Infierno al Volante (3D) (Drive Angry 3D, Estados Unidos, 2011)
Dirección: Patrick Lussier. Guión: Todd Farmer, Patrock Lussier. Producción: Michael De Luca, René Besson. Elenco: Nicolas Cage, Amber Heard, William Fichtner, Billy Burke, David Morse. Distribuidora: Warner. Duración: 103 minutos.
Se revelan algunos datos importantes de la trama.
Ya sea por casualidad, providencia o el capricho de un programador en la madrugada previa a la función privada de Infierno al Volante, me crucé con Not Quite Hollywood, de Mark Hartley. El documental –que tuvo su proyección en el BAFICI ’09– retrata la escena australiana de los setentas y ochentas donde la norma eran películas de terror clase sub sub B y de acción donde las persecuciones automovilísticas no eran, por decir lo mínimo, libre de todo riesgo tanto para dobles o el equipo de filmación. Una escena donde los pormenores eran la regla pero aspiraban a un profesionalismo y proyección. Horas más tarde, era el turno de una con autos en carreras a toda velocidad 3D.
No creo que sea el único en esa sala que no le tenía mucha fe a Infierno…. Después de todo, era la última de Nicolas “peluca de turno” Cage: una ruleta rusa donde no se sabe cuántas balas hay en el tambor. Pero me encontré con una película muy divertida, irónica, autoconsciente de su demencia y locura –que nos invitaba a participar desde el primer minuto cuando Cage entra en escena derrapando al volante con una mano y disparando una escopeta con la otra– , cinéfila con coreografías de autos muy logradas. Lo que se dice un pequeño placer culposo entre tanto estreno de oscarisables.
En cuanto a la trama, Nic Cage en piloto automático es un abuelo muy enojado, con talento para el volante y las pistolas, que busca venganza por la muerte de su única hija seguida del secuestro de su nieta por parte de un culto. En el medio deberá lidiar con un enviado del averno (William Fitchner), que no se sabe bien a qué vino.
Infierno… está filmada, y no traspasada, en 3D aprovechando bastante bien las posibilidades del formato. La profundidad se percibe en las persecuciones y no se malgasta el recurso. El director Patrick Lussier, que ha estado boyando en el género por tiempo, ya probó su pericia en la materia con la remake del clásico de culto ochentoso, y por ende slasher, Sangriento San Valentín 3D. El guión de Todd Farmer, otro conocido del ambiente de terror y previo colaborador de Lussier, está repleto de citas cinéfilas –Carpenter es Dios, era hora que lo sepan–, con diálogos y situaciones over the top –obviamente una balacera no es razón suficiente para interrumpir un buen polvo–. También hay brisas del mismo espíritu de excesos setentosos de la reciente Machete.
Dentro de todo el combo grindhouse de vísceras explotadas, rednecks miembros de culto, Marie Annas sueltas de ropa que manejan mejor que Marcos Di Palma y persecuciones calculadas efectivamente, el gran Fitchner sobresale como El Contador. Una especie de agente sarcástico, frío, canchero y cínico enviado por el Diablo para devolver al nono enojado de vuelta de donde salió.
Con Piraña 3D recién instalada en el proyector no estamos ante una nueva oleada de un Hollywood trash e irresponsable. Más bien ejercicios para comprobar potencialidades del 3D en el género del terror. En este caso, las cosas salieron mejor de lo esperado.
Por Nicolás Spalek
Hollywood se puso cada vez más delirante, descerebrado, cinéfilo y superentretenido. Y está muy bien. Si no, chequeen Piraña 3D, un placer culpable de los que no abundan actualmente.
Ahora, y también en tercera dimensión, llega Infierno al Volante.
La película ya tiene ese espíritu clase B —en el mejor de los sentidos— desde el argumento: Milton (Nicolas Cage, aquí con peluca rubia) escapa en auto del mismísimo infierno y regresa a nuestro mundo con un objetivo concreto: rescatar a su nietita de las perversas manos de Jonah King (Billy Burke), el líder de una secta satánica, que pretende sacrificarla para conseguir la salvación del mundo (¿?). Aunque Milton es un tipo rudo, áspero, con cero problema a la hora de tirotearse con sus rivales y de perseguirlos por carreteras, contará con la ayuda de Piper (Amber Heard), una atractiva camarera a la que le sobra actitud.
Las persecuciones automovilísticas, las explosiones, las poses y las frases, la acción desmedida, los desnudos gratuitos, todo recuerda a las producciones exploitation de la American International Pictures y de la New World, empresa de Roger Corman, durante los ‘70.
Seguramente, los responsables de esta ola trash mainstream fueron Quentin Tarantino y Robert Rodríguez con sus películas Grindhouse: A Prueba de Muerte y Planet Terror: Furia en la Ciudad (aunque Tarantino siempre hizo películas de este tipo, si nos ponemos a pensar). Y no nos olvidemos de Machete, también de R.R., surgida de uno de los falsos trailers de Grindhouse.
Patrick Lussier le saca el jugo como pocos la tecnología 3D. Da la sensación de que los vehículos y la sangre vuelan hacia el espectador. De hecho, el ex montajista de Wes Craven venía de dirigir Sangriento San Valentín 3D. Y parece que vuelve al terror: podría dirigir la demorada nueva versión de Hellraiser: El Pacto. ¿También la filmará en tercera dimensión?
Se nota que Nicolas Cage es un freak que no le hace asco a nada. ¿Cuántos actores ganadores del Oscar interpretarían un personaje que dispara contra miles de tipos mientras copula con una rubia tetona? A Nic se aplica lo que una vez dijo Guillermo del Toro sobre el director under Frank Henenlotter: “Es un tipo que dice: ‘A mí gustan las hamburguesas con queso, llenas de grasa’, y que trata de hacer con eso una forma de arte”. El sobrino de Francis Ford Coppola disfruta la acción y el descontrol. Y está muy bien acompañado. Ambert Heard es pura sensualidad y es imposible no enamorarse de ella. A esta bomba la veremos pronto como la protagonista de The Ward, nueva y esperada película de John Carpenter (homenajeado en determinado momento). Billy Burke, en padre de Bella Swan en los film de Crepúsculo, está sacadísimo como el líder de la secta. William Fichtner se luce en el papel de emisario del Infierno encargado de vigilar a Milton. También aparece David Morse como Webster, amigo de Milton. Y sería un pecado olvidar al oscurísimo actos Tom Atkins, quien en los ’70 y ’80 supo actuar a las órdenes de Carpenter y George A. Romero, entre otros.
Infierno al Volante es otro exceso a propósito, ideal para un doble programa con Piraña 3D.
Para finalizar, un dato gracioso: el co-guionista Todd Farmer aparece teniendo sexo con una mujer exhuberante. Lo mismo sucedía en Sangriento San Valentín 3D. En ambos casos, terminaba muriendo horriblemente, pero antes la pasaban genial. ¿Todd escribirá esos papeles especialmente para él? Ningún tarado, el tipo.