(Argentina, 2012)
Dirección: Martín Serra. Guión: Martín Serra y Rodolfo Martínez Mendoza. Producción: Mario E. Levit. Distribuidora: Independiente. Duración: 90 minutos.
El otro diez.
Cuando uno menciona a Maradona, inmediatamente se remite a Diego Armando, pero hay otro Maradona que también debe llenar de orgullo al inconsciente colectivo nacional, quien desde el perfil bajo y la más digna pobreza, resistió al abrumador capitalismo e industria farmaceútica, y dedicó su vida a sanar, cuidar y educar a aborígenes internados en medio de la selva árida formoseña.
Martín Serra, intenta reconstruir la vida de este héroe, que por el azar junto con una decisión personal, vivió la mayor parte de sus cien años, enriqueciendo la vida de los más marginados y excluidos del sistema. El Dr. Esteban Maradona, se graduó en la Universidad de Buenos Aires y al poco tiempo se va al Chaco a ofrecer sus servicios y saberes, por cuestionar desde su lugar al gobierno militar encargado del primer golpe de estado en Argentina, debe huir a Paraguay. Allí es enviado para trabajar como médico en la sangrienta Guerra del Chaco Boreal librada entre Paraguay y Bolivia.
Este y otros avatares en su vida, llevan al apasionado personaje, tan tímido como resuelto, a vivir en una comunidad Toba en la Provincia de Formosa. Un documental que se va narrando a través de numerosas entrevistas, imágenes de archivos, relatos del propio médico, y hasta una conversación telefónica con su sobrino, como fue la vida inquietante de este hombre que renunció a casi todos los goces que ofrece el prestigio en pos de su abnegado deseo por la medicina y el afán de curar al otro.
Esteban Maradona, no se casó, no tuvo hijos, paso la mayor parte de su vida en un rancho de la pequeña localidad formoseña Estanislao del Campo, estudió, casi obsesivamente, la flora y la fauna del lugar, y utilizó la medicina natural para curar, aliviar, educar y prevenir enfermedades y otros males. Solitario y muy social a la vez, pasaba días recorriendo la selva armando lazos con los lugareños y aborígenes.
Es interesante ver, como todas estas personas lo describen, desde miradas y vivencias muy distintas, pero confluyen en las huellas imborrables que dejó la presencia del querido doctor en sus vidas. A pesar de los múltiples relatos e imágenes que se presentan en el documental, está muy prolijamente montado y logra construir no sólo la biografía de hechos y hazañas del personaje, sino los rasgos de su curiosa y extraña personalidad que fueron los motivadores e impulsores de su obra.
Emotivo y conmovedor por momentos, no porque abunde la sensiblería, sino porque emociona ver y presenciar como todavía hay seres humanos dispuestos a dar amor desde su deseo personal con una ética incuestionable y desde el anonimato, sin la necesidad obtener beneficio alguno más allá de vivir una vida conforme a sus ideales. Un documental que podría llegar a ser indispensable para todos aquellos que trabajen o se estén formando en las áreas de la salud y lo social.
Por Emiliano Román