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Diario del Festival – Día 6

Diario del Festival – Día 6

Cannes, 16 de mayo del 2011.

El día de hoy consistió en uno de los mas esperados en el festival debido a la llegada de un film que contaba con mucha expectativa dentro del ambiente cinéfilo, es más, estuvo por integrar la selección oficial del año pasado pero por no encontrarse terminado el corte se esperó hasta último momento y finalmente no pudo ser incluida en esa ocasión. Su director, un personaje alejado del sistema hollywoodense, la fama, el glamour, filma aproximadamente cada un promedio de 5 años años y cuenta con sólo 7 films en su haber. Sin intención de convertirse en una celebridad, ni siquiera acudió a presentar su film al mundillo de la prensa, dejando que el mismo se presente por sí mismo. No obstante, los actores principales del elenco, Brad Pitt y Jessica Chastain se encargaron de brindar una conferencia de prensa informal y, la pareja Pitt-Jolie un espectáculo romántico de idas y venidas en la alfombra roja, cual un cortejo, saludando al público que espera horas por la única posibilidad de contar con una foto de la estrella o un autógrafo en un impensado caso. Brad se lució en ese sentido, se entregó a su público, una actitud que muy pocos realizan en festivales, codearse con el publico que los consume.

Al mediodía los acreditados de prensa, distribuidores, directores, realizadores y productores argentinos estuvimos invitados a un almuerzo realizado en el Carlton Hotel, con motivo de la presentación de la tercer edición de Ventana Sur, una joint venture junto al Marché du Film del Festival de Cannes. Ventana Sur es un importante encuentro en Latinoamérica para mostrar nuestros films a compradores y distribuidores a lo largo del globo. Su segunda edición, celebrada pocos meses atrás en Puerto Madero, no sólo cuenta con proyecciones diarias, sino que alberga a una gran cantidad de acreditados que pueden realizar sus negocios, asistir a boxes con un disco rígido que cuenta con cada uno de los films inscriptos por productores y distribuidores, donde pueden acceder el tiempo que deseen a la visión de los mismos y asi poder decidir si el proyecto visto como un producto comercial puede ser viable para su territorio. El evento es importante en el marco que existen muchas realizaciones de pequeñas productoras de países limítrofes que no por costos no pueden viajar a Cannes todos los años por cantidades mínimas de films, y de ésta manera, por la proximidad y el costo que involucra acreditarse pueden codearse con compradores internacionales y lograr acuerdos, contratos y exhibir sus films que de otra manera pasarían desapercibidos. Antiguamente esta modalidad sin el tamaño de Ventana Sur, se realizaba con similitudes en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, algo que quedó alejado en la actualidad y quitó interés en que muchos distribuidores, compradores, etc, viajen anualmente al Festival, quizás por la lejanía de la ciudad costera.

Por la tarde, en el stand de Italia, se entragaron los premios a los proyectos ganadores del concurso para desarrollo de proyectos Cinecittá/Luce – Incaa:

Naviante, de Juan Pablo Young 

Amores Pasajeros, de Alberto Ponce

12 Apostoles, de Cristian Trebotic

Tesis para un Homicidio, de Patricio Vega y Jimena Blanco

 Guiso de Iguana, de Martín Salinas, Pepe Salvia y Laura Tablón

 Invasión Verde, de Florencia Santucho

The Tree of Life de Terrence Malick (Competencia Oficial)

Nadie sabía de qué iría este film, apenas algunas escenas se habían colado por la red; un drama de época, la extraña aparición de un dinosaurio, ¿nuevamente la presencia de la naturaleza como en otros films de Malick?. El gran interrogante pudo ser revelado.

Si, como es costumbre, la naturaleza está presente en film, no tan vital como en La Delgada Linea Roja o Días de Gloria (film cuya partitura de Ennio Morricone casualmente es el leitmotiv de Cannes previamente proyectado antes de cada film). La cámara de Malick se hace presente, con idas y venidas vertiginosas, una steadycam que va y viene constantemente, fluyendo entre personajes, situaciones, como muchas veces se destaca, consigue convetirse en un personaje más de importancia narrativa frente a la obra. Brad Pitt, Sean Penn, si, actores de esa talla. ¿Qué mas?.

The Tree of Life es de esas experiencias cinematográficas que no terminan de cerrar con una solo visión, uno de esos films a los que se necesita estar muy atento, inmerso, como ocurriese con Imperio de Lynch, una mínima desconección te deja fuera del fillm como para nunca poder volver a el, al menos en esta visión. La majestuosidad de escenas de Malick es característica, el film nos hace preguntarnos en varias ocasiones acerca de diversos temas, lograr un entendimiento y volver  a repreguntarnos sobre el por que de la conducta humana. Pero esta vez, Malick va un poco más allá de las situaciones domésticas, un ámbito marcado y determinado, una estructura lineal, o un simple traslado cinematográfico de una novela cualquiera sea, el camino es dirigido hacia lugares no tan transitados en cine, al menos desde esta perspectiva sensorial, de análisis y concientización. Meternos con posibles situaciones paranormales, hablar del mas allá e inclusive la metafísica no es tara sencilla. Gran parte del encanto del film radica en que al igual que en 2001: Odisea en el Espacio de Kubrick, ambas comparten diseños del mismo realizador.

Link a conferencia de prensa:

http://www.festival-cannes.com/es/mediaPlayer/11317.html

Hors Satan de Bruno Dumont (Competencia Oficial)

Dumont sigue a la cacería de historias rurales con matices brutales, paradigmáticos, seres alejados de las buenas costumbres, extremos, reservados, fríos. Como en Flandes, Hors Satan se conduce hacia regiones en las que las creencias son vagas, imponentes. Un hombre con el “¿poder?” de sanar, curar, decidir quien muere y quien no, elemento jamás justificado, creíble, apenas barajado. En su camino, transitan personas, cruzan viajeros, una vecina con una niña enferma, abusadores y una mujer, seres que están librados a los quehaceres cotidianos de lugares muy poco cálidos ni atrayentes, de aquellos como en Peyton Place, donde pareciera nunca ocurrir nada mientras en realidad suceden importantes casos. La violencia reina, es un lugar común. Todo puede suceder en los microuniversos que plantea Dumont, un director surgido de festivales, con reminiscencias constantes a Bresson en su manera de dirigir.

Et Maintenant on va ou? de Nadine Labaki (Un Certain Regard)

Si hacemos un cóctel de El Cartero + La Vida es Bella + Mi Gran Casamiento Griego, obtenemos un agradable pero desabrido e ilógico film como Where do we go now? (Et Maintenant on va ou?).

Nadine Labaki, oriunda del Líbano, no sólo dirige sino que actúa con un carisma de mujer imponente aunque en materia de guión hay ciertos aspectos éticos y políticos que no se consolidan con la comicidad. Un pueblo donde frente al machismo reinante sólo se junta en grupo para jugar a las cartas, organizar venganzas de tipo políticas y raciales, sumado al bajo lugar donde dejan a las mujeres, quienes acceden a una especie de revolución frente a sus hombres. Con un mensaje claramente antibelicista y armonioso, con medios poco claros y excesivos en materia de querer instalar o sugerir que por ejemplo el hombre (machista encima) puede dejar de ser violento y declarar una guerra con el simple hecho de utilizar estupefacientes o deleitarse con prostitución. En este caso el objetivo resulta contradictorio, no obstante el costado femenino que entabla Labaki llega a una audiencia que a veces perdona todo por el hecho de pasar un buen rato.

Habemus Papam de Nanni Moretti (Por Fernando Juan Lima) (Competencia Oficial)

Que se presente una nueva película de Nanni Moretti siempre es un evento para festejar. Que vuelva a abordar el tema de la religión y el de la iglesia (no confundir), remite a su primera película estrenada en Argentina, Basta de sermones (La Mesa e Finita). Con menos desencanto, pero no por eso con menos filo, Moretti construye una serie de viñetas (que, es cierto, no siempre funcionan con igual eficacia) en las que la ironía y hasta la sincera sorpresa desnudan un mundo que por ridículo no deja de mostrar su costado perverso, regido por insólitas reglas de conducta y sistema de valores. La elección del Papa (Michel Piccoli) que duda en aceptar su designación y la entrada en escena de un psicoanalista para ayudar en esa circunstancia (el propio Moretti) dan lugar a grandes momentos en los que se muestran en paralelo las actividades que aquel psiquiatra emprende para matar el tiempo en su involuntario encierro en la Santa Sede (torneo internacional de vóley entre los prelados de los distintos países que eligen al máximo pontífice) y el deambular por Roma del Papa fugado (que da cuenta de su frustrada vocación actoral). Frente a la gestualidad de reminiscencias algo siniestras del actual Jefe de la Iglesia, la enorme y encantadora presencia de un Piccoli que expresa su convencimiento en cuanto a su falta de fortaleza para modificar de raíz lo construido sobre los cimientos que forjó San Pedro, complejiza lo que en otras manos podría haber sido un “film de denuncia”, al poner en el centro de la escena un personaje que provoca una ineludible corriente de ternura y empatía. Moretti nos deja imágenes e ideas inolvidables, en una línea menos subrayada que la de El Caimán (película injustamente atacada, a mi entender, sin embargo), mostrándose en plena forma y compartiendo su cosmovisión de consabido cascarrabias que tanto extrañábamos.

Hanezu No Tsuki de Naomi Kawase (Por Fernando Juan Lima) (Competencia Oficial)

Resulta difícil aceptar el desencanto que nos produjo la última película de nuestra admirada Naomi Kawase. Es que sólo Shara justifica esa admiración y respeto, aunque se aceptara que en  las subsiguientes El Secreto del Bosque (estrenada comercialmente en nuestro país) y Nanayo (vista en el Festival de Mar del Plata de 2008) había recaído en cierta reiteración y auto-plagio, como sostuvo alguna crítica. He defendido estas películas, pero ahora (¡siempre tarde!) debo admitir que advierto ese agotamiento de una veta que aparece como demasiado recorrida por la directora. Y, es más, en esta historia de un trío entre dos hombres y una mujer, incurre en algunas decisiones que entendemos impropias en el contexto de su obra, que no se condicen con su línea autoral. Como siempre, Kawase decide dejar de lado el peso de la Historia para asentarse sobre la construcción mítica de la humanidad (y, en concreto, del Japón). Esto que en sus anteriores películas hallaba cierta justificación y era abordado con sutileza, aquí es reiterado con una explicativa voz en off (¿la voz de la montaña?) y subrayado por una omnipresente música (un insufrible chelo) que impide disfrutar lo que siempre había sido una marca de fábrica kawasiana: el sonido y su ausencia, el uso del silencio como significante y perfecto creador de climas. No es que no existan destellos que demuestren lo que Kawase puede darnos (la presencia de la naturaleza, la bóveda que se abre con una sonoridad que remite a otros mundos); pero tensar esa cuerda que tan bien funcionaba en la citada Shara es muy difícil. Es claro que aquí no logró repetir esa proeza.

Link a conferencia de prensa:

http://www.festival-cannes.com/es/mediaPlayer/11399.html

Dentro del marco del Marché du Film, se exhibió lo nuevo de Mathieu Amalric en dirección (Palma de Oro a la mejor dirección por Tourneé en el 63º Festival de Cannes), The Screen Illusion. Una reposición de Battle Royale pero en 3D, Ninja Kids de Takashi Miike quien también está presente en la competencia oficial con Hara Kiri; Red State, lo nuevo de Kevin Smith.

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