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CRÍTICAS - CINE

Cowboys & Aliens

Cowboys & Aliens (EEUU, 2011)

Dirección: Jon Favreau. Guión: Roberto Orci, Alex Kurtzman, Damon Lindelof, Mark Fergus, Hawk Ostby, Steve Oedekerk basado en el cómic de Scott Mitchel Rosenberg. Producción: Ron Howard, Brian Grazer, Roberto Orci, Alex Kurtzman, Damon Lindelof, Scott Mitchell Rosenberg. Elenco: Daniel Craig, Harrison Ford, Olivia Wilde, Paul Dano, Keith Carradine, Clancy Brown, Sam Rockwell, Noah Ringer . Duración: 118 minutos.

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La unión debería hacer la fuerza, pero a veces cuando hay muchas manos en el plato se hace mucho garabato.

Los realizadores más poderosos de la actualidad se juntaron para concebir un proyecto que unía acaso a los dos géneros de culto más importantes de la historia del cine hollywoodense: el western y la ciencia ficción. Como dice el título: Cowboys & Aliens.

Ron Howard se da de la mano con Spielberg, agarran un cómic bastante exitoso, llaman al director y guionistas de Iron Man, a los guionistas de Transformers (la original, la mejor), de Star Trekk, de las series Fringe y Lost (o sea, todos el equipo de J.J. Abrams) y encima reúnen nuevamente a James Bond con Indiana Jones (Spielberg ya la había logrado en La Última Cruzada). Para completar el combo, una de las actrices más hermosas del momento: Olivia “13” Wilde.

Demasiados nombres y los resultados… son apenas discretos.

¿Dónde falla Cowboys & Aliens entonces? Que pensaron un producto, no una obra cinematográfica.

La historia nos lleva al viejo oeste, donde un hombre (Daniel Craig) despierta amnésico en medio del desierto con un brazalete metálico en la muñeca. Cuando el desconocido llega al pueblo más cercano, descubre que lo buscan por robos y asesinatos. En el medio entra en acción el coronel Dolarhyde (Harrison Ford), un militar retirado que ahora se convirtió en el ganadero que da de comer a todo el pueblo con sus ganancias, ya que las minas de las montañas del pueblo, aparentemente están secas.

Mientras que el desconocido trata de descubrir que le pasó, los aliens invaden el pueblo, secuestrando a la mitad de la población (nunca queda claro porque los secuestran, más que para hacerles injustificados exámenes físicos). La cuestión es que los extraterrestres vinieron al Tierra con un única misión: llevarse el oro de las montañas (tampoco queda claro para que les sirve el oro).

Por lo tanto, los cowboys con ayuda de los Apaches de la región, tratarán de rescatar a los suyos y desterrar a los aliens.

Una premisa de estas características necesitaba un tratamiento divertido, ágil, bizarro. En cambio, como sucede con los Transformers y demás obras de los mismos guionistas, la historia cae en un producto por encargo sin corazón ni odio.

Favreau que supo aplicarle elegancia y carisma a un personaje como Iron Man (¿o es que los elogios deberían ir hacia Robert Downey Jr.?) acá toma una fría distancia de lo que está generando. No es que la película no sea entretenida o esté mal narrada, sino que no transmite la emoción necesaria. Posiblemente parte de la culpa la tenga Daniel Craig cuyo personaje sea tan frío como el último James Bond, quizás porque Harrison Ford no logra ponerse la película sobre los hombros y queda relegado a un segundo plano lastimoso. Lo alarmante es la falta de humor, la seriedad, solemnidad e incluso la arista sentimental/dramática que le pusieron a la historia.

Barry Sonnenfeld posiblemente habría sido el director ideal, dado que ya jugó con ambos géneros en forma separada. Si bien Las Aventuras de Jim West no es lo que se puede llamar una obra satisfactoria, humor no le faltaba. Y si Hombres de Negro funciona es gracias al humor y no tanto a la ciencia ficción.

Una versión con menos presupuesto, actores menos pretenciosos, más berreta (que buena hubiese sido la misma película con Simon Pegg y Bruce Campbell como protagonistas) habría dado como resultado una obra más redonda, con mayor identidad incluso.

Del gran elenco algunos secundarios logran interpretaciones meramente creíbles: Sam Rockwell, Ketih Carradine, Paul Dano, Clancy Brown, Noah Ringer (sí El Ultimo Maestro del Aire). Los efectos especiales tampoco son asombrosos, y las referencias cinematográficas escasas: no se puede identificar como un western de ningún director. De hecho se parece más a uno televisivo (visualmente es televisiva, todo un pecado en el género), por lo tanto, se desaprovecha la geografía de la región. Los aliens son bastante asquerosos (tienen la misma cara que el de Super 8), pero a diferencia de Cameron o Lucas a Favreau le interesan más los personajes humanos. El problema es que están tan mal escritos, diseñados y, además hay tantos clisés y estereotipos que en este sentido tampoco se destacan.  Sí, el personaje de Craig remite a algunos héroes del género, especialmente al “rubio” de la saga del dólar de Leone, pero seamos honestos: Clint Eastwood le ponía mayor carisma.

Reitero, si bien no se trata de un fracaso absoluto (en términos artísticos, porque sí lo fue en proporciones económicas) pero tampoco es la obra que muchos esperábamos con gran ansiedad. Un producto salido de una máquina tan grande, fría y metálica como la nave espacial de los extraterrestres. Y ya lo dice el dicho: cuánto más grande es, más dura será su caída. 

 

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La invasión más antigua.

Desde hace unos años las películas con extraterrestres empezaron a invadir –chiste fácil-  el cine. Con mayor o menor fuerza, se pudieron ver grandes obras como la sorprendente Sector 9, o la olvidable Skyline; buscando darle una vuelta de tuerca más a este sub género, la gente de Dreamworks y Universal nos plantea una mezcla entre alienígenas y vaqueros. ¿O acaso es al revés?

Como bien dice el nombre del film, estamos viendo primero una película de cowboys donde aparecerán aliens. Un claro ejemplo de esto es la estructura narrativa con la que se inicia esta propuesta, recordando a la obra de Sergio Leone donde “el hombre sin nombre” y de pasado desconocido llega a un pueblo perdido. Este planteo continuará hasta la primera aparición de los alienígenas.
El guión escrito por Kurtzman, Orci, Lindelof, Fergus y Ostby claramente decanta por el género del western, donde si uno quiere quitarle el aspecto de ciencia ficción, los aliens bien podrían ser reemplazados por un grupo de esclavistas.
Si bien por un lado la elección sobre un género prevaleciendo sobre el otro hace la película más llevadera y logrando que no se convierta en un pastiche, también hubiera sido interesante que se arriesguen a mezclar un poco más los estilos; ya que estamos hablando de dos corrientes cinematográficas casi opuestas.

Otro punto que acerca la película más al far west que a los films de ciencia ficción, es el trabajo de Matthew Libatique, a cargo de la fotografía. Con una imagen apagada y sucia propia del western, y no tan colorida como es frecuente en propuestas de invasiones de extraterrestres.

Al inicio del análisis mencione que uno de los pocos puntos con la ciencia ficción era el usar el estereotipo de personaje recurrente en dicho género, un claro ejemplo es el personaje interpretado por Sam Rockwell, puesto como eje de los momentos cómicos del film. Entendido esto será fácil saber qué rol jugara cada personaje en la historia, y hasta predecir con que orden irán muriendo.
Teniendo en cuenta esta explicación, es entendible del porque ninguna actuación pasará a la historia, aunque tampoco ninguno de los actores será condenado a la hoguera por su interpretación. Si sorprende ver al eterno malvado Clancy Brown jugando en un papel de bonachón.

Finalmente, la dirección de John Favreu es simplemente correcta. Sobre todo a la hora de utilizar el fuera de campo para no mostrar rápidamente a los extraterrestres, algo que se convierte un acierto, ya que recuerda un poco a la buena remake de La Guerra de los Mundos a cargo de Spielberg –quien sale como productor en el film que nos compete-.
También es interesante una pequeña secuencia en un barco abandonado, donde el realizador da muestras de una buena mano a la hora de generar suspenso y tención, jugando con el espacio y sacando provecho del buen trabajo de iluminación con que cuenta.

En conclusión, el mejor consejo para disfrutar Cowboys & Aliens es entender que estamos ante una película sincera, desde el nombre y sobre todo desde el tráiler, con la dosis necesaria de acción y aventuras.
Para dejar embobado a cualquiera, como si estuviera viendo luces extrañas en el cielo.

Por Jorge Marchisio

 

El western y la ciencia-ficción siempre estuvieron relacionados. Desde Viaje a las Estrellas hasta Avatar , muchas de las más famosas historias de naves espaciales, ambientadas en otros mundos, toman su estructura de los relatos con vaqueros, indios y diligencias. También hubo mezclas de los géneros en la serie Las Aventuras de Jim West (y en su fallida adaptación cinematográfica, Wild Wild West).

Por ese camino transita Cowboys & Aliens.

Estamos en los tiempos del Far West. Un hombre (Daniel Craig) despierta en medio del desierto, sin saber quién es ni cómo llegó allí… ni cómo apareció en su brazo una extraña pulsera metálica. Enseguida descubrirá que es Jake Lonergan, uno de los forajidos más temibles del Oeste. Y justo cuando es atrapado por la ley y por el Coronel Woodrow Dollarhyde (Harrion Ford), quien asegura que Jake le robó oro, hará un descubrimiento más inusual y peligroso: aparecen naves espaciales que atrapan gente, y la pulsera es la única arma que parece detenerlas. El ladrón, el coronel y un grupo de antihéroes deberán ir en rescate de los secuestrados, aunque para lograrlo deberán hacerle frente a una amenaza desconocida y feroz.

El argumento tiene puntos en común con el de uno de los mejores westerns jamás filmados: Más Corazón que Odio, de John Ford, en donde John Wayne debe rescatar a su sobrina de manos de los indios. Aquí, es Dollarhyde quien va en busca de su inmaduro hijo (Paul Dano)., y en vez de nativos, hay extraterrestres. En realidad, sí hay una tribu, pero se alían con Jake y el Coronel para combatir a los nada simpáticos visitantes espaciales, quienes están en la Tierra… por el oro. Se nota que en esos tiempos, la fiebre por ese material se extendía a toda la galaxia.

En cuanto a los aliens, son muy similares al de la reciente Super 8, que a su vez se parece al monstruo de Cloverfield, pero de menor tamaño. Criaturas realistas, con rasgos de reptil, múltiples brazos, y muy peligrosos. Una tendencia de estos tiempos, así como en los ’80, por ejemplo, muchos ETs tenían cualidades lumínicas.

Jon Favreau, director de Iron Man y su secuela, la tiene clara a la hora de entretener. Cuenta una historia y usa los efectos especiales de manera que no resulte empalagosa. Pero aquí no tiene un Robert Downey Jr. para sumarle carisma y encanto al resultado final. Dato curioso: el Tony Stark de la pantalla grande iba a formar parte del elenco, pero se bajó para hacer Sherlock Holmes 2.

Aunque ninguno de los dos tiene una actuación inspirada esta vez, Daniel Craig y Harrison Ford demuestran que saben interpretar a tipos recios, cínicos, pero de buen corazón y dispuestos a luchar. La química entre ambos es muy interesante; dos rivales que deben trabajar en equipo. Sin embargo, esa química no está muy explotada, ya que casi no interactúan entre ellos tanto como con el elenco secundario. Olivia Wilde deslumbra con su belleza, pero también sabe actuar, y hasta queda un poco mejor parada que sus co-protagonistas masculinos.

De los protagonistas secundarios, se destacan el gran Sam Rockwell como Doc, el sumiso cantinero que se hará fuerte, y Keith Carradine en el papel del sheriff. Ambos tenían experiencia en el western, sobre todo Keith C. Hasta actuó con sus hermanos David y Robert (y con papá John, aunque sus escenas fueron eliminadas) en La Cabalgata Infernal, obra maestra de Walter Hill.

Cowboys & Aliens no será genial, pero nunca deja de ser entretenida. Pero es cierto que podría haber estado para más.

Por Matías Orta

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