Soledad por tres
Fin de diciembre es una obra de Ricardo Halac estrenada por primera vez en 1965. Ahora se representa en una nueva versión con dirección de Lizardo Laphitz en el teatro Noavestruz.
Tres son los andamiajes principales de un espectáculo teatral: dramaturgia, concepto de puesta en escena, calidad de actuación. Cuando los tres fallan al unísono solo podemos tener como resultado mal teatro. Fin de diciembre lamentablemente es eso. Mal teatro. No dudamos de las buenas intenciones de sus participes. Pero pensar teatro no se trata de sentimentalismos, sino de resultados y reflexión.
La dramaturgia es la adaptación de un texto de la década del 60´ a las circunstancias económicas y políticas previas al año 2001. Aquí ya estamos en problemas. Los sesenta representaron las problemáticas ideológicas de una clase media con la panza llena. En el año 2000 la gente rogaba con por lo menos ser esclavizada. A partir de este punto todo se vuelve forzado y desubicado. Que al iniciar el nuevo milenio amigos de 30 años se acusen de no haber cumplido con el sueño de la revolución y ser lo que la dictadura se olvidó de llevar es por lo menos no haber tenido esa edad en esos años.
La puesta falla por haber hecho de sus escenas lo anti teatral: marcaciones estereotipadas que resultan agotadoras, explosiones anímicas que no están construidas y vienen de la nada misma, parlamentos que nada tienen de subtexto y si de bajada de línea rancia, conflictos enunciados nunca llevados a la acción. Algunos momentos son de torpeza en el diseño, como la escena del baile o la gran discusión donde la idea es representar que casi se llega a las trompadas. Otros son de una vulgaridad notoria, como la masturbación en escena previo pase de cocaína. Y otros directamente son surrealistas: la transición entre dos actos distintos se da mediante música de Vivaldi y con los actores – ¡en cámara lenta y a contraluz! – desplazándose por el espacio para acomodar la escenografía, asunto que por supuesto les lleva varios minutos. Que el teatro emule recursos del cine para sus transiciones es más digno del universo de Beckett que del teatro argentino. O quizás no…
Por último señalemos algo muy lamentable. Que los actores de hoy día no tenga voz para llegar a la platea en un teatro de pocos metros, que actúen mirando el piso, que hablen sin modular y que caminen a desgano el escenario cualquiera sea la circunstancia ya no resulta ni siquiera algo para una simple crítica teatral. Se trata llanamente de formación. Y eso resulta mucho más grave y preocupante. Pregunta melodramática y por ende sincera: ¿alguien se hará cargo de todo lo que nos sucede antes de que llegue otro fin de año?
Teatro: NOAVESTRUZ ESPACIO DE CULTURA – Humboldt 1857 – CABA
Funciones: Viernes 20 hs
Entrada: $ 200,00
Diego Ezequiel Avalos
Autoría: Ricardo Halac Actúan: Federico Dayan, Gabriel De Coster, Santiago Giarini, Rosario Jaimes, Nicolás Mizrahi, Rocío Magalí Rivera. Vestuario: Paula Picciani. Escenografía: Paula Picciani. Diseño de luces: Ricardo Sica. Diseño De Sonido: Bruno Blasi. Audiovisuales: Luli Alfie. Asistencia de dirección: Bruno Blasi. Prensa: Duche&Zarate. Dirección: Lizardo Laphitz.