Años atrás, cuando Robert Rodriguez comenzó su carrera, llamó fervientemente la atención gracias a que, según argumentó, debió vender su propia sangre para poder solventar la realización de El mariachi. El film, de bajísimo presupuesto, fue uno de los más rentables en su relación costo-beneficio.
En su ya vasta trayectoria, el director concretó películas como la remake/secuela de su ópera prima, La balada del pistolero, ya con un apoyo importante al contar con Antonio Banderas y Salma Hayek (dos actores de moda en esa época) como protagonistas. Así logró un éxito sustancial. A Banderas le cayó bien el atuendo, y en su creciente carrera terminó interpretando hasta al mítico Zorro.
Rodriguez entró en Cannes bajo el ala de Miramax y su subsidiaria Dimension Films, dedicada a las producciones de terror. Junto a su amigo Quentin Tarantino enfrentó la realización del proyecto Grindhouse, término que volvió a ponerse de moda -o en alguno casos, dio a conocer lo que significaba- con Planet Terror y Death Proof. Rodriguez y Tarantino fueron una conjunción de directores jóvenes, rebeldes y cool, y lo demostraron en su doble programa. No tuvieron éxito, fueron incomprendidos y hasta Tarantino hoy se anima a decir que fue uno de sus proyectos fallidos. Sin embargo ambos films o uno, según como se lo entienda y vea, son realmente buenos.
Rodriguez, ya padre, se volcó a realizar una serie de films de aventuras para chicos, que no estaban nada mal, como Mini espías. También una interesante aunque olvidada pequeña película de terror protagonizada por Elijah Wood, Aulas peligrosas y dos nuevos éxitos Del crepúsculo al amanecer y Sin City. Después, tras el éxito de los falsos trailers incluidos en Grindhouse, presentó Machete, con uno de sus partenaires preferidos: Danny Trejo.
El tiempo pasó, y Rodriguez no pegó una más. Fue seleccionado por James Cameron para dirigir Alita, un proyecto que produjo pero que por falta de tiempo gracias a su saña con Avatar y secuelas, tuvo que delegar. Y para mal. El producto no resultó ser digno de la tutela de uno de los mejores directores contemporáneos.
Ahora, llega el Festival de Cannes nuevamente y Rodriguez presenta en la función de trasnoche (espacio obligado para los amantes del cine de acción, terror y documentales musicales) Hypnotic, presentado como work in progress en el SXSW Film Festival.
Ben Affleck interpreta a Danny Rourke, detective cuyo personaje quizás se asemeja a uno de esos que compuso Mickey Rourke en los 90. La película no es más que un neo noir, si debemos clasificarla; una mezcla que surge de un universo tecnológico virtual, visual y paralelo como es Matrix; una relación con la hipnosis vista como si se tratase de clarividencia trucha, con algo de Scanners y el mundo de Christopher Nolan. Ejemplos que atestiguan hasta el cansancio que no todo lo que vemos puede ser tal cual lo interpretamos.
Rodriguez deja ver todo el tiempo los hilos del film, dando altibajos desconcertantes sin definirse en materia de qué vamos a ver. Pulula por el drama psicológico, el fantástico; también un drama sobre una desaparición (de Minnie, la hija de Rourke), y hasta llegando a lo más bajo y inconcebible: una historia de amor impostada. Por suerte aparece William Fichtner, un actor que mete miedo con su interpretación; un hipnótico siniestro y fuertemente delineado, que recuerda al Mr. Smith de Matrix. Su misión es hacer algo que al principio no se entiende, para luego, y sin más, perder todo ese poder y aspecto tenebroso en segundos.
Hypnotic es fallida, sí. Ben Affleck interpreta un rol que parece afrontar sin ganas. Es de estas películas en las que a uno le gustaría indagar sobre qué falló, si fue un tema de presupuesto, de confianza a ciegas en Rodriguez o sólo es uno de esos proyectos en los que casi todo sale mal.
Si volvemos a hablar de sangre, como al comienzo de este texto, no lo puedo asegurar -pero es probable- que Rodriguez haya pasado por algún tipo de diálisis que parece haberle quitado todo tipo de propiedad/cualidad a su cine.
(Estados Unidos, 2023)
Dirección: Robert Rodriguez. Guion: Robert Rodriguez, Max Borenstein. Elenco: Ben Affleck, Alice Braga, Jeff Fahey, Jackie Earle Haley, William Fichtner. Producción: Guy Botham, Lisa Ellzey, Mark Gill, John Graham, Jeff Robinov, Robert Rodriguez. Duración: 93 minutos.
