El Aprendiz de Brujo (The Sorcerer´s Apprentice, EEUU, 2010)
Dirección: Jon Turteltaub Guión: Matt Lopez, Doug Miro, Carlo Bernard Producción: Jerry Bruckheimer Elenco: Nicolas Cage, Jay Baruchel, Alfred Molina, Teresa Palmer, Toby Kebbell, Mónica Bellucci. Distribución: Buena Vista Duración: 108 minutos
Todo Comenzó con un Ratón
El primer hechicero del siglo XX se llamó Walt Disney. Algunos creen que fue el creador de los dibujos animados, pero eso no es verdad. Lo cierto es que bajo el ala de este hombre contradictorio, polémico, imaginativo se crearon obras maravillosas de la historia del cine, que nos hipnotizaron por su magia… y aún la sangre de Disney brota en el cuerpo de Pixar, quienes elevaron con identidad propia el estudio más importante de la historia del cine estadounidense.
No vamos a ponernos meticulosos con la historia la compañía, pero vamos a recordar, uno de sus trabajos aún más bellos, armoniosos, arriesgados, personales de la historia, y lo admito, mi favorito.
Fantasía (1940) son múltiples cortometrajes que combinan música clásica, ópera, ballet con animación, ordenada con motivos cronológicos, desde los albores de la humanidad (como 2001, Odisea del Espacio) atravesando momentos cumbres de la historia hasta los tiempos aledaños. En el año 1999, se estrenó una secuela, que no tuvo ni la repercusión ni el éxito deseado. Fantasía 2000 nos traía jazz, blues y otros temas.
Pero de la obra original, es recordado especialmente un cortometraje llamado: El Aprendiz de Brujo dirigido por James Algar. El mismo se inspira en el tema musical que lleva el mismo nombre del corto compuesto por el francés Paul Dukas, que a la vez se basa en una balada escrita por Goethe (Fausto). Pueden verlo acá.
Pasemos la Escoba
Como en Disney nada se tira o se olvida, sino que se recicla… Y una atracción con juegos mecánicos en el Parque de Diversiones de Disney acerca de piratas, se transforma en una saga de aventuras, ¿como no podía existir el largometraje acerca El Aprendiz de Brujo?
La idea cayó encima de Jerry Bruckheimer, al que la asociación con los estudios del viejo Walt le dieron frutos con la saga de Piratas del Caribe y La Leyenda del Tesoro Perdido. En el 2010, el ex socio de Don Simpson apostó Doble o Nada… y me parece que le salió… Nada.
Hace 2 meses estrenó la versión cinematográfica del video juego Príncipe de Persia: Las Arenas del Tiempo. Los resultados fueron bastante desagradables. Más allá de la artificialidad del relato, la película fue un fracaso comercial, y cuando los números no cierra habría que evaluar si vale la pena seguir por la misma senda. Un director con un pasado interesante como Mike Newell no fue suficiente para reflotar una película con apenas un par de efectos especiales y escenas aventureras. Para El Aprendiz… confió en el director de La Leyenda del Tesoro… para tomar las riendas del barco, y lamentablemente, en el mismo equipo de guionistas (e inclusive uno de los protagonistas) de Príncipe de Persia.
Siempre se me ataca por ser un tipo frío, insensible ante los productos más manufacturados de e industriales de Hollywood, pero debo admitir, que en épocas remotas, fui seguidor del cine de Jon Turteltaub. No voy a decir que fanático, o que sus películas me encantaban, pero admito que a este comodín de Disney lo vengo siguiendo hace tiempo.
Como dije, Turteltaub está casado con la empresa Buena Vista desde los comienzos de su carrera, a principios de los años ´90 cuando realizó la subvalorada y bastante divertida/entretenida: Jamaica Bajo Cero (1993), una de las últimas apariciones del gran John Candy, aunque debo admitir que también vi su segunda película personal: 3 Ninjas (1992). Estoy seguro que más de uno la habrá visto. Un clásico de artes marciales con chicos y el finado Victor Wong.
Posteriormente, pero sin dejar la compañía agarró trabajos más “adultos”, cuestionables desde puntos de vista cinematográficos, pero que tenían buenas intenciones, moralina mediante, y trataban de relajar al espectador con humor sano, algo de romance y una cuota bastante más amplia de drama. El trío: Mientras Dormías (con Bullock), Fenómeno (Travolta) e Instinto (Hopkins). Son películas que dan un poco de vergüenza ajena, es cierto, pero que todos vimos e incluso nos emocionamos.
Sin embargo ante pobres resultados en la taquilla, Turteltaub decidió volver a trabajar con chicos y nos trajó la lamentable Mi Encuentro Conmigo (¡que traducción!) con Bruce Willis. En esta oportunidad se combinaba fantasía, comedia y drama melancólico. A pesar de las pésimas críticas, esto sirvió para que el director vuelva a estar en la lista de favoritos del estudio. Se asocia con Bruckheimer y Nicolas Cage. Entre los tres sacan las dos entregas de los Tesoros Perdidos, y si alguna vez hubo algún atisbo de identidad cinematográfica, aun cursi, en Turteltaub, esta ahora había desaparecido: películas de aventuras light, (mal) imitada de Indiana Jones, con cuota de patético patriotismo.
En El Aprendiz… la cosa empeora.
Todo comienza con una secuencia alrededor del 1300. El mago Merlín (que originales para poner nombres), se enfrenta por última vez, a su archienemiga Morgana. Merlín tiene tres aprendices. Verónica (Bellucci), por tratar de destruir a Morgana queda encerrada junto con ella dentro de una muñeca rusa. Horvath (Molina) se pasó de bando y también queda encerrado en una capa superior. El único que sobrevive del enfrentamiento es Balthazar (Cage con otra ridícula peluca y sin camello). Merlín, antes de morir, le pide que busque a un mago que será su único sucesor. Durante siglos, Balthazar, viaje a lo Richard Alpert, poniendo a prueba a chicos hasta que consigue al adecuado en… Nueva York. Por supuesto, se trata de Dave (Baruchel), un nerd, perdedor con las mujeres, al que solo le interesa sacar adelante su proyecto de física.
Horvath saldrá de su “muñeca” y tratará de revivir a Morgana, así ella puede esclavizar a la humanidad. Baltazhar debe entrenar a Dave y ponerle al tanto de sus superpoderes, mientras este trata de conquistar a su “amor” de la infancia, Becky (revelación Palmer, alias la doble de Naomi Watts).
El guión del quinteto de escritores no logra crear un relato que no se escape de lo convencional: o sea, personajes estereotipados, chatos, previsibles, unilaterales, una historia previsible, una estructura dramática compuesta por persecuciones, idas y vueltas que ayudan a extender el metraje injustificadamente, secuencias de acción, efectos especiales, dragones, autos fantásticos, etc. Todo es creatividad… superficial. En el fondo hay poco para rescatar. Todas frases hechas, diálogos poco creíbles y pretenciosos, romance aburrido. Si bien entretiene y posee un par de diálogos divertidos y efectivos (con relación a Star Wars, Indiana Jones o los magos pop del momento) es poco lo rescatable de esta película que se vuelve monótona, de lo manufacturada que termina siendo.
A diferencia de Newell, al menos Turteltaub le dio un poco más de lugar a la actuación y un poco menos a los efectos, pero aún así ni Cage ni Molina, logran permeabilizar sus personajes. Quedan estancados, rígidos en ellos. En cambio, el elenco más joven parece más suelto. Baruchel es un humorista consumado. Hace el personaje de “loser” de taquito. Pero se empieza a encasillar en el rol. Al igual que Michael Cera o Seth Rogen, que provienen de la misma generación, es hora de que empiecen a elegir diferente sus personajes, porque van a terminar aburriendo (es triste pero Rogen no sale del personaje de amigo fiestero ni siquiera en El Avispón Verde)
Baruchel, por su gracia natural, se destaca sobre Cage, que pasa a un segundo plano, por culpa de sus gestos demasiado conocidos a esta altura. Lo mismo pasa en el duelo entre Molina y Toby Kebbell (que también trabajó en Persia, pero se destacó en RockandRolla). A pesar de tener corta participación, sus aportes humorísticos son más atractivos que los tics del actor de Frida. Por último se rebela Palmer, como la chica de turno. Esta hermosa rubia, hace verosímil la interpretación que muchas otras hubiesen sobreactuado.
Pero la obra en sí decepciona. Todo funciona correctamente. No hay sorpresas (ni siquiera en el final post títulos con mensaje de secuela y homenaje a Mickey incluido).
La mejor escena, irónicamente es la más aislada del argumento y montada más forzosamente en la película: una seudoreproducción en música e imágenes de El Aprendiz de Brujo original con escobas, trapos, hachas, esponjas, espuma y agua por todas partes.
Sin embargo, injustificada inserción no levanta el nivel del film.
Un guión endeble, personajes e intérpretes mediocres no sacan adelante una película de estas magnitudes y presupuesto. Turteltaub confirma, lamentablemente, que es solo un aprendiz de Disney, un discípulo de Bruckheimer y Cage que acata las órdenes sin manifestar oposición.
Por amor a la fantasía, pasémosle el trapo a este Aprendiz de Brujo, y sigamos viendo a Mickey haciendo travesuras.
weisskirch@asalallenaonline.com.ar