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CRÍTICAS

Nuestro Fin de Semana

 

Nuestro Fin de Semana

Dirección: Lizardo Laphitz. Texto: Roberto Cossa. Escenografía y Vestuario: María Albertinazzi. Música: Lorena Ventimiglia. Diseño de Luces: Gonzalo Calcagno. Elenco: Claudia Cuis, Emiliano Delucchi, Julián Echezarreta, Alejandro Fain, María Marta Giménez, Alicia Godoy, Nicolás Mizrahi, Silvana Sabetta, Pablo Zani.  Prensa: Norma Darienzo.

 

Nuestras Costumbres Atemporales

Seguramente el nombre de Tito Cossa no será ajeno a ningún seguidor del teatro nacional. Gran observador de la rutinas, costumbres y ritos de la sociedad argentina, sus obras y personajes se basan en situaciones cotidianas, reales e identificables.

No hay que Llorar, Tute Cabrero, Yepeto, La Nona, ya conforman una parte emblemática de nuestras raíces, de nuestra historia.

Y cuando Cossa se refiere a Nuestro Fin de Semana es porque nos pertenece, porque esta observación de estas familias de clase media que se juntan un fin de semana cualquiera a intercambiar pensamientos y opiniones se relaciona con nuestra cultura, nuestra forma de ser, nuestra manera de comunicarnos y comportarnos socialmente.

Escrita en 1964 (de hecho es la primera obra de Cossa), Nuestro Fin de Semana nos cuenta la historia de un matrimonio, Beatriz y Raúl. No tienen hijos, pero Raúl reemplaza ese vacío invitando a parejas amigas a la casa. Por un lado, su compañero de toda la vida, Daniel y su mujer Sara, por otro, Fernando y Alicia, los vecinos. A ellos se le agregan Carlos, un bohemio soñandor que vive en la casa temporalmente arreglando cosas, y Elvira, la hermana de Beatriz, solitaria y melancólica.

Como en toda obra de Cossa, los conflictos e intenciones de los personajes se esconden bajo las rutinas y costumbres. Las miserias y desilusiones afloran paulatinamente, con humor y nostalgia, pero finalmente con un trasfondo dramático, que a pesar de que pasaron 47 años de su estreno, sigue vigente.

Los sueños, proyectos, la confianza en el amigo. Las posterior desilusión cuando las cosas no salen, y por otro lado, el estar atado a una estructura conyugal demasiado conservadora, donde el rol de la mujer es sencillamente estar al servicio del hombre, las presiones sociales que comprenden como está integrada una familia, como debería ser esta familia, como debe portarse cada persona en esta sociedad, que lugar le corresponde. Ser esclavo de la sociedad.

Las jodas y las risas, no muestran los verdaderos problemas, las indiferencias, y se pone énfasis en la falsedad dentro de la amistad, la falta de confianza y comunicación en la pareja.

Estas costumbres, tan reales, tan tristemente contemporáneas son las que critica con honestidad y sencillez Cossa en esta obra. No mide ni critica a todos los personajes con la misma vara, pero la hipocresía de cada uno sale a la luz en los momentos cruciales, cuando el otro más necesita de su ayuda.

Una impecable puesta en escena dentro del nuevo Teatro El Duende de Agustín Alezzo nos transporta a los años ’60. Pero es verdad, que más allá de algún que otro objeto que no existe más porque perdió vigencia, no hay demasiadas referencias que nos hagan pensar que en realidad no estamos viendo el presente de varias familias de Buenos Aires del Siglo XXI.

El elenco es sobresaliente. Cada actor representa a su personaje con una naturalidad innata, viviendo, respirando, sintiendo, nunca forzando sus personajes. Esto se debe justamente a que es una obra que no alieniza al actor, que le permite SER el personaje.

Las interpretaciones de Alejandro Fain, María Marta Gimenez y Pablo Zani son las más destacadas dentro de un elenco armónico, sin fisuras.

Lizardo Laphitz logra darle dinamismo y ritmo. Son casi 90 minutos que se pasan en forma efímera y al final, uno tiene ganas de seguir viendo como sigue la historia. No hay ningún subtexto, ninguna subtrama que queda sin profundizar, pero sin hacer énfasis en ello, sin necesidad de sobreexplicarlo, reiterarlo o hacerlo obvio. Laphitz comprende, respeta la sutileza del lenguaje del discurso de Cossa, y logra una obra redonda, magistral.

Tan lejos, tan cerca, los textos de Roberto Cossa resisten al paso del tiempo. Roberto Cossa es nuestro.

 

Teatro: El Duende – Aráoz 1469

Funciones: Viernes y Sábados: 21 Hs  – Domingos: 19 Hs.

Entrada: $45 y $30

 

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