(Estados Unidos, 2016)
Dirección y Guión: Matt Ross. Elenco: Viggo Mortensen, George MacKay, Samantha Isler, Frank Langella, Annalise Basso, Nicholas Hamilton, Shree Crooks, Charlie Shotwell, Trin Miller, Kathryn Hahn, Steve Zahn. Producción: Monica Levinson, Jamie Patricof, Shivani Rawat, Lynette Howell Taylor. Distribución: UIP. Duración: 118 minutos.Teoría y práctica
Capitán Fantástico (Captain Fantastic, 2016), el segundo largometraje como director del actor Matt Ross (28 Hotel Rooms, 2012) es un film que retoma la estética, las características argumentales, el tono y el espíritu de aventura de películas como Little Miss Sunshine (2006) de Jonathan Dayton y Valerie Faris; Into the Wild (2007), de Sean Penn, y Moonrise Kingdom (2012) de Wes Anderson, para construir con calidez y visión crítica la idiosincrasia de una familia que desarrolla su vida alejada de los condicionamientos sociales en un bosque de Estados Unidos.
La familia Cash vive en medio de un bosque en el noroeste de Estados Unidos, cazan animales, plantan frutas y verduras, se entrenan para sobrevivir en condiciones extremas, aprenden sobre política, filosofía, física cuántica, retórica, matemática, literatura y viven una vida extraordinaria, austera y severa bajo el liderazgo de su estricto padre, Ben (Viggo Mortensen).
Cuando la madre de los seis niños se suicida a causa de una severa enfermedad neurológica tras mes de internación y años de tratamiento la familia emprende un viaje para impedir que el padre de Leslie (Trin Miller) la entierre en un funeral católico, ya que según su testamento y última voluntad ella solicita que su cuerpo sea cremado y su despedida sea una fiesta alegre y no una ceremonia solemne.
En el viaje los niños interactúan por primera vez con el mundo y con personas que creen que su forma de vida es extravagante e incluso nociva para su salud física y mental. La actitud confrontativa de Ben con su hermana (Kathryn Hahn) y un encono de toda la vida con Jack (Frank Langella) el padre de su esposa, llevan la situación al límite y los discursos de ambos bandos se convierten en acciones que buscan diferentes caminos para lidiar con la muerte.
El film de Matt Ross realiza una crítica desde el marxismo y sus ideales al pobre sistema educativo norteamericano, al sueño americano devenido imperio del consumo de basura descartable, a la apatía de una juventud sumida en el tedio y el aburrimiento y a la posibilidad de llevar a cabo propuestas de de resistencia al modelo capitalista de explotación y destrucción del planeta y sus habitantes.
El opus contrapone la realidad social con el experimento de la familia Cash poniendo énfasis en la posibilidad de construir alternativas sociales a la decadencia de la cultura norteamericana. Aunque utiliza demasiados estereotipos la película plantea exitosamente la necesidad de prepararse y formarse para realizar acciones concretas. El film también plantea un análisis sobre las diferencias culturales que subyacen en la sociedad norteamericana y las bifurcaciones del sueño hippie.
La extraordinaria fotografía de la francesa Stéphane Fontaine (Elle, 2016) se destaca por sus claroscuros y la contraposición entre la belleza y la inclemencia de la naturaleza con la monotonía de la ciudad. Las actuaciones de Viggo Mortensen y los niños que componen una gran e inusual familia sostienen esta propuesta que busca combinar momentos de reflexión con decisiones que llevan hacia la realización de acciones concretas que implican valores morales y éticos enterrados bajo la cultura del hedonismo.
De esta manera Ross logra plantear ideas políticas y cuestiones sociales que desde la crisis financiera del 2008 son cada vez más frecuentes en la opinión pública estadounidense y que antes estaban completamente ausentes del debate público y el espectáculo. Capitán Fantástico se presenta así más que como un producto del entretenimiento como una toma de posición moral ante un sistema decadente y perverso que bajo el mando de las corporaciones envenena el espíritu y el cuerpo humano para controlarlo, humillarlo y finalmente destruirlo.
Martín Chiavarino
¿Cómo le enseñaremos a nuestros hijos sobre la sociedad? ¿Cómo nos enseñaron a nosotros lo que aprendimos? Capitán Fantástico (Captain Fantastic, 2016) cuestiona los pilares educativos sin dejar de cuestionarse a sí misma. ¿Quiénes somos en medio de esta sociedad consumista y quiénes hemos dejado de ser?
Hace un tiempo, la familia de Ben (Viggo Mortensen) se mudó con él al bosque buscando nuevos métodos de enseñanza para sus hijos y para aliviar la condición de la madre que padecía un trastorno bipolar. A medida que transcurre la película, nos damos cuenta de que el método de enseñanza es impositivo pero como tiene en sus bases programas de lectura fundacionales para la formación del alma y tiene algunos resultados favorables, nos cuestiona sobre cómo aprendemos en la escuela, en la universidad y, en general, en el transcurso de los días.
Todo esto se desarrolla con una gracia a ratos punzante. En un momento celebran el Día de Noam Chomsky, a pesar de que Rellian (Nicholas Hamilton), uno de sus hijos menores, preferiría celebrar la Navidad como las demás personas. Escenas como ésta dan cuenta de que el guión cae en giros previsibles al mismo tiempo que los desarrolla con inteligencia. Ben le permite a Rellian rebatir sus puntos sobre por qué celebrar a una figura creada por la fe antes que celebrar los logros de un ser humano. No olvidemos tampoco el momento donde la familia visita la ciudad por una causa mayor y se encuentran con tanto consumismo personificado en la gordura extrema de quienes los rodean. Ciertamente en Norteamérica los problemas de sobrepeso son serios, pero la sociedad consumista no está delimitada por países. Varía según las latitudes.
Al final, los resultados en la mejoría de la enseñanza de sus hijos son tan evidentes como el empeoramiento de otros factores lo que conlleva a una transformación de toda la familia. Así lo demuestran las actuaciones comprometidas de los involucrados. Mortensen lidera con firmeza al grupo, pero ni siquiera los menores se ven opacados por él.
Podría decirse lo mismo de los aspectos técnicos del filme. La banda sonora celebra una y otra vez la vitalidad de estos personajes y de lo que buscan en su viaje, así como el vestuario de tonos brillantes (verde oliva, rojo, celeste) destaca, más que sus personalidades, lo que cumplen ellos dentro de la historia.
Recientemente, Mortensen fue nominado al Independent Spirit en la temporada de premios que comienza en Estados Unidos. Esta nominación se suma al premio por dirección de Matt Ross en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes de este año y su recorrido por otros como el de Seattle.
Eduardo Elechiguerra Rodríguez | @EElechiguerra