El Hollywood de estos últimos años será recordado como falto de ideas originales, ya que los estudios buscaron rehacer y exprimir franquicias lo máximo posible. Afirmar que hubo un cambio de consumo en el medio audiovisual no basta para definir este presente, donde todo parece ya haber sido contado.
En el caso de Cómo entrenar a tu dragón, más que tratarse sobre un remake de su contraparte del 2010 (pudo haber aportado una nueva mirada o añadir una capa de significación a la historia), termina convirtiéndose en una copia plano a plano. No propone absolutamente nada nuevo; es más, el traspaso del medio animado al live action termina entorpeciendo la identidad de la original.
Dean Deblois (Lilo & Stitch), director de la trilogía, regresa para esta nueva iteración sobre los habitantes de la isla de Berk y su guerra contra los dragones. En la historia del cine ya ocurrieron fenómenos similares en los que un mismo realizador vuelve años más tarde para dirigir una misma película otra vez. Por dar ejemplos, Alfred Hitchcock hizo lo propio con El hombre que sabía demasiado en 1934 y 1956, o Michael Haneke con Funny Games en 1997 y 2007. Ahora Deblois retorna a la silla de director no necesariamente porque quiera contar algo nuevo o porque busque hacer evolucionar la franquicia un paso más allá, como lo hizo George Miller con Mad Max en 2015, sino con la intensión de preservar la identidad y el corazón de la trilogía animada por sobre los ejecutivos del estudio. Esto termina desembocando en una obra que, para quienes ya han visto la original, es prácticamente similar, aunque sin la magia que trae la animación.
Deblois termina convirtiéndose en uno de los pocos directores que dirigió tanto la obra en formato animado y una contraparte con actores. Es más, es extremadamente curioso que Cómo entrenar a tu dragón haya compartido cartelera con la nueva Lilo & Stitch, cuyas primeras versiones fueron realizadas por el mismísimo Deblois. Este atípico acontecimiento no es más que una consecuencia de las nuevas maneras que hay de ver y hacer cine en estos tiempos; hoy las audiencias se sienten más cómodas consumiendo algo que ya conocen. Eso se nota en la cartelera. Las mismas películas vuelven a hacerse con algunos años de diferencia, direccionando su mirada a la de un producto efímero y eficaz, pero carente de alma. Así deja atrás al Hollywood de décadas pasadas, que sabía generar blockbusters memorables.
Parafraseando al personaje de Debbie Reynolds en Cantando bajo la lluvia, “Once you have seen one, you have seen them all”, haciendo alusión a que todas las películas son iguales, se puede hacer describir con facilidad el esquema de producción actual que rige en Hollywood. Y es que aquí surge la pregunta: ¿Por que se debería ver esta nueva versión de Cómo entrenar a tu dragón sabiendo que es idéntica a la original? El tiempo dirá si la versión animada prevalecerá frente al live action, pero lo cierto es que esta última es un film que carece completamente de sustancia, una copia que funciona pero que no tiene ningún atisbo de identidad propia. Al fin y al cabo, fue producido para promocionar un parque temático del estudio.
Aún así, Cómo entrenar a tu dragón cumple con lo que se propone y quiere ser una transcripción perfecta plano a plano sobre una película que se estrenó hace quince años. Algo que también fue realizado previamente por Disney con la nueva iteración de El Rey León dirigida por Jon Favreau; un calco idéntico y fallido de la obra original. Un ejercicio parecido fue realizado por Gus Van Sant en su versión de Psicosis, con un fin diferentes al de las películas antes mencionadas. De todos modos, esta nueva versión sobre Hiccup y Chimuelo cumple con su cometido: llegar a nuevas audiencias, en su mayoría niños que no hayan visto la original.
Ya ha sido confirmada una segunda y tercera parte adaptadas a partir de Cómo entrenar a tu dragón 2 y 3, en las que Deblois ya confirmó que habrán cambios respecto al material original en pos de contar algo nuevo.
(Estados Unidos, 2025)
Guion y dirección: Dean Deblois. Elenco: Mason Thames, Nico Parker, Gerard Butler, Gabriel Howell, Julia Dennison Producción: Dean Deblois, Marc Platt, Adam Siegel. Duración: 125 minutos.