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CRÍTICAS - CINE

Alicia en el País de las Maravillas, Según Jose Luis De Lorenzo

El cine de Tim Burton se ha caracterizado en gran parte por demostrar un reflejo de los estados de ánimo del director, así como su pasión por el cine de oscuras historias, clásicos de terror y motivos circenses. Es notable su crecimiento a nivel profesional, el desarrollo de su talento latente en sus principios, y sus relaciones amorosas, al igual que sus oscuros momentos, son expuestos en cada fragmento de celuloide.

Desde sus comienzos, este efecto de espejo se reflejó en cortos como Vincent: su homenaje al gran maestro del terror Vincent Price, uno de sus referentes a quien eligió para interpretar al padre del mejor de todos los personajes que supo concebir dentro de sus films hasta el momento, Edward, el joven con manos de tijeras. Vincent era un niño solitario –al igual que Burton-, incomprendido, un genio en su propio mundo. Frankenweenie, constituyó un experimento macabro, filmado para Disney –motivo por el cual fue despedido también, y de la cual se espera un largometraje a futuro, actualmente en etapa de pre-producción–, la historia de un perro muy particular, muerto y resucitado con electrodos. Un Frankenstein canino que no entra en los standares de tal empresa destinada a un público infantil y familiar.

Su evidente talento no pasó desapercibido. Con La Gran Aventura de Pee Wee –distribuida por Warner–, Burton mostró su costado circense. Pee Wee Herman (el personaje de Paul Reubens que tuvo programa de TV propio), un grotesco presentador cómico amanerado, es “distinto” del resto; aquí es donde Burton comienza a evidenciar un tema recurrente en sus films: los “distintos” son aquellos que triunfan gracias a sus aptitudes, por más humillaciones que tengan a cuestas. Sic Burton.

En 1988, llega su gran éxito también para Warner, Beetlejuice, con un Michael Keaton en auge y una Winona Ryder apenas descubierta, una comedia negra sobre los recientemente fallecidos que deben aprender sobre su viaje a la otra vida. Sátira, donde sus diseños y dirección de arte comenzaron a tener aún más importancia y actos musicales de por medio. Convertido en una franquicia que ante el eventual boom de fanatismo Burton, terminó convirtiendo al personaje en una animación televisiva.

Con la llegada de Batman, Burton se dió a conocer a las grandes audiencias, un personaje popular, con una explosión de las características anteriormente mencionadas. Sin via libre en elección de cast por ultima vez.

Como siempre ocurre, ya habiendo entrado en la Power List, convertido en un director clase A, Burton tiene rienda libre a hacer lo que quiere con sus proyectos, tal fue el caso que logra su mejor y más personal film, El Joven Manos de Tijera, donde conoce a Johnny Depp, una conjunción inseparable hasta la actualidad, una dupla que supo afianzar con el actor al igual que con el musicalizador Danny Elfman, presente en la mayoría de sus proyectos, salvo tras una peleíta que quedó en el olvido.

Tras el éxito multimillonario de Batman, su secuela no podía hacerse esperar. Batman Vuelve no colmó las expectativas de la audiencia, un film tan sombrío que asustó a las cadenas de comidas rápidas de los arcos dorados a incorporar juguetes, figuras de los personajes principales en sus cajitas de comidas rápidas. Reacción que tuvo un peso inesperado sobre la decisión de llamarlo para una segunda secuela. Batman Vuelve constituyó una secuela por excelencia, es el ejemplo marcado de cuando a una persona le brindan un cheque en blanco para gastar sin reparos.

En sus siguientes, Ed Wood, filmada en B&N, homenajeó al considerado peor director de cine de todos los tiempos y, ya con fama, consiguió relacionarse con una bella mujer, Lisa Marie, donde despierta una nueva costumbre, la de incorporar a sus parejas en roles de sus films. Marte Ataca! evidenció que, en un año dentro del cual se estrenó simultáneamente Día de la Independencia, extra terrestres, en éste caso marcianos bien coloridos, no compiten con nosotros, los humanos, en la efectividad de autodestruirnos.. La Leyenda del Jinete sin Cabeza, retomó su via hacia lo oscuro nuevamente.

En el 2001, conoce a Richard Zanuck, hijo del legendario mogul de la Fox, quien le propone trabajar sobre una remake innecesaria y quizás uno de sus peores films, El Planeta de los Simios. Allí conoce a la casteada Helena Bonham Carter. La relación entre productor-director continuó con El Gran Pez, una fábula donde se vislumbra una gran necesidad de Burton por contar una historia de padres e hijos, padre e hijo en éste caso, en referencia al reciente fallecimiento de su padre.

Con El Planeta de los Simios, Burton adquirió otra costumbre, la de hacer remakes. Tal fue el caso de Charlie y la Fábrica de Chocolates, nuevamente innecesaria.

El Cadáver de la Novia, fue su respuesta a Henry Selick, animador de stop motion con quien habría trabajado para relucir el ya convertido en clásico El Extraño Mundo de Jack. Yo también puedo lograrlo! La respuesta fue rotundamente negativa.

¿Por qué no incursionar en el musical? La respuesta: Sweeney Todd.

Y ahora, otra más…

 

(Nota: se hace mención a resoluciones del argumento)

 

Alicia en el País de las Maravillas.

 

El clásico de Lewis Carroll aplicando las nuevas tecnologías del 3D.

 

El film combina dos obras de Carroll, Alicia… y Alicia a través del Espejo, donde Alicia, deja de ser una simple niña, a punto de comprometerse con un Lord a quien cercanamente desprecia, su huída de la situación –un agasajo en una mansión victoriana- culmina introduciéndola en un arbolado lugar donde termina cayendo por un hueco. Decenas de metros bajo tierra, allí la aventura comienza.

 

Wonderland.

 

Aquí se encuentra con personajes de los más variados y exóticos, un posible sueño o producto de su imaginación, un gato que tiene la particularidad de poder esfumarse, dos hermanos gorditos gemelos sin muchas luces, una oruga demasiado sabia y el famoso sombrerero (Johnny Depp), un tipo al que todos tildan de loco.

Existe un duelo entre una Reina Roja (Helena Bonham Carter) y una Blanca (Anne Hathaway), hermanas enfrentadas, una muy cabezona y maldita, frente a otra con bondades y ansia por retornar a su trono, cual le fuera usurpado.

Explosiones de color por todos lados, los diseños habituales de films de Burton, autorreferenciales y autohomenajeándose. El uso de los efectos generados por ordenadores al día con la nuevas tecnologías y la utilización de un 3D que no termina de convencer, distinguimos fondos, lejanías y diversos planos, pero sin vinculación alguna del 3D a la historia, sin ser invasivo, sólo dos situaciones en las que algún objeto pueda sentirse con cercanía en la visión.

Si bien los diseños son hermosos, como en todo film de Burton, los siento repetitivos, desde su poster original vemos las tipografías que ya llevan su firma, excesos de colorido que en el film no se ven como tal, hay grandes espaciados, producto de algún wiz en animación. Esto sólo provoca en mi, añorar la época de los mate paintings, donde los estudios contrataban a artistas para generar decorados, recordar films de Terry Gilliam (no El Increíble Mundo del Doctor Parnassus), inclusive hasta Scorsese los ha utilizado en la recreación de épocas en films como La Edad de La Inocencia. Daban otra sensación, otra magnitud, un acercamiento a la realidad mucho más convincente y cinematográfica.

En Alicia…todo parece estar muy cuidado, tan cuidado que hasta los diálogos no se escapan de ser políticamente correctos, siento que Burton ha estado una de dos, o limitado por la Disney o simplemente se haya convertido en uno de los tantos directores que han perdido la magia y entusiasmo que solían tener.

No me conforma ver un film apenas correcto, que no intrigue, ni desate suspenso en un libro tan original y vasto como es el de Alicia…

Conformarnos con animales creados digitalmente, perfectos, cada uno por separado, casi sin interacción entre ellos mismos, brinda la sensación de ser un trabajo en que cada animador ha diseñado un personaje y en algun momento les han pedido incorporarlos a una escena determinada. Siquiera el sombrerero, con mayor protagónico que en la novela logra establecerse como un personaje convincente ni plasmado a las necesidades de Alicia en Wonderland, sirve simplemente como un guía.

Ida y Vuelta

La vuelta de Alicia a la sociedad, marca una resolución sufrible, editada con rapidez, cual si una niña pudiese en su travesía, haber madurado todos sus temas en escasos minutos, realiza una recorrida y esboza “en sus rostros” (familiares, madre, cuñado) todo lo que tiene para decir a cada uno de ellos con una suerte de revitalización personal.

Conclusión

Extraño.

Extraño al Burton desopilante y encolerizado de sus primeros y mejores trabajos, es sabido que una persona cuando pasa de una etapa a otra, esto involucra un cambio.

Ojalá llegue el momento en que un punto de quiebre vuelva a ocurrir en su carrera, esos momentos donde uno reflexiona y se juega, esté Disney, Warner o la productora que sea detrás de su proyecto.

Cansado

Cansado de las interpretaciones repetitivas de Johnny Depp, un  gran actor que junto a Burton, considero ya no puede crecer más, ya han cumplido una etapa juntos, Depp tranzó y se convirtió en el pirata Sparrow, ha dejado de ser el actor rebelde de Hollywood. Salvo su labor en Sweeney Todd que ha presentado en cierto punto un nuevo reto o desafío en su carrera por tener que tratar con un musical, Wonka y el Sombrerero son apenas rezagos del talento que tiene latente.

 

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