Brain Damage
“There’s someone in my head but it’s not me
And if the cloud bursts, thunder in your ear
You shout and no one seems to hear. “
Luego de 10 años de internación en un hospital psiquiátrico, Felipe vuelve a la casa de su infancia. Del pasado sólo queda su hermana y un enorme jardín que nunca pudo borrar de su mente. En el reencuentro también se suma Daniel, actual pareja de ella, un hombre muy particular que no sólo deberá conocer a su intrépido cuñado sino también volver a enamorarse de la parte más oscura y desconocida de su concubina.
El actor, escritor y director Santiago Gobernori, quien supo destacarse en el teatro con La terquedad o en cine con la reciente Las Vegas, demuestra lo bien que le sienta la dramaturgia y presenta sus dos nuevas obras en el Club de Teatro Defensores de Bravard (Gurruchaga 1113), con La verdad efímera y Pobre Daniel, donde el autor le da un giro de calidad a la comedia negra del teatro under porteño. En sus atrapantes textos, donde el humor y el drama conviven de una manera precisa y para nada forzada, Gobernori hace uso y abuso de diferentes recursos dialécticos para dar un relato fuerte y complejo que desconoce de tiempos y espacios reales.
En este caso, Pobre Daniel utiliza diferentes estímulos para hacer transitar al espectador en lo más recóndito de la mente de su protagonista. La historia en cuestión atraviesa a sangre fría a los tres protagonistas en su totalidad. Con magníficas interpretaciones, especialmente la de un desquiciado Felipe, impulsada por el inquieto Manuel Attwell pero bien acompañado por Julián Cabrera y Paula Pichersky, los actores reflexionan sobre el amor, la familia, los celos, el compromiso, el pasado y el presente, de esta forma, el futuro se vuelve una incógnita en esta historia.
El ritmo de la obra se acelera cada vez que, ayudado por diferentes sonidos y juegos de luces. Felipe expresa los rasgos más oscuros de su mente. Para ello Atwell se apodera del espacio y su cuerpo pareciera ser una topadora que arrasa con toda la escena, incluyendo a su hermana y cuñado ficticios. Es aquí cuando el relato se desdobla y el espectador activamente puede sacar su propia conclusión de lo que es y lo que parece. La locura y el miedo son una constante en la historia, pero esto no evita que por momentos el texto se torne divertido, irónico y por demás sorprendente.
La relación que une a los personajes hace que la intensidad del relato llegue a momentos exquisitos como letales. Los flashbacks entre hermanos son magistrales, la locura se vuelve un condimento de estilo y las narraciones entre amor- odio nos lleva al público y a Daniel, a sorprendernos más y más. Aunque todo se complejiza, otra vez, con la posibilidad de que una cuarta persona aparezca en escena y Felipe deba demostrar quien no es. ¿Cómo te recibe la realidad cuando pasaste un tiempo fuera de ella? ¿Cuán preparado está el afuera para toparse con otra realidad?
Teatro: Defensores de Bravard. Gurruchaga 1113.
Funciones: Sábados 21hs (La verdad efímera) 23hs (Pobre Daniel).
Entradas: $180,00. Combo dos obras: $300,00
© Estefanía Lestanquet, 2018
Permitida su reproducción total o parcial, citando la fuente.
Dramaturgia y Dirección: Santiago Gobernori. Actuación: Manuel Attwell, Julián Cabrera, Paula Pichersky. Diseño de luces: Ricardo Sica. Realización de escenografia: Nicolás Ancona. Fotografía: Antú Martín. Pinturas: Juan Cruz García Gutiérrez. Diseño de imagen: Lucía Vanin. Asesoramiento escenográfico: Vera Aricó. Asistencia de dirección: Ariel Baron. Producción: Zoilo Garcés. Prensa: Cecilia Gamboa.