Transpapa (Alemania, 2012)
Dirección
y Guión:
Sarah Judith Mettke. Elenco: Luisa Sappelt, Devid Striesow,
Sandra Borgmann, Horst Sachtleben, Fritzi Haberlandt. Producción: Jochen Laube. Duración: 90 minutos.
La metamorfosis de
papá.
Otro tema de diversidad sexual que nos ofrece esta edición del
Festival de Cine Alemán. Esta vez aborda la cuestión de identidad de género,
con las relaciones filiales, y la construcción subjetiva de la adolescencia.
Maren es una adolescente, que vive los conflictos típicos de su
edad a la hora de enfrentarse con la identidad de la femenidad, dilemas
existenciales y el encuentro sexual con el otro sexo. Su padre reaparece luego
de años, pero ahora se ha convertido en mujer. En plena búsqueda la
subjetividad femenina, Maren debe afrontar a un padre que abandonó la
masculinidad y construyó lo femenino a base de puro deseo.
Mientras Maren no sabe cómo ser mujer, parece que este padre
tiene las respuestas. Pero para ello se deben re encontrar y volver a entablar
un vínculo que conserva poco y nada de aquellos recuerdos que contaba la chica.
Un film enteramente
intimista, donde su directora todo el tiempo se enfoca en cómo se reconstruye
un vínculo, desde estas modalidades neo parentales. Para ello va armando los
personajes con paciencia y pausa narrativa, ellas mismas se van reconociendo a
la hora re entablar un vínculo con alguien tan cercano y lejano a la vez. Papá
es ella, es Sophie, parece que no solo sabe cómo ser mujer, sino que además es
una gran admiradora y teórica de mujeres heroicas históricas.
Honestamente la cineasta cuenta una narración lineal, sin
grandes vacilaciones dramáticas, ni vueltas de tuercas al guión, con una fuerte
impronta realista, la historia solo se basa en la relación entre estas dos
mujeres desde un lugar reflexivo, con más preguntas que respuestas.
La imagen aparece bastante granulada y la cámara algo inquieta,
como un intento de reflejar el caos interno que viven sus protagonistas, pero a
medida que avanza el relato algo se va ordenando, aunque no mágicamente, habrá
que encontrarse en el desencuentro.
Quizás lo negativo está en la construcción estética del
personaje de Sophie, el padre. Más que un transexual parece un transformista
que crea cómicamente un personaje de señora. Es decir, es un hombre disfrazado
de mujer con peluca, pollera y maquillaje y la construcción femenina en el
transexualismo es mucho más que eso.
Sophie tiene la certeza de su ser femenino, a Maren le cuesta
poder entenderlo, pero ambas con sus dificultades respetan el deseo de la otra,
sin apresuramiento ni condiciones. Transpapa
es una obra honesta y respetuosa de la subjetividad, a través de un relato de
la aceptación.