La Familia Suricata (The Meerkats – Inglaterra, 2008)
Dirección y Guión: James Honeyborne. Producción: Harvey Weinstein, Bob Weinstein. Voz off: Paul Newman, con doblaje en castellano de Pancho Ibañez. Distribuidora: Alfa. Duración: 83 minutos.
La Familia Suricata es un documental de la BBC sobre estos pequeños animales que habitan en el desierto de Kalahari (recordado por la comunidad cinéfila por ser donde transcurre El Rey Leon).
En el film seguimos a una manada de suricatas durante su vida diaria, principalmente, al pequeño Kolo, un cachorro curioso que se enfrenta a los peligros de la vida en un ambiente hostil, donde es acechado por predadores, las altas temperaturas y la escasez de comida y agua.
Como nos tiene acostumbrado la BBC, nos encontramos con un documental donde todo rasgo técnico sorprende, la fotografía es magnífica, la puesta es muy interesante y la historia es atractiva. La forma en la cual se nos acerca la vida salvaje y cómo entra en contraposición la crudeza del desierto con la belleza de la composición audiovisual, resalta al film por encima de los tradicionales documentales televisivos sobre la fauna autóctona de África. La voz de Paul Newman –en una dignísima última participación cinematográfica– acompaña gratamente las acciones de las suricatas en esos imponentes atardeceres en las llanuras africanas, a tal punto que por momentos se siente su ausencia, y es allí donde reside el único punto flojo del film; el guión de la narración, por momentos se hace un poco lento y repetitivo, y en otros se extraña la presencia de esa voz guía.
Se hace casi inevitable comprar a La Familia con otros documentales de reciente éxito de estilo similar, cual La Marcha del Emperador o Tocando el Cielo, pero no vale la pena ir más allá. Cada una de estas obras tiene un espíritu propio, tan característico y propio como el de los animales que tratan de capturar, y es eso justamente los que los hace tan interesantes.
Para aquel espectador que este acostumbrado al género, se encontrará con un producto cuidado, hasta cierto punto innovador, pero siempre dentro de los parámetros más tradicionales del documental expositivo. Por otro, para el espectador que no es asiduo del documental, puede llevarse una grata sorpresa, la duración corta, el dinamismo del montaje y la abundante acción, harán que difícilmente se retire decepcionado de la sala. Además, estos pequeños animalitos, realmente se hacen querer.