Christine y Felix (Eva Green y Mark Strong) parecen conformar una pareja ideal. Ella es una reconocida diseñadora de modas y él un buen esposo y padre. Su hija, un tanto efusiva, tiene el apoyo necesario como para pasar una vida tranquila entre dos seres responsables que demuestran afectivamente quererse.
Los problemas comienzan a surgir cuando a Christine inesperadamente se le aparece un perro aparentemente enfermo y desafiante. De él se desprende una suerte de garrapata que pica a la mujer en el cuello. De ahí en más, su vida no volverá a ser la misma. Producto de la fantasía o la realidad, algo que no queda claro, comienza a sentir los efectos psíquicos y físicos del episodio.
Según la definición de la palabra “nocebo”, este vendría a ser el opuesto al “placebo”: un tratamiento inerte sin propiedades terapéuticas que al ser aplicado generan una respuesta negativa sobre el paciente.
La imprevista llegada de Diana a la mansión genera un quiebre. Es la colada. Una mujer que irrumpe en la cotidianidad de la pareja argumentando haber sido llamada a brindar sus servicios de empleada doméstica y cuidadora de la pequeña. Es cuando Christine, consciente de su falta de memoria como uno de los efectos de la enfermedad, permite la entrada de la extraña. Diana es filipina al igual que la guionista del film, y es aquí donde se puede inferir una crítica al capitalismo y a la explotación laboral de extranjeros en tareas hogareñas. Es lo que Garret Shanley (quien ya había trabajado con Finnegan) evidentemente quiere denunciar.
Diana pasa a ser un pilar en el círculo familiar ya que su experiencia con una medicina alternativa es lo único que saca a flote a Christine de sus malos días. El tratamiento que Diana aplica sobre Christine brinda mejorías en algunos aspectos y desmejoras en otros. La dependencia que nace entre ambas aleja a Felix de la vida familiar. Un nocebo y un placebo al mismo tiempo, según la perspectiva que tengamos o empleemos.
El director Lorcan Finnegan, cuyo proyecto previo Vivarium fue presentado en el Festival de Cannes tres años atrás, se vuelca al thriller y sale airoso. Nocebo es un film imprevisible, de esos que dan mil vueltas hasta que entendemos qué es lo que realmente está pasando y Finnegan, bien astuto, confía en herramientas cinematográficas como para que caigamos en cuenta de que todo lo que nos sugiere un personaje puede o no ser lo que realmente está sucediendo. Hay vueltas de tuerca, diálogos irrisorios e inevitablemente una explicación de por qué Diana fue a parar a ese hogar. Finnegan no hace la jugada fácil, no utiliza jump scares ni nada por el estilo; la narración es fluida, caótica y hasta imprevisiblemente asfixiante por momentos, teniendo a Eva Green como columna vertebral de todo el film (sin duda, una de sus mejores actuaciones al momento).
Nocebo es un film que puede catalogarse como fantástico: existe el elemento, está presente y por suerte no cae en el catálogo de ese cine denominado “terror psicológico” que tanto se ha puesto de moda últimamente.
(2022)
Dirección: Lorcan Finnegan. Guion: Garret Shankey. Elenco: Eva Green, Mark Strong, Chai Fonacier, Billie Gadson. Producción: Brunella Cocchiglia, Emily Leo. Duración: 96 minutos.