Espejismos que se rompen:
Monica (Ursula Strauss) es una mujer en sus cuarentas, soltera y que trabaja como curadora en una galería de arte en Frankfurt. Cuando se entera de que su jefe va a abandonar la galería, a través de terceros, parte de su trabajo enojada. De regreso, para en un bar de la comunidad afrodescendiente para fumar. Cuando irrumpe una redada policial en el local, se encuentra fortuitamente con Joseph (Passi Balende), un congoleño indocumentado que se oculta junto a ella en la parte trasera del local, detrás de los tachos de basura. Ambos comienzan a frecuentarse e inician una relación romántica, que irá avanzando hacia la convivencia y luego hacia la posibilidad de casarse.
Que el primer encuentro entre ambos se dé junto a los cestos de basura ya dice algo. Joseph representa justamente a los desechados de la sociedad y el ocultarse; la clandestinidad y el mundo del delito en el que debe moverse para poder sobrevivir cuando la burocracia legal, para obtener los documentos, le da la espalda y empeora cada vez más a raíz de la estigmatización por sus antecedentes penales.
Así, Le Prince (2021), ópera prima de la realizadora alemana Lisa Bierwirth (quien fue ayudante en la aclamada Western, de Valeska Grisebach), que cuenta con producción de la realizadora Maren Ade, plantea desde el drama romántico de corte realista un choque emocional y cultural.
El título mismo ya presenta las claves del film: el príncipe representa tanto las ilusiones de aquello a lo que aspira a convertirse Joseph en su diáspora en el nuevo país, ya que quiere dedicarse al negocio de los diamantes; pero también el ideal del amor romántico de muchas mujeres. De hecho, Joseph se presenta ante Monica como un hombre fascinante: es exótico, apuesto, más joven y se dedica a los negocios. El ideal de los cuentos de princesa de aquel hombre que la despertaría al deseo, en medio de una vida de frustraciones.
Pero el espejismo del amor romántico se va resquebrajando, a medida que vaya conociendo la vida real de Joseph: desapariciones intempestivas, negocios oscuros, detenciones en la cárcel. Y no obstante, vamos asistiendo a las concesiones que Monica realiza para sostenerlo en ese lugar idealizado: paga dinero para que salga de la cárcel e incluso se endeuda con amigos para que pueda saldar sus deudas con gente que lo aprieta. Se trata de la entrega muchas veces ilimitada de las mujeres por amor.
Por otra parte, es interesante el trabajo sutil que Bierwirth realiza con los personajes secundarios, pues deposita en las voces de los amigos de Monica, pertenecientes al esnobismo del mundo artístico, los discretos prejuicios de la burguesía blanca liberal hacia lo diferente, siempre teñidos de la desconfianza y de la proyección de un afán de engaño.El contraste entre el sueño romántico y sueño del ascenso social y la cruda realidad está planteado desde la puesta en escena por el predominio de una paleta de colores fríos y opacos, y hay además un manejo sutil de la tensión a partir de los riesgos que va asumiendo Monica al involucrarse cada vez más con Joseph, sin caer en patetismos exagerados. En este sentido, Le Prince es un comienzo interesante en la carrera de Lisa Bierwirth, es la apuesta a interrogarnos qué puede devenir el amor, cuando es vivido más allá de sus espejismos.
(Alemania, 2021)
Dirección: Lisa Bierwirth. Guión: Lisa Bierwirth, Hannes Held. Elenco: Ursula Strauss, Passi Balende, Alex Brandemühl, Hanns Zischler, Victoria Trauttmansdorff. Producción: Maren Ade, Jonas Dornbach, Janine Jackowski. Duración: 125 minutos.
