Si por ventura usted pensó que nos olvidamos de la cobertura de este evento, debo decirlo: No nos olvidamos.
Sucede que en tiempos de festivales y muestras, una tras otra dejan poco tiempo para escribir rápido. Eso sí: hay más tiempo para la reflexión.
Hoy por hoy, cuatro ediciones de Les Avant-Premières bastan para sacar dos conclusiones rápidas:
La primera tiene que ver con el éxito de público. Pocas veces se puede ver una sala llena todo el tiempo con tanto interés por las obras que se exhiben. En este sentido, la cuarta muestra da claramente lugar para una quinta, sexta y el resto del camino para convertirse en un clásico.
La segunda es el alto porcentaje de películas que, efectivamente, ven la luz del “estreno” comercial en nuestro circuito, lo cual justifica como nunca el nombre del ciclo.
Las vimos todas, pero acá van las que me gusta destacar.
Polisse, de Maïwenn (2011)
La actriz que inspiró a Luc Besson para escribir el personaje de Matilda en El Perfecto Asesino, aborda como directora el escabroso tema del abuso de menores escribiendo un guión en donde se permite conectar con la humanidad de víctimas y protectores. Es cierto que todo tiene un tinte a crónica (no el diario sensacionalista, sino el tratamiento narrativo); pero esto no le quita valor a la temática. Por el contrario, Maïwenn decide procesar la información esquivando golpes bajos e intercambiándolos por hechos concretos. Se propone con su texto cinematográfico ue el mensaje llegue. Lo logra con creces gracias a un montaje que no abusa del vértigo y un guión tratado mas desde la actuación (tremenda Karin Viard). En todo caso puede discutirse su propia inclusión en el reparto como la fotógrafa a la que el gobierno encarga la documentación de los hechos; estancar esta subtrama a veces atenta contra la propia intención. De todos modos, no le quita valor a una película inteligente y bien realizada. 
Románticos Anónimos, de Jean-Pierre Améris (2010)
No hay mejor chocolate que el hecho en casa, pero, en el cine, la subjetividad del gusto puede atentar contra el equilibrio entre lo dulce y lo empalagoso en esta comedia romántica con aroma a cualquier película de Jeunet (excepto Alien 4). Música parisina combinada con la fotografía pastel de Gerard Simon para contar la historia de jefe y empleada unidos por la timidez y la alta repostería, acaso la actividad que enciende sus apagadas almas. No sé si representa el cine francés pero, si algo funciona como siempre, es el trabajo actoral sobre el vínculo que une personajes aparentemente discímiles. Lo más televisivo del ciclo. Funciona de a ratos.
Les Adoptes, de Mélanie Laurent (2011)
He aquí una propuesta interesante. Mélanie Laurent escribe, dirige y actúa (en este orden) Les Adoptes. Una película claramente instalada desde la mirada de la mujer y sus conflictos. No con una postura feminsta; aunque todo esté planteado desde una familia integrada por mujeres que, ante la aparición del amor por un hombre trastoca un mundo, hasta ese momento perfectamente estructurado.
Sería fácil escaparse por la tangente de “los hombres son todos iguales” pero Laurent elige ir a fondo con la propuesta hasta exprimirle jugo y pulpa. La mezcla resulta una buen amalgama entre el humor y el replanteo de las relaciones afectivas con momentos muy logrados. Un hallazgo.
Con el resto de la programación prefiero dejar que la intuición de futuros estrenos hable por sí sola además de instalar el íntimo deseo de la quinta edición. El balance desde el punto de vista cinéfilo extiende la derecha a los programadores por una elección equlibrada ante el avallasamiento del lenguaje televisivo que invade al cine en gran parte de Europa. Francia tiene todavía con qué salir airosa.
Au revoir…
