Sergey Loznitsa es un director nacido en Rusia, pero cuya familia es ucraniana, a la que considera su nacionalidad.
Aunque ha estado en Argentina presentando algunas de sus películas, las mismas no han tenido salida comercial alguna. De sus veinte largometrajes, la mayoría son documentales y raramente ha dirigido ficciones.
Two Prosecutors es uno de los raros ejemplos en que actúan actores, con escasos antecedentes como My Joy (2010) y A Gentle Creature (2017), ambas presentadas en el Festival de Cannes, del que participó en ocho oportunidades.
Vale la pena mencionar algunos de sus documentales, tales como Maidan (filmado en la plaza central de Kiev, donde murió mucha gente hace una docena de años y filmada en 2014, Austerlitz (2017), sobre el Holocausto, Donbass (2018), región del este de Ucrania, ocupada por Rusia y State Funeral (2019) sobre el fastuoso y ridículo funeral de Stalin.
Two Prosecutors tiene algún vínculo con la última nombrada ya que transcurre en 1937 en pleno periodo de las feroces purgas estalinianas, que combatían a los denominados contrarrevolucionarios de Trostsky.
El personaje central es Kornev (Alexander Kuznetsov), un joven abogado de la ciudad de Briansk, a quien se ha nombrado procurador de Stepniak (Aleksander Filippenko), un anciano líder bolchevique, acusado de traición al régimen. El encuentro entre ambos personajes es espectacular, porque Kornev debe atravesar diversas puertas de acero, antes de llegar a la celda de Stepnyak. A este último se lo ve quemando una inmensidad cantidad de peticiones de clemencia de colegas suyos, que ni siquiera fueron abiertas, e decir consideradas.
Casi a la mitad de las dos horas que dura el film, el joven procurador logra que lo envíen para pedir clemencia por su “cliente”. En la capital de Rusia, el aparato burocrático es feroz y se asiste a la presencia de una inmensa cantidad de oficinistas y los archivos de papel que manejan.
Hay una escena impactante cuando Kornev pide una audiencia con el Procurador general (de allí el título del film) y se lo envía a una sala de espera, que acoge a unas veinte personas con trámites similares. Cada vez que suena un timbre, uno de los abogados o acusados según el caso ingresa la oficina del superior de Kornev. Pero la larga espera hará que dormite varias veces, hasta ser recién el último de los convocados de la veintena de personas que lo preceden.
La frialdad con que es recibido, anticipa que su gestión está destinada al fracaso y en la siguiente escena impactante, cuando regresa a Brainsk y se encuentra con dos personajes, aparentemente afables y que brindan con él varias copitas de vodka. Obviamente no están en ese vagón por casualidad y lo que el espectador puede poner en duda es si son ocasionales o acaso miembros de la temible NKVD. Uno de los dos pide a un guarda una guitarra y ambos compañeros de vagón cantan ante la sorpresa de Kornev. Hay una escena final que se refiere no revelar. pero que cierra con mucho rigor un guion perfecto de Sergey Loznitsa, basado en la novela de Geprgy Demidov.
(Francia, Alemania, Países Bajos, Letonia, Rumania, Lituania, Ucrania, 2025)
Guion, dirección: Sergei Loznitsa. Elenco: Alexander Kusnetzof, Anatoliy Beliy, Aleksandr Filippenko. Producción: Kevin Chneiweiss. Duración: 117 minutos.
