La idea de filmar un thriller dentro de un vehículo en movimiento ya ha sido planteada en variadas ocasiones y abarcada por todos los géneros imaginables, sea el drama, el western, la comedia, el cine de aventuras, el film noir y hasta el cine de terror como es el caso de Terror Train.
Terror Train es una remake de la opera prima de 1980 de Roger Spottiswoode, el hoy veterano director canadiense (misma nacionalidad que el de esta reversión) que estuvo tras las cámaras de Bajo fuego, Y la banda siguió tocando y 007 El mañana nunca muere, con la scream queen Jamie Lee Curtis.
Ambas Terror Train están hechas con dos mangos y esto puede confirmarse a simple vista en los primeros minutos de metraje. Ambas comparten en materia del desarrollo del guion un mismo conflicto inicial que deviene en una matanza de púberes a lo largo de los diferentes vagones y sectores del tren que alberga a un grupo de estudiantes que se encuentra celebrando su graduación, sea esto un pasillo, un baño o una litera. Esta nueva versión, a diferencia de la original, transcurre en Halloween, por lo que está mas que justificado el uso de máscaras y disfraces entre los graduados, sin tener que recurrir así a la simple excusa de una fiesta de disfraces como para poder ocultar al asesino entre los distintos asistentes. Está presente la explosión sexual de los adolescentes como en toda buena película de terror y esto se utiliza como nexo al reiniciar el contador de muertes a cargo del asesino. Bajo un disfraz y una máscara, es este “no invitado” a la fiesta (algo que recuerda al Michael Myers de Halloween) quien es confundido con un novio, el amigo pesado o un geek y ese halo de confianza pasa a ser la excusa para una muerte segura.
Terror Train comienza con un altercado que genera un trauma en uno de los compañeros de la troupe, algo que de manera muy simplona, tras un corte y pasado un tiempo, es imposible no tener en cuenta, lo que resulta en un film previsible.
Hay un personaje que en cierta manera logra descontracturar las sobreactuaciones de los adolescentes y esa tarea recae en un mago contratado para animar la fiesta: uno de esos personajes que en la realidad resultan insoportables y acá lo es más, con el agregado de querer levantarse a las adolescentes y tirar líneas de lo más disparatadas en cuanto lo que sucede en pantalla. Esto es un indicio de que el film en su totalidad es tomado en cierta manera a la ligera y no pretende ser un relato de terror solemne.
Terror Train, sin proponerse solemnidad dentro del género ni mucho slash o jump scare, es una propuesta amigable para con el público que consume cine de terror, pochoclo y gaseosa mediante, en una función de trasnoche.
(Canadá, 2022)
Dirección: Philippe Gagnon. Guion: Ian Carpenter, Aaron Martin. Elenco: Robyn Alomar, Tim Rozon, Max Laferriere. Producción: Kaleigh Kavanagh. Duración: 90 minutos.
