Hermanos de Sangre, de Daniel de la Vega
Matías (Alejandro Parrilla) no es un hombre con suerte. Es obeso, en el trabajo le pagan poco y mal, su tía y su ex novia lo torturan psicológicamente todos los dias, y la mujer a la que ama sólo lo ve como un amigo. Todo da un giro cuando aparece Nicolás (Sergio Boris), un otrora compañero de coro que promete ayudarlo y protegerlo. ¿A qué punto? No duda en torturar y asesinar a quienes molestan a Matías.
Casi todo el equipo de la premiada Diablo, de Nicanor Loreti (aquí es uno de los guionistas) regresa con una comedia negra en la línea de aquel film, aunque el resultado final es más extremo, sangriento e impredecible.
Danial de la Vega venía de dirigir cortos y largometrajes de terror, pero aquí demuestra que tiene mano para los elementos humorísticos, siempre con un impresionante sentido cinematográfico.
Alejandro Parrilla (protagonista de El Hada Buena: Una Fábula Peronista) y Sergio Boris la rompen en sus papeles, aunque tampoco se debe olvidar a Jimena Anganuzzi, Coqui Sarli, Luis Aranosky, Juan Palomino y Carlos Perciavale como la tía.
Hermanos de Sangre vuelve a demostrar que el cine argentino de género, hecho con garra y talento, viene siendo demoledor.