LOS RUSOS PODEROSOS NO SABEN AMAR
Si bien puedo quedar atrapado en viejos conceptos y polémicas, en las películas de Sean Baker me resuena el concepto “popular” no por lo manipulador ni por adaptarse a lo que se supone “le gusta a la gente”, sino porque sus personajes viven la dificultad por alcanzar el “sueño americano”, pero aun así se distinguen por su profunda empatía, por la representación auténtica de comunidades marginadas mediante un estilo visual vibrante.
Su punto de vista muestra esa permanente “lucha por la vida” desde una rica diversidad social y sexual, y aquí me detengo porque Sean Baker entiende lo sexual como la quintaesencia de sus films y a la pornográfico por encima de todo el mercado de la violencia visual, social y corporal que se ha naturalizado y que muy pocos critican en una cantidad de películas que asombran.
Anora, film presentado en competencia en la selección oficial de Cannes, sigue ese canon de sus otras anteriores, como Tangerine o Red Rocket, sobre el sexo, el mercado y sus trabajadores.
Anora, striper, bailarina y ocasionalmente prostituta, se encuentra con un joven ruso hijo de un dealer de armas y se casan en Las Vegas, ocasionando que la familia rusa intervenga en esa situación. Del relato costumbrista al sainete, llegando al drama con sordina, sin estridencias ni solemnidad. Ese es el tránsito de la película. Anora y Pretty Woman comienzan igual, pero son totalmente diferentes y no solo por su final sino por el sentido de las relaciones humanas.
Mikey Madison (Susan «Sadie» Atkins en la película de Quentin Tarantino Había una vez en Hollywood y a la que también vimos en Scream) logra eso que necesita exponer Baker: que el sexo sea el único punto de contacto entre ricos y pobres. O mejor dicho, lo único que hace felices a ambos aunque signifiquen cosas distintas.
Las prostitutas de Baker, tanto sean trasn, cis o lesbianas, no han perdido la alegría ni la imaginación, no han dejado de ser niñas, viven en colores y luces de neón, y cuando sufren lo hacen en la gama de los grises y los ocres, demostrando que el blanco y negro ha quedado relegado a cierta vieja estigmatización estética.
Baker, “el popular”, llegó a Cannes y lo celebramos aunque aquí la prostitución tiene otro nombre.
(Estados Unidos, 2024)
Guion, dirección: Sean Baker. Elenco: Mikey Madison, Mark Eydelshteyn, Yura Borisov, Karren Karagulian. Producción: Sean Baker, Alex Coco, Samantha Quan. Duración: 139 minutos.
