Partiendo de una novela de Ariana Harwicz, Lynne Ramsay se adentra en terrenos pantanosos, los de Mother!, de Darren Aronofsky, lo que no parece el mejor de los referentes. Que ambas esté protagonizadas por Jennifer Lawrence puede constituir una mera casualidad, pero no su tema o el tratamiento cinematográfico que a este se le da.
El tema es el de la depresión postparto del personaje protagonista, Grace, que, junto a su pareja, Jackson (Robert Pattinson), se ha trasladado a una casa heredada por este en el interior del estado de Nueva York. Acaban de tener a su primer hijo, es un verano muy caluroso (tanto que el ambiente o esa casa de madera parecen llevarnos al sur de Estados Unidos) y Grace está bloqueada como escritora. El tratamiento remite a Aronofsky, pero también al cine anterior de Ramsay, particularmente a We Need to Talk About Kevin, otra película sobre los problemas psicológicos de la maternidad que entendía que los llantos continuos del niño y los gritos son los elementos indispensables para trasladar una situación tan irritante como insoportable.
Así es que en Die, My Love se suceden continuos golpes de efecto, en forma de atropellos, autolesiones y un montaje sincopado que intenta, se supone, representar la mente de Grace. Es el estilo de Ramsay, aquí combinado con los planos de la naturaleza, como si de algún modo la directora también quisiese invocar lo sublime. Pero en Ramsay todo resulta problemático, el sexo (Grace masturbándose repetidamente: lo de Jennifer Lawrence es todo un caso de estudio, una actriz de primera línea que no parece verse contaminada por la ola de puritanismos en el cine actual), los animales, la naturaleza o cualquier acto de lo más cotidiano.
La mente de Grace ha de estallar continuamente al ritmo de su puesta en escena, de los cambios de todo, de la música, de los llantos de un niño o los ladridos de un perro. Puro horror vacui sonoro y visual, sostenido sobre una suerte de idea muy equivocada de lo que representa el virtuosismo, el de las interpretaciones, el de la cámara, el del montaje. Sucedía con Mother! y sucede con Die, My Love, que uno, por comparar, tiende siempre a volver al mismo referente, Spider, de David Cronenberg, la mejor representación de un cerebro dañado que no necesita epatar al espectador porque le basta con provocar desasosiego y turbación, enfrentándolo con el abismo de la enfermedad.
(Reino Unido, Estados Unidos, 2025)
Dirección: Lynne Ramsay. Guion: Lynne Ramsay, Enda Walsh. Elenco: Jennifer Lawrence, Robert Pattinson, Nick Nolte, Sissy Spacek. Producción: Andrea Calderwood, Justine Ciarrocchi, Jennifer Lawrence, Thad & Trent Luckinbill, Martin Scorsese, Molly Smith. Duración: 118 minutos.
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