LA FÓRMULA DEL AMOR
Cuando en los 90 se estrenó Pi de Darren Aronofsky (un director hiper sobrevalorado) surgieron críticas a favor (la mayoría) y algunas no tanto, pero, de ahí su novedad temática, aparecieron textos y reseñas de matemáticos comentando la película. En ese sentido, puede sugerirse que la trama que contaba DA ampliaba las posibilidades de acercarse a un film, en este caso, desde una perspectiva distinta.
Desconozco si el estreno de El teorema de Marguerite arrimó opiniones de matemáticos pero todo es posible en el cine, en algún punto, desde un amplio sentido democrático.
La tercera película de Anna Novion presenta a Marguerite, estereotipo de fan de las matemáticas, una estudiante de ciencias exactas sin vida social más allá de pizarrones, fórmulas, números y chirimbolos varios. Marguerite es eso: una joven obsesionada con lo suyo, que no mira para los costados, que no requiere de una relación de pareja ni de una vida afectiva propia.
Al momento de presentar su tesis, protegida por Werner (ese gran actor llamado Jean-Pierre Darroussin, intérprete reiterado de Robert Guédiguian y visto en El puerto de Aki Kaurismäki) surge el error, el imprevisto, la imposibilidad de la aprobación. De ahí en más la vida de Marguerite cambia, o por lo menos, pretende eso, compartiendo departamento con una bailarina, teniendo una relación afectiva efímera, conversando con su mamá (también experta en el tema), trabajando en un negocio de ropa deportiva.
Pero más que nada la protagonista se convierte en una gran jugadora del mahjong en lugares clandestinos. En ese momento la película certifica el cambio de comportamiento de Marguerite: de la fórmula matemática al mahjong, de la privacidad y la soledad a la mesa clandestina con asiáticos y humo de cigarrillos, de la obsesión por los números al dinero desparramado en un semi tugurio con gente desconocida. En ese punto, el film logra sus mejores momentos, en los bruscos cambios que vive Marguerite.
Pero surgirá el amor y reaparecerá un tal Lucas, justamente, el joven (ahora protegido por el viejo tutor) que hizo tambalear el trabajo de Marguerite hasta situarla en una zona al borde del ridículo. La historia derrapa a una romántica y adolescente travesía amorosa, sí, entre números y paredes escritas con fórmulas, pero a pura banalidad adscripta a lugares comunes de un amor de manual adolescente con atmósfera Hollywood.
Ella Rumpf, una de las chicas de Raw de Julia Ducournau, es Marguerite y sobre ella cargan las virtudes de una película oscilante entre una tibia novedad y cierta ramplonería de imposible retorno.
(Francia, Suiza, 2023)
Dirección: Anna Novion. Guion: Agnès Feuvre, Marie-Stepháne Imbert, Anna Novion, Mathieu Robin. Elenco: Ella Rumpf, Jean-Pierre Darroussin, Clotilde Courau, Julien Frison, Sonia Bonny. Producción: Miléna Poylo, Gilles Sacuto. Duración: 112 minutos.
