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CRÍTICAS - CINE

Bienvenido a los 40 (This is 40)

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Bienvenido a los 40 (This is 40, Estados Unidos, 2012)

Dirección y Guión: Judd Apatow. Elenco: Paul Rudd, Leslie Mann, Maude Apatow, Jason Segel, Megan Fox. Producción: Judd Apatow, Barry Mendel, Clayton Townsend. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 134 minutos.

Si fuera fácil… escribir un guión.

Hace unos años, cuando Judd Apatow estrenó Ligeramente Embarazada, sorprendió gratamente a los espectadores con una comedia irreverente, divertida, pero más que nada con una película llena de humor protagonizada por personajes realistas. Si en algo triunfaba claramente no era tanto en sus gags acertados, en su humor juvenil, en lo curioso de su elenco, sino que su mayor logro era la manera en que consiguió retratar con una verosimilitud extrema para una comedia los vaivenes de la pareja protagónica. Estos dos jóvenes que quedaban embarazados casi sin conocerse luego de una borrachera y discutían cada dos por tres lograban -gracias a un aceitadísimo guión y a un gran trabajo actoral- que todos sintiéramos cada pelea como propia. Fue esa identificación potente con el espectador lo que hizo de Ligeramente Embarazada una de las mejores comedias de la década pasada. En aquel film, el personaje de Katherine Heigl tenía una hermana, un cuñado y dos sobrinas que funcionaban de mil maravillas como los secundarios con quienes los protagonistas sopesaban sus propias vivencias. Esa es la familia que Apatow eligió para esta “suerte de secuela”(según lo indica su propio trailer promocional) que intenta retratar cómo es tener cuarenta años. Aunque lamentablemente no esté ni cerca de hacerle justicia a su antecesora.

This is 40, ridículamente larga y repleta de subhistorias que se estiran por demás y se resuelven sin el menor sentido, adolece de todo tipo de orden narrativo, de coherencia en su propia continuidad y no solo a nivel global, sino también dentro de las mismas escenas, en donde los protagonistas pasan de discutir sobre un tema a cambiarlo por completo como si el cambio de plano los hubiera puesto en otra conversación. Los eventos se van sucediendo de manera caótica y los problemas que se van agregando parecieran ser meras ocurrencias que fueron surgiendo mientras se escribía el guión (o lo que sería aún peor, en medio del rodaje mismo). Así es como primero encontramos a la pareja un poco cansada de sí, con los diversos inconvenientes que el paso del tiempo les puede causar, luego los vemos con dificultades laborales, luego familiares (primero los hijos, luego los padres, luego los hijos) y así todos los líos se van amontonando sin que nunca esté demasiado claro hacia dónde vamos. No se trata solo de un problema de acumulación de subtramas, sino de que un tratamiento más dedicado a cualquiera de ellas podría haber dado como resultado una film más efectivo.

Si bien Apatow nunca fue un paladín de la sutileza y sus comedias siempre buscaron forzar de a poco el límite de pudor del espectador (recordemos que fue el escritor y director de Virgen a los 40, por ejemplo), aquí parece haber perdido todo el decoro y decide ilustrar la edad de los protagonistas mediante una secuencia que nos muestra una serie de visitas médicas  (desde una mamografía hasta un examen de próstata) que encarrilan el film hacia un matiz bastante chabacano, que luego abandonará para centrarse en el drama.

No sería justo decir que el film es aburrido. Está plagado de gags (muchos del estilo “te insulto de maneras tan raras que te genero risa”, otros más cercanos a lo bizarro, como la conversación de Debbie con su empleada en el café, otros aprovechándose de las múltiples referencias culturales presentes a lo largo del metraje, ya sea que se trate de música, de series o de películas famosas) que cada tanto logran su cometido y generan más que sonrisas en los espectadores. Sin embargo, no todos los chistes son buenos, ni los no tantos buenos se sostienen durante todo lo que dura el film, que se extiende por más de dos horas.

Algo clave sucede durante los créditos que nos da una pista para interpretar todos los problemas de esta comedia: cuando el filme termina, el director nos ofrece un video casi crudo de una escena en particular, protagonizada por Melissa McCarthy. La secuencia quiere funcionar como los típicos bloopers (vemos a los actores reír mientras no están en cámara) y dejarnos ir con un chiste final en lugar del obligado final edulcorado. Sin embargo, ese material descartado no hace más que mostrarnos el modus operandi de esta película.  La secuencia muestra un larguísimo monólogo de McCarthy, mucho más largo del que aparece en el corte del film, en donde sobre la base de la misma situación, parece improvisar una gran cantidad de improperios, dando rienda suelta a la violencia de su personaje. Ver esa secuencia nos hace pensar en que toda la película parece estar hecha sobre improvisaciones a partir de determinadas situaciones pautadas y que se fueron cerrando en la edición. De ahí su desprolijidad, su falta de continuidad y su desorden narrativo.

Es curioso que This is 40 busque retratar cómo es tener cuarenta años y falle tan bruscamente, mientras que hace pocos días nos hayamos topado en la cartelera con una película española de título engañoso (Una Pistola en Cada Mano) que quizás sin proponérselo específicamente plantee un mundo de cuarentones patéticos mucho más verosímiles, mucho mejor escritos y mil veces más divertidos que este fallido filme de Judd Apatow.

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Por Juan Pablo Ferré

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