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CRÍTICAS

Feizbuk – Hot

 

Feizbuk – Hot

Dramaturgia y Dirección: José María Muscari. Producción: Hector Bordoni. Escenografía: Nicolás Botte. Vestuario: Vessna Bebek. Diseño de Luces: Diego Todorovich y David Seldes. Elenco: Marcelo Salas, Jonatan Arioli, Mariela Asensio, Sofía Meson, Patrizia Camponovo, Martín Crespo, Marianela Resera. Prensa: Alicia Accinelli.  

Provocación no gratuita

El facebook se ha vuelto un medio de comunicación por si mismo, independiente al internet. Si con la televisión y el internet ya no es dificil llegar a cualquier hogar en un instante, el facebook provoca que uno se abra ante un mundo. Se abra de piernas, abra su intimidad, sus miedos, sus deseos, sus bajos instintos, su físico. Se exponga a un peligroso mundo donde lo tabú ha pasado de moda, las fantasías sexuales se vuelve parte del resto de las personas, y ya no haya barreras. El bien y el mal no se confunden. Directamente han dejado de existir y todos estamos al acecho y en acecho.

José María Muscari, en su propio fanatismo por este “feizbuk de mierda, feizbuk del culo” se ha puesto ha reflexionar con bastante razón y bastante humor sobre aquello que el Facebook permite, aquello que Facebook limita, aquello que el Facebook expone, aquello que el Facebook convoca… aquello ES el Facebook.

Una propuesta que tiene la honestidad de admitir haber sido hecha a las apuradas. Un propuesta vasta, valiente, pretenciosa, divertida e inteligente.

En los últimos meses me doy cuenta que detrá de Muscari Megastar hay un artista capaz de reflexionar y destruir a los medios que tanto pretende simpatizar. Y esa provocación, esa doble discurso más que hipocresía, termina convirtiéndose en anarquía. No confundir con rebeldía adolescente. En Facebook hay una identidad, una verdad indiscutible: no podemos vivir del Facebook, no podemos vivir sin Facebool, no podemo depender del Facebook. No debemos creerle al Facebook.

De las 7 versiones de Feizbuk a mí me tocó en suerte ver la versión Hot (el resto son “míticos”, “sex”, “tour”, “stars”, “freaks” y “teens”).

Los siete intérpretes con gran habilidad y sensualidad desnudan las hipocresías de todos los usuarios del medio creado por Mark Zuckerberg. Sus monólogos son ágiles, dinámicos, divertidos, punzantes. Y lo mejor es que Muscari no hace un personaje de cada uno. Todos conforman un mismo show y según el tema que toquen, se van pasando el micrófono, creando un diálogo que espera una respuesta. Pero la misma se conoce. Hay culpa, rencor, peligro en cada una de las fantasías sexuales. El sexo es un estímulo, una droga para cada intérprete, una adicción. Y el facebook es el puente para ejecutar las reflexiones sobre las acciones cotidianas en la privacidad. Cada actor incomoda con su presencia, hacen del tabú una comedia, pero sin dejar de lado una belleza coreográfica que demuestra que a pesar de la velocidad con la que fue concebida, tambien Feizbuk demuestra que tiene un trabajo intelectual y de puesta en escena elaborado, donde nada es puesto en forma fortuita o gratuita.

Un vestuario adecuado, un trabajo de poses, de iluminación aportan brillo y glamour. El stand up se mezcla con el vodevil, una combinación que nos regresa a los antros de principios del siglo XX o de fines de los ’60. La ironía, sarcasmo, cinismo, mordacidad de la lengua de Muscari me recuerdan sinceramente a la esencia de Bob Fosse. Porque Broadway puede seguir reproduciendo año tras año los musicales más exitosos del coreógrafo neoyorquino. Pero tanto prestigio han desgastado el mensaje y la anarquía originales

En cambio, Muscari rescata el lado oscuro de esas obras, la crítica social dentro de la crítica social… y con economía de recursos.

No me molesta comparar a Muscari con un Cameron Mitchell o un John Waters porteño. Creo que tiene las herramientas dramáticas y la suficiente energía, inteligencia, identidad autoral, audacia para demostrar que no es solamente una figura mediática del momento, ni un provocador gratuito.

Feizbuk muestra al Muscari más puro. Al que le guste bien. Al que no le guste que se joda. Y si después de ver la obra, te quedás pensando en cerrar tu cuenta de Facebook… pensándolo bien, no sería mala idea.

Pero antes de cerrar la mía, voy a publicar y dar a difundir esta nota… y la próxima que escriba, y la siguiente… y la siguiente… y la siguiente… Maldita adicción.

Teatro: De la Comedia Sala 2 – Rodríguez Peña 1062

Funciones: Sábados 23 Hs

Entrada: $60

 

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