Dramaturgia y Dirección: Pablo Bellocchio Diseño de Vestuario: Susana Zilbervarg. Asistencia de dirección y producción: Clara Mastronardi. Asistencia de Escena: Josefina Rotman. Producción: Lascia Colectivo de trabajo. Diseño Gráfico: Rodrigo Bianco. Diseño escénico: Jorge Ferro. Elenco: Alejandra Barrionuevo, Rodrigo Blanco, Jore Fernández Román, Sebastián, Lis, María Cecilia Mariño, Malvina Montenegro, Agustina Peres, Nicolás Salischiker. Prensa: Tehagolaprensa
La cena esta lista.
Al igual que en su obra anterior, Esto es tan solo la mitad …de todo aquello que me contaste, el dramaturgo y director teatral Pablo Bellocchio, optó en esta oportunidad por llevar a escena una historia de negligencias familiares alrededor de la calidez del hogar. En Abrir la puerta un cúmulo de dramas surgen visceralmente a lo largo de tres actos para abrirnos las puerta hacía la incandescencia salvaje de una familia disfuncional y sus desgastados vínculos.
La propuesta es a la vez un intento de diálogo y una indagación sobre su imposibilidad y la ruptura de la comunicación familiar debido a la dinámica misma de la relación a través de varios enconos entrelazados. Para construir estas relaciones, la obra conversa con nuestra historia a partir de las crisis que por un lado dejan a las familias desempleadas, sin perspectivas de futuro, quemando las últimas naves de los logros de generaciones pasadas y por otro construyen la casa como un refugio de un afuera hostil. En la obra de Bellocchio, la incomunicación es una consecuencia de esta serie de crisis sociales pero también marca un punto de fractura en la misma y de la apertura de microhistorias que van conformando el fracaso de la construcción de una comunidad y la imposibilidad de vivir juntos. De esta manera, la casa pasa de ser un lugar de convivencia y resguardo a un testigo protagonista y víctima colateral del drama familiar, como una metáfora de las relaciones sociales, en la que el abandono de la casa y sus problemas de humedad representan la convivencia minada y socavada.
En este desarrollo, la escenificación crea una ambientación vetusta, que soporta la desidia y las crisis de varias generaciones sin perspectiva alguna, testigo de postales familiares que son el recuerdo de días mejores. El comedor se transforma así en un ágora donde más que debatir y dirimir cuestiones, los problemas explotan en recriminaciones hostiles interminables. Así, toda una serie de personajes se entrelazan en ese comedor: un padre que lucha por la supervivencia de la ferretería familiar, su perezoso hijo, la hermana del padre que desperdició la indemnización de su fallecido marido, su hija resentida con la decisión materna, la ex esposa del hijo mayor que abandonó a su mujer y sigue viviendo con su familia política, la abuela senil, un par de inquilinos encariñados con la familia que aportan humor al drama y la hija de los dueños de una inmobiliaria barrial que acude invitada a una cena de negocios y cae en la trampa familiar.
Abrir la puerta es una mirada visceral de los problemas familiares que tienen como contexto el drama de las crisis sociales de nuestro país. Con gran habilidad las escenas cobran impulso a través de las excelentes actuaciones y de las interacciones subidas de tono entre los personajes en un espacio del que parece no haber salida. Lo que debería haber sido un refugio se transforma de esta manera en una prisión dejando al descubierto el temor de los personajes al cambio y la imposibilidad de transformación de los reclamos en propuestas para sanar las relaciones familiares y arreglar la casa. La cena esta lista y todos estamos invitados.
Teatro: NoAvestruz – Humboldt 1857
Entradas: 100 $
Funciones: Jueves 20:30 hs
Por : Martín Chiavarino
