(Argentina, 2017)
Guión y dirección: Hernán Aguilar. Elenco: Loren Acuña, Sofía Gala Castiglione, Gustavo Garzón, Osmar Núñez, Chunchuna Villafañe, Mónica Ayos, Matías Cabrera, Nacho Giménez, Gabriel Almirón, Claudio Pazos. Producción: Sebastián Aloi, Javier Fernando Entelman. Distribuidora: Buena Vista. Duración: 95 minutos.
Antiheroína violenta y seductora
Luego de encarnar papeles secundarios en Carancho (2009) y El Hombre de Al Lado (2009), entre otros, la paraguaya Loren Acuña es toda una “mujerota” de armas tomar, sensualidad y carisma en Madraza (2017), opera prima de Hernán Aguilar. Aquí la podemos disfrutar en su máximo esplendor interpretando a una madre adoptiva, esposa vengativa y prototipo de mujer para un comisario un poco veterano pero inteligente. Una combinación que parece perfecta para una actriz en ascenso.
Matilde, una ama de casa común y silvestre, acaba de ver cómo dos malvivientes asesinaron a su esposo en plena vía pública. El hecho la deja paralizada primero, para luego irse transformando, en un contexto de profunda inseguridad, corrupción y traición, en una fría sicaria, profesión que la ayuda a salir de su miseria económica (y emocional).
Acuña, en un principio un poco acartonada, va construyendo un personaje que no es fácil de encarar. Ese “acartonamiento” le vino al pelo para meterse en un personaje femenino que llega al extremo, pero que también -en algunas escenas- puede brindar una sonrisa cálida, un abrazo o un beso.
La película de Aguilar reúne varios elementos por demás interesantes: alto impacto visual en los momentos de pura acción, comedia negra y una trama policial irregular que se apoya fundamentalmente en los personajes de un Gustavo Garzón imperdible y un Osmar Núñez que ha tenido tiempos mejores.
En Madraza también podemos encontrar ese tinte espectacular de los films de Robert Rodriguez, por su trabajada corrección de color que realza los colores primarios, y además una clara sátira de los tiempos que corren, que pasea por la moral, el discurso de denuncia social y el realismo crudo.
Pese a su discurso costumbrista, idiosincrásico y estereotipado en sus personajes -emblema de muchas producciones nacionales-, Madraza no se vuelca a la exacerbación de todo esto ni al grotesco, sino que es más independiente en sus formas y logra dejar un sorpresivo sabor agridulce.
© Ximena Brennan, 2017
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