El director brasileño Karim Aïnouz dirige esta película situada durante el reinado de Enrique VIII en los comienzos del siglo XV. Dos temas hacen muy conocido al rey que nos ocupa, la primera es por haber enviado a la muerte a varias de sus esposas y la última por haber impulsado la separación de la iglesia apostólica romana y haber creado su propia religión, la anglicana.
Aïnouz tiene muy claro este conocimiento previo del público por lo que cada acto del Rey (excelente Jude Law) está signado por un potencial estallido de furia explosiva y sangrienta hacía todo su entorno y principalmente su recelo con Catalina (la última de sus esposas, representada por Alicia Vikander) que era reconocidamente protestante (calvinista).
De esa creencia proviene su amiga y predicadora, Anne Askew, que difunde el protestantismo a los campesinos en los bosques en forma clandestina y a quien Catalina admira y subvenciona. Claro está que una religión nacida por necesidades de la monarquía carecía en sus primeros momentos de arraigo popular y por eso era reprimida toda alternativa al anglicanismo.
La historia que cuenta Firebrand no se sitúa en los campos de batalla (que los hubo y mucho), no se enmarca en los debates religiosos o hasta filosóficos (la iglesia anglicana no se ocupó de la inquisición a los pensadores como así lo hacían en Europa continental, aunque ambas quemaban a las mujeres liberales por “brujas”), el verdadero lugar de la batalla era en las alcobas y el palacio. Allí se expresa esa puja de poder entre un nuevo orden y uno antiguo. El enfermo cuerpo de Enrique VIII funciona como metáfora del decadente orden político reinante.
La película se destaca por mantener en estado de alerta a sus espectadores que saben del legado de terror de Enrique VIII, su ambientación y su vestuario son sumamente profesionales pero tiene un punto ideológico que debilita la trama, la vuelve poco creíble y previsible: querer transformar a Catalina en una heroína moderna del movimiento #MeToo, Alicia Vikander (además productora) no encaja en su rol, carece del carácter y carisma para el papel, no nos preocupa que la película no sea ajustada a la historia real (la ficción y la historia son esferas diferentes tal como lo indica en inglés “history” y “story”) sino esta tentación moderna de transformar al arte en lo políticamente correcto.
Firebrand termina como empezó: con una voz que relata el fin del rey y el comienzo de un nuevo orden. Las luciérnagas parecen anticipar lo obvio: la llegada del Siglo de las Luces, la ilustración y el nacimiento de la ciencia.
(Reino Unido, Estados Unidos, 2023)
Dirección: Karim Aïnouz. Guion: Henrietta Ashworth, Jessica Ashworth. Elenco: Alicia Vikander, Jude Law, Eddie Marsan, Sam Riley. Productor: Carolyn Marks Blackwood, Gabrielle Tana. Duración: 120 minutos.
