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FESTIVALES

22º DocBuenosAires | Retrospectiva Martín Solá

Lo que se resiste se termina quebrando * 

APUNTES PARA LUEGO VOLVER A SOLÁ * 

Sean tomadas estas líneas como borrador sobre obras que urgen contemplación sin los apuros de un calendario. Mejor volver con la calma citada por Solá hablando de sus personajes en la conversación que sostuvo con Paola Buontempo, programadora, en noviembre pasado. Ahí Metok (2021) competía en Mar del Plata. 

 

  • En estas películas, iluminación, movimiento y sonido dicen más que las palabras. Solá y su equipo tampoco las descartan. En varias ocasiones se oyen de fondo, casi por error. Más importan las figuras humanas y topográficas para volver al vínculo anterior y posterior a lo dicho, a la emoción que susurra sentidos sin subrayarlos fuera de la intimidad de quien mira. 

Primer ejemplo: la conversación en la voz queda de dos ciudadanos entre sombras en Mensajero (2011). Resignifica más donde hablan y lo que oscuridad y luces implican en el plano. Segundo: el ambiente sonoro protagoniza una escena clave en Caja cerrada (2009) y en la mencionada previamente. Así, mar y viento indican que siempre hay algo fuera de lo visible aún para el espectador que pretenda ecuanimidad. 

 

… Trabajar, trabajar, trabajar…* 

  • Solá, y después también el dp Gustavo Schiaffino, refuerzan la medida del plano y sus movimientos o quietudes dentro de estas piezas. Así flexibilizan vínculos con el mundo retratado.  

Primer ejemplo: el encuadre 1:1 de Caja cerrada hace las veces de las cajas llenas de pescado fresco. La claustrofobia en esta asociación se produce cuando entendemos que los pescadores en el barco trabajan excesivamente como peces saltando sin cesar. 

Segundo ejemplo: las sombras crean otro marco en Mensajero. El juego de iluminación y oscuridad confunde los límites del plano. Destellos de figuras y perfiles recortan este mundo dentro del mundo. Estas imágenes se adaptan a los claroscuros de lo que significa observar. 

 

Sentí que mi casa, mis padres, la libertad lentamente iban ocupando el lugar de los recuerdos y que estaría preso desde mis 20 hasta mis 35 años, la edad en la que se hace un hombre. * 

  • Solá enfrenta la autoría pretendida en los apuntes anteriores. Ejemplo: Hamdan (2013). A diferencia de sus otras obras, desde el comienzo hay narrador en off y primerísimos planos tanto como hay oscuridad y más movimientos de cámara. Otro: los planos detalle al inicio de La familia Chechena (2015). Palmadas y gesticulaciones de quienes cantan superan la imagen visual. Hay sonidos inidentificables en algunas escenas de bailes que se vuelven insoportables para, claro está, impacientes nos acercamos a lo desconocido. 

 

  • Tonalidades rojas, vino tinto y verdes de las telas se agitan, en Hamdan y Metok, como descubrimientos fuera de la escala de grises. Para reiterar el sentido de lo valioso, madres y viajes están presentes en esas escenas. 

 

 

Si hablo de esa guerra es para explicar su fealdad. * 

  • Dos apuntes posibles en estas obras de Solá superan radicalmente palabra e imagen. Acá fe y extranjería son puntos de partida. La estética solo puede desdibujar tales fronteras culturales a través del carácter religioso y materno¹ del arte. 

Primer ejemplo: los agradecimientos a un dios superior en los créditos. Otro: la multiculturalidad del equipo técnico y de los personajes. Tercero: luminosidad y templanza en las figuras maternas de Metok y Hamdan. 

 

¹ Para estas líneas la figura materna significa volver al origen fisonómico y más aún, artístico. En sintonía con Isabella Polito y Maureen Murdock, estudiosas de los mitos en torno a lo femenino; madre aquí implica toda decisión y creación hecha por el individuo. 

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