EL QUÉ DIRÁN (Y LA POLÍTICA DE ENTONCES)
Inglaterra, fines de los 80, gobierno de Thatcher, la Section 28 que fustigaba la homosexualidad en las escuelas, una profesora de educación física de enseñanza secundaria, una doble vida del personaje central (profesional y diurna; libre y sin ataduras durante la noche), una alumna que viene remover esos cimientos raquíticos del entorno, pero también, aquellos privados y autocensurados por las decisiones procedentes del poder.
La opera prima de Georgia Oakley describe una época y un contexto vigilado que recién será revocado… en 2003, tomando como eje a Jean (Rosy McEwen, notable composición a través de silencios y miradas) y su prohibida y libre existencia hasta la llegada de Lois (Lucy Halliday), la alumna que hará trastabillar las certezas de la docente entre cavilaciones, dudas y complejos de culpa.
Con semejantes materiales temáticos, Blue Jean podría haberse inclinado por un discurso directo, donde la responsabilidad cayera en ese paisaje político que oprime y corroe, en el clásico qué dirán de propios y extraños y en un mensaje sin ambigüedades que acuse a personajes y situaciones sin reflexión alguna. Lo contrario sucede, por suerte.
La sutileza le gana la partida al subrayado en momentos donde la profesora observa a ese rebaño de alumnas, conteniendo sus emociones, en especial desde el arribo de Lucy; a través de su desconcertante comportamiento, ella abre puertas a preguntas sin respuestas del personaje central. Por otra parte, la vida nocturna y en pareja estable de Jean junto a Viv (Kerrie Hayes, otro gran trabajo) está mostrada como contraste de aquello prohibido durante el día en la escuela. Fiestas, celebraciones, bailes, felicidad: la zona alegre de un mundo que elude las decisiones gubernamentales y la sospecha de un entorno que oprime y silencia, sobre todo a la atribulada Jean.
En ese universo de contrastes, donde tampoco la directora emplea recursos de fácil empatía con el espectador, apelando otra vez a la sutileza y al fuera de campo a través de miradas y silencios, Blue Jean encuentra sus zonas de interés. Por supuesto que habrá llantos, peleas, intentos de reconciliación y hasta momentos donde Jean deberá optar por sacrificar a la joven Lucy, acaso para salvarse ella o ambas al mismo tiempo. En esos momentos, la película ingresa en un terreno de incertidumbre desde aspectos éticos, en donde el personaje central pondrá a prueba su lugar público y privado en esa microsociedad partida en dos que describe la película. Pero otra vez, de manera elegante, la directora y guionista elude los lugares comunes y hasta la posibilidad de un final feliz invadido de falsedades narrativas. Sin embargo, tampoco se elegirá un mensaje de barricada en donde se levante el dedito acusador a ese contexto opresor.
La vida seguirá para Jean y los otros personajes, y el rostro de la profesora desde el auto y mirando a su grupo de alumnas concreta el objetivo final de la película: el presente de ahí en más será lo más relevante, sin necesidad de mirar para atrás, y tampoco habrá tiempo para endilgar culpas propias y ajenas.
(Reino Unido, 2022)
Guion, dirección: Georgia Oakley. Elenco: Rosy McEwen, Kerrie Hayes, Lucy Halliday. Producción: Hélène Sifre. Duración: 97 minutos.