Margaritas en la ventana
Dirección, Autor, Escenografía, Diseño de Luces, Diseño de Sonido: Pablo Vascello. Diseño y Realización de vestuario: Susy Russo. Interpretes: Paula Badariotti, Chabeli Gonzalez Pazo, Romina Lettieri. Actuación en video: Pablo Vascello. Prensa: Silvana Pizarro.
Nuevamente convocada por el nuevo espacio teatral Brilla Cordelia, donde como siempre, nos reciben muy gratamente, en ésta ocasión con una copita de licor de café…asistí al estreno de Margaritas en la ventana.
Una vez en la sala se observa una escenografía casi despojada. Sólo un soporte de madera sobre el cual se convocan tres mujeres.
Una de ellas comienza a moverse, a modo de títere. Sus manos y dedos realizan movimientos entrecortados, nerviosos, con huellas del dolor, epilépticos…otra habla. La tercera permanece inmóvil.
El texto es entrecortado, confuso, repetitivo… Es que quien habla es una mujer, personificada por las tres actrices, ya que es una a lo largo de tres momentos de su vida…la joven, la adulta y la anciana. Debo confesar que ésto se me aclaró al leer luego el programa de la obra ya que las diferencias generacionales no me quedaron claras.
La obra está inspirada en el universo poético de Beckett
Dice al respecto Laura Cerrato “Por lo tanto, todo despliegue de variaciones, que son los intentos del yo por salir de sí mismo, están destinados al fracaso, al regreso al tema, al volver atrás para concluir nuevamente en el tema en el que A, B y C son uno y el mismo…,”
Se apela al uso del cuerpo como comunicador…el cuerpo títere. Para esto, el grupo “Laferrere se Artaud”, se inspiró en el teatro de títeres japonés, donde hay un manipulador que no es visto y recurre a tres momentos. Primero: implica a un sector del cuerpo manipulado por otro a partir de la disociación del actor. Segundo: un actor manipula a otro. Tercero: los actores son manipulados por estímulos externos del sonido y de la luz.
Por momentos considero que se hicieron algo extenso los cuadros de movimientos sin texto.
La narración se produce sin orden cronológico, con un avance y retroceso arbitrario y obsesivo. Sucede en el cráneo de la mujer. El texto, narrado en tercera persona, es interpretado por las actrices que encarnan, a modo de títeres, las huellas de su historia, en un lenguaje de teatro físico.
También el maquillaje cumple aquí un papel importante y se destaca por la gestualidad dramática que le imprime a los rostros…sobre todo al de la actriz adulta…
Las palabras se van encadenando y pasan de un cuerpo al otro para decir lo mismo, lo mismo pero de modo distinto…
Se deja entrever una historia.
El relato de un abuso. Un abuso de una niña de 13 años en manos de un adulto aparentemente conocido, del entorno. Éste hombre aparece en las proyecciones, sin decir nada…mirando a través de sus lentes oscuros la escena de lo que dejó.
La anciana/mujer/niña, en consecuencia de ese abuso, engendra un niño, Emilito, quien le es quitado al nacer y a quien nombra permanentemente esperando que sea él quien está haciendo sonar el teléfono que ella no llega a atender.
Sólo la acompañan un gato y las margaritas en su ventana. Ella quieta, sentada bajo un paraguas…como hace unos años…armada sólo con restos…
Las sensaciones que la obra genera en el espectador son de una profunda angustia. Dolor, vacío y tristeza que emanan de lo más profundo de los personajes y que bien saben las actrices comunicar. Las actuaciones son muy buenas. No sólo por el modo de transmitir y compenetrarse con el texto, con la profundidad que requiere interpretar este papel doloroso, parte de una realidad que existe aunque no la querramos ver, sino por el trabajo corporal que requiere. Se destaca el manejo del cuerpo de Chabeli Gonzalez Pazo.
El grupo Laferrere se Artaud se propone convocar a una reflexión acerca del tema del abuso.
El cuerpo de una mujer abusada deja de pertenecerle, la mirada perdida, la quietud, la falta de expresividad, el vacío invaden la escena y las almas de los allí presentes.
Al final hay un cambio de percepción en la mujer y un esbozo de que algo mejor se avecina. Aparece “...un instante de esperanza… de paz… de calma… la memoria restaurada… la palabra recuperada… el vacío lleno aunque sea ahora… la voz que se anima a sonar… otras sensaciones… desconocidas… el cuerpo al fin habitado… el silencio al fin habitado… sentir los huesos… sentir… poder mirar… imágenes que se reconcilian en la memoria… recuerdos… al fin recuerdos… abrir los ojos… un instante de esperanza… (Margaritas en la ventana, fragmento)
Teatro: Brilla Cordelia – Pte. Juan Domingo Perón 1926.
Funciones: Domingos a las 20 hs.
Entrada: $40.- (Estudiantes y Jubilados $25)