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CRÍTICAS - CINE

La sociedad de la nieve

Transcurridos algo más de 50 años de la tragedia en que un avión de la Fuerza Aérea de Uruguay se estrelló en la cordillera de Los Andes, el cine vuelve por tercera vez a contar la luctuosa historia, donde sobrevivieron apenas 16 de los 40 pasajeros y 5 tripulantes que llevaba la aeronave.

Ya lo había hecho en 1993 cuando Frank Marshall dirigió con acierto ¡Viven! (Alive), con algunos actores jóvenes, pero ya conocidos, como Ethan Hawke y Vincent Spano. Lo que pocos recuerdan es que hubo una primera versión olvidable en 1976 (Los supervivientes de los Andes) del realizador mexicano René Cardona.

La que ahora nos ocupa expone un notable esfuerzo de producción de Netflix, que se presentará por unas pocas semanas en nuestras salas cinematográficas, a mediados de diciembre, para luego ampliar su acceso en la televisión por cable a inicios de enero.

Dirigida por el catalán Juan Antonio García Bayona, más conocido como J.A. Bayona, fue presentada con su asistencia en la 38 edición del Festival de Mar del Plata el domingo 5 de noviembre pasado, en un marco impresionante en la atestada sala del cine y teatro Auditórium.

Con una duración que casi duplica la de la versión inmediatamente anterior (son casi dos horas y media), La sociedad de la nieve es quizás la más fidedigna al conservar los nombres de los protagonistas de la tragedia y estar basada en un libro del periodista y escritor uruguayo Pablo Vierci, quien fue asistido entre otros por Roberto Canessa, uno de los jugadores de rugby, aquí interpretado por Matías Recalt.

Canessa junto a Nando Parrada (Agustín Pardella) fueron los que, luego de una marcha de diez días, lograron contactar a un arriero de nombre Sergio Catalán quien posibilitó el rescate de los antes nombrados y catorce sobrevivientes más, que quedaron al lado de los restos del avión. 

El contacto humano se produjo 72 días después del fatídico 13 de octubre de 1972 cuando ocurrió el accidente, a pocos minutos del previsto aterrizaje en Santiago de Chile. 

Vale destacar la maestría con que fue filmado el clima de alegría reinante dentro de la aeronave y en contraste la dramática reacción de los pasajeros cuando era inminente su caída, que se llevó a un tercio de los ocupantes al momento de estrellarse, entre los cuales el experimentado piloto, capitán Marcelo Pérez del Castillo (Diego Vegezzi).

La elección de Numa Turcatti (el actor uruguayo Enzo Vogrincic) como narrador parece acertada, amigo de uno de los deportistas, al preferir no tener que elegir (privilegiar) para dicha tarea a ninguno de los 19 jugadores de rugby del Colegio Stella Maris de Montevideo. Numa se convierte en un personaje principal, pero una grave infección en la pierna provocara su muerte a pocos días del rescate.

La película logra dar protagonismo a varios personajes entre los cuales destaca a Javier Methol, el más veterano del equipo que tenía 36 años, interpretado con acierto por Esteban Bigliardi. Paula Baldini compone a su esposa Liliana Methol, que al igual que las otras pocas mujeres que acompañaban a los rugbiers, no lograron salvar sus vidas. 

La película no elude la tremenda disyuntiva con la que debieron enfrentarse cuando se acabó la comida y decidieron alimentarse de los restos de los colegas y amigos fallecidos, pero lo hace sin regodearse y con altura.  Allí cobran protagonismo dos primos de apellido Strauch, interpretados por Rafael Federman y Esteban Kukuriczka, quienes tuvieron que asumir la dolorosa tarea de procurar los alimentos. En algún momento a alguien se le ocurre formular una “regla de tres”, según la cual son tres los minutos en que se puede vivir debajo del agua sin respirar y tres las semanas en que un ser humano puede sobrevivir sin alimentos. Y otro logra convencer a la mayoría cuando pregunta textualmente: “¿y ahora se van a dejar morir después de todo lo que ya pasamos?”.

Por momentos La sociedad de la nieve inserta instantes de humor, que balancean el dramatismo imperante, como cuando se mencionan y extrañan comidas tan uruguayas y/o argentinas como el chivito canadiense o la milanesa. O también cuando van en forma alternada, como si estuvieran “payando”, creando rimas y alguno falla en el intento.

Pero son sobre todo las situaciones extremas las que dominan al grueso de la trama, entre las cuales impactan los aludes, verdaderas avalanchas de nieve que deben soportar o la desazón al comprobar que, pese a encontrar finalmente la radio del avión no logran que la misma funcione.

Bayona recibió en Mar del Plata el Premio Astor a la trayectoria, que premia una carrera cinematográfica de algo más de veinte títulos, de los cuales sólo cinco son largometrajes. Recordó en la conferencia de prensa la importancia que tuvo Guillermo del Toro desde su primer largometraje (El orfanato), pero es sobre todo Lo imposible, su segundo film el que más lo acerca a esta nueva versión de la tragedia de los Andes. Cabe destacar la juventud, menos de cincuenta años, de un realizador que con su quinta película se anota en la carrera por el Oscar al mejor film internacional, representando a España.

(España, Uruguay, 2023)

Dirección: J.A. Bayona. Guion: J.A. Bayona, Nicolás Casariego, Jaime Marques, Bernat Vilaplana, basado en el libro de Pablo Vierci. Elenco: Enzo Vogrincic Roldán, Agustín Pardella, Matías Recalt, Tomas Wolf, Felipe González Otaño, Simón Hempe, Valentino Alonso, Esteban Bigliardi, Rafael Federman. Producción: Belén Atienza, Sandra Hermida. Duración: 144 minutos.

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