Por romper las reglas a Adán lo echaron del paraíso.
Yo reivindico eso.
¿Qué clase de Edén es ese
que hay cosas que no se pueden hacer?
EL MONO TREMENDO
Posiblemente, lo poco que sabíamos de Monkey Man antes de que se estrenara no haya colaborado a que alcanzara rápidamente su público objetivo. El poster -que muestra al director, coguionista, coproductor y protagonista Dev Patel sosteniendo un cuchillo en potente rojo y negro- remite al thriller o al género de horror; el nombre del productor de lujo Jordan Peele y su productora Monkeypaw (por si las referencias a los monos en esta película fueran pocas) también parece cuadrar el proyecto en esa dirección. Sin embargo, el debut en la dirección de Patel termina mucho más cerca de una película de acción, venganza y violencia desbordante en la tónica de las recientes John Wick o Nobody que de cualquier otro género. De hecho, hay un guiño muy divertido a esta primera saga, con el cual Patel se desmarca hábilmente de la sombra de Keanu Reeves: un traficante de armas describe una de las pistolas que intenta venderle a Kid (Patel) como “la misma de John Wick, pero hecha en China”.
Este espíritu permeará toda la película, que se distancia de la sofisticación y el glamour para meter los pies en el barro de la ficticia ciudad de Yatana, en el cual el sistema de castas parece imposible de sortear y un partido de sesgos autoritarios apoyado por un siniestro gurú (Makrand Deshpande) está a punto de ganar las elecciones. Al brazo armado del partido lo encabeza Rana Singh (Sikandar Kher), el perverso jefe de policía que, años atrás, desalojó el área protegida donde el pequeño Kid (Jatin Malik) y asesinó brutalmente a su madre (Adithi Kalkunte) durante el operativo.
En el presente, el único motor de Kid es la venganza, que cada día parece más lejana. Mientras tanto, aguanta los golpes de sus contrincantes en furibundas peleas clandestinas y gana rupias extras cuando la sangre desborda los orificios de su máscara de combate, acaso el único resquicio de aquella infancia trunca: el rostro de un mono, que inmediatamente asociamos a la leyenda de Hanuman que le contaba su madre. Como tantos de la mitología hindú, el relato es susceptible a varias lecturas. La que Patel elige es la del castigo a través del equívoco: confundiendo al sol con un mango brillante y sabroso, la deidad con forma de mono fue castigada por los demás dioses por haber osado aproximarse demasiado al cielo. A la manera de la deidad mitológica, Kid vive su propio purgatorio, sometido a un millón de impactos mientras su enemigo se regodea en su poder e influencias. Desafiando su pertenencia a la casta y también la parálisis emocional producto de una infancia rota, Kid encontrará el hueco para adentrarse en el mundo de Singh y concretar la venganza.
Voluntad o destino, héroe o personaje trágico: ambas nociones conviven y alimentan el relato en Monkey Man, que incluso podría definirse como un post cine de superhéroes. Luego de dos décadas de relatos que tienden a la dilución del sustrato mítico y religioso de los héroes, Dev Patel lo pone en primer plano para reivindicar una cultura e incluso la diversidad identitaria. Es notable el lugar que le otorga a las comunidades hijras (que se identifican como un tercer género y aglutinan muchas identidades que se diferencian de los géneros binarios). Alpha (Vipin Sharma), líder de la comunidad, será quien termine de formar a Kid como héroe, otorgándole un propósito que ya no es individual sino colectivo, en el que el odio –citando a Vicente Luy- se pone al servicio del bien común.
(Estados Unidos, Singapur, Canadá, India, 2024)
Dirección: Dev Patel. Guion: Dev Patel, Paul Angunawela, John Collee. Elenco: Dev Patel, Pitobash, Sobhita Dhulipala, Jomon Thomas. Producción: Ian Cooper, Christine Haebler, Basil Iwanyk, Anjay Navpal, Dev Patel, Win Rosenfeld, Sam Sahni. Duración: 121 minutos.
