Diario del Festival – Día 8
Pinamar, 12 de marzo de 2011
En el día de hoy, dio por finalizado el encuentro anual que se realiza en la ciudad de Pinamar ya hace siete años consecutivos. La mañana tuvo dos interesantes conferencias de prensa, destacándose la presentación del film que cosechara desfavorables críticas por doquier, Familia para Armar, de Edgardo Gonzales Amer, presente junto a los actores Norma Aleandro, su hijo Oscar Ferrigno y la debutante Malena Sanchez. Seguidos por la exhibición de contados minutos del WIP (Work in Progress) titulado El Décimo Infierno, codirigida por Mempo Giardinelli y Juan Pablo Méndez, de género film noir seleccionado para la sección “Construye 5” del próximo Festival de Cine de Guadalajara. Un proyecto originalmente pensado para TV, cuyo camino derivó en uno cinematográfico. Protagonizado por Patricio Contreras y Aymará Rovera (Nordeste).
Culminadas estas dos conferencias, se dió paso a que el Sr. Carlos Morelli, organizador del encuentro, anunciara los diversos premios a entregar, resultado de la votación de periodistas acreditados y público que presente en las salas que haya dejado su voto en los sistemas informáticos de votación.
Premios:
Premio Balance de Oro:
Che, un Hombre Nuevo, de Tristán Bauer
Premio Balance de Plata:
Aballay, el Hombre sin Miedo, de Fernando Spiner
Premio Balance de Bronce:
La Mirada Invisible, de Diego Lerman
Premio Signis:
Los Labios, de Ivan Fund y Santiago Loza
Balance Especial:
Olga Zubarry y Goya Toledo
Durante el acto de premiación, tras las palabras de Morelli, Liliana Mazurre (Presidente del Incaa) y un emotivo homenaje a Olga Zubarry, cuyas palabras fueron lo mejor de la velada, se proyectó a modo de cierre del encuentro el último film del cineasta francés Francois Ozon.
Film de Claurura:
Potiche (Francois Ozon, Francia, 2010), por Carlos Federico Rey
Si yo les mencionara lo siguiente: película multicolor, llena de paraguas, con Catherine Deneuve cantando ¿de que películas les estaría hablando? No, lamentablemente no acertaron y esta vez no vamos a charlar de Los Paraguas de Cherbourg ese tratado maravilloso sobre la ausencia y el olvido que convirtieron en inmortal al gran Jacques Demy. Hoy la película de referencia es Potiche, Mujeres al Poder, que tienen a la Deneuve dirigiendo una fabrica de paraguas junto a sus hijos, donde previamente desbancan del poder al marido (Fabrice Luchini) ante los reclamos sindicales por parte de los trabajadores ya que este les otorgaba pésimas condiciones laborales en una fabrica francesa de paraguas en la década del setenta.
François Ozon es el responsable de esta comedia que aborda de manera grotesca los problemas de un matrimonio, sus relaciones extramatrimoniales y la relación entre padres e hijos. El humor utilizado por Ozon remite a los peores recuerdos del cine chabacano de los ochenta (si la película fuera Argentina quedaría dentro de la mejor tradición de Olmedo y Porcel) donde chistes sin gracia y que atrasan miles de años (el ruidito de la bragueta ante el intento fallido del jefe por cogerse a su secretaria no se puede hacer mas) degradan a la película a la peor estofa de la comedia francesa.
Esta comedia de baja calaña tiene coherencia dentro de la visión de Ozon sobre la mujer, una mirada casi misógina (algo que viene ocurriendo desde 8 Mujeres y La Piscina) una representación totalmente anquilosada sobre el poder femenino y sobre el efecto en los hombres. Potiche no se queda atrás y nos entrega también la peor versión de Gérard Depardieu, un político de poca monta y moral dudosa que resulta garante del ascenso de Deneuve al poder de la fábrica. Un pasado los une con una aventura romántica y un presente decadente donde Ozon, los pone a bailar en una discoteca brindándonos uno de los grandes momentos de la vergüenza ajena cinematográfica de los últimos años.
Terminando este festín conservador no podía faltar una mirada reaccionaria sobre la homosexualidad del hijo de la pareja Deneuve-Luchini, considerado hijo bastardo del matrimonio (del cual ni siquiera se sabe cual es el padre), un personaje del cual Ozon no puede tratar ni con un atisbo de ironía, al cual maltrata y odia y en línea con el odio a las mujeres, Ozon redondea una comedia odiosa, que termina en ¡Musical! Y otro gran momento aterrador del cine contemporáneo francés.
Balance:
Mi primer asistencia al encuentro Pantalla Pinamar, un “encuentro” o “ciclo” no definible como un “festival”, ya que existe una ausencia de jurado. Una semana un tanto rara, con muchos elementos favorables a considerar, algunas cuestiones realmente excelentes como todo lo relacionado a la organización y trato a la prensa, creo que ningún festival, ciclo o muestra que conozca o del cual haya recibido comentario alguno se destaque como en Pinamar, un lugar paradisíaco, con estadía a tan sólo 2 cuadras del mar y a una de los cines involucrados. En ese sentido, Pantalla Pinamar ofrece ese condimento extra que es la no pérdida de tiempo en traslados de un cine a otro y correr entre horarios que no encajan dentro de una grilla de programación. Las conferencias de prensa se realizan por la mañana en continuado.
Pantalla ofrece al menos 70 films a proyectar, dentro de ellos, una selección de cine nacional, films que hayan recorrido festivales de los denominados “clase A”. Por otro lado, si bien algunos internacionales sin distribución local por el momento sirven para acaparar la atención de distribuidores al focalizar la reacción del público en la misma región de comercialización, un gran aporte gracias a la estrecha relación con el Festival de Cine de Málaga y acuerdos con distribuidoras locales que prestan algunos films de pronta exhibición en cartelera porteña, en su conjunto, hacen que Pantalla Pinamar se nutra de una rica diversidad de propuestas cinematográficas. El resultado de la calidad de films exhibidos es dispar, con tendencias equidistantes entre géneros y gustos.
Considerando las selecciones de otras secciones, a veces es difícil ver desde afuera los criterios de elección, conocer qué características sobre aspectos como la calidad, filmografías o hasta ideologías han de tenerse en cuenta. Quizás por el tamaño del encuentro, esta y otras cuestiones sean evidentes, mayormente remarcadas y hacen cuestionar sobre qué sentido tiene realizar este encuentro, por un lado tenemos una región que no ha tenido posibilidad de ver muchas de las películas nacionales exhibidas durante el año 2010, otra es el aporte turístico y atractivo que brinda contar con este evento, destacado como una manera de ver cine argentino e ibérico.
Según el Sr. Carlos Morelli, asistieron este año 34289 espectadores, frente a los 25000 del año pasado. Gracias al haber coincidido con las fechas de carnavales, el encuentro se vió beneficiado, contando en sus primeros días de duración con una alta concurrencia a simple vista, las salas se llenaban, y se encontraron varias funciones con localidades agotadas, la segunda mitad no contó con la misma suerte.
Otro de los temas a destacar es el intercambio que provee el organizar focos sobre retrospectivas de países como éste año fueron India, España, Alemania y Suiza, brindando interesantes agasajos, elementos culturales como es la danza y la gastronomía de cada región particular. Son propuestas que inclusive festivales como BAFICI o Mar del Plata no han explotado todavía, inclusive la presencia de actores y realizadores de varios films presentados en calidad de preestreno, accesibles en conferencias.
Hay muchos aspectos que sería interesante conocer, como el por qué el Incaa destina tanto presupuesto a un encuentro de estas características, cómo se ve conformado el aporte del Gobierno de la Provincia y la ciudad de Pinamar, temas que claramente escapan al placer que significa el encuentro en materia cinematográfica.