de Williams. La familia es el centro de atención de ambas, y ambas mostradas en un grado de descomposición avanzada e íntimamente dolorosas. La primera, apoyada en una imagen escénica barroca, y la segunda, en un despojamiento extremo casi contrapuesto. Ambas son absolutamente diferentes formalmente, a tal punto que se complementan. Es este aspecto que proponía el espectáculo lo que me atrajo y me impulsó a imaginarlas juntas, a la vez que me sedujo las formas que estos dos formidables dramaturgos han plasmado el tema de manera tan personal, igualmente brillante y absolutamente expresivo y teatral.”

En la primera obra, el protagonista es un buen tipo. Buen hermano, buen hijo, buen compañero, quien debe encargarse de vaciar y deshabitar la casa donde vivía junto a su hermana y a su madre ya fallecida. Esta actividad la realiza en compañía de Silva, un compañero de trabajo y amigo que intenta animarlo y con el que mantiene charlas cruciales acerca del hola y adiós, los momentos vividos, los recuerdos, el paso del tiempo y el devenir de la vida…La mudanza se ve interrumpida por recuerdos del protagonista, quien va re-vivenciando episodios vividos junto a su madre y su hermana y también por los empleados de la empresa de mudanzas (muy realista su actuación!)…quienes van vaciando con pocos cuidados y mucho alboroto la casa donde tantos acontecimientos dolorosos en general ha vivido el protagonista.

En segundo lugar tenemos Voces de familia.

En esta obra, en primer lugar, quisiera destacar la actuación de Nicolás Dominici…quien realiza unos monólogos para sacarse el sombrero. La interpretación de los distintos personajes con los que convive en una especie de pensión sorprende y está muy bien realizada. Con pasión, convicción, sensibilidad y mucha fuerza.

La historia consta de los monólogos que relatan las cartas que se escriben (pero que nunca reciben) entre madre e hijo, quienes están separados por la distancia y se cuentan sus vivencias con profundo afecto. Pero también decepción, anhelos, ilusiones, desencantos…todo esto va apareciendo a través del encanto que produce la observación de las pequeñas cosas. Los pequeños acontecimientos que bien va narrando el hijo.

El modo de describir vestimenta, modo de sentarse en un sillón, de comer un pastel, etc…todo esto parece muy trivial, pero nos puede hablar mucho de una persona y ser un claro ejemplo de tipos de conductas…

El hijo está inmerso en una pensión rodeada de extraños personajes…a todos los va personificando con la misma calidad. La madre, mientras se va arreglando las uñas y el cutis, demanda atención y visitas a su hijo…

También aparece el espíritu del padre…ya muerto. Como un espíritu que le habla a su hijo.

Madre y padre son actores de gran trayectoria. Me han conmovido con su sensibilidad y calidez. Muy bueno el uso de la voz.

Historias de familias…de las de antes…pero con los mismos problemas, sentimientos y amores que podemos tener todos.

 

Teatro: El Duende.Ravignani 1336/1338

Teléfono: 4775 – 6788

Funciones: Viernes y Sábados 21 hs Domingos 20 hs

Entradas:  $ 45.- Jubilados y estudiantes: $ 30.-

 

 

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