Oh Sarah!
Dirección: Gabriel Rovito. Dramaturgia: Ariel Mastandrea. Diseño de vestuario: Alejandro Mateo. Diseño de escenografía: Alejandro Mateo. Asistencia de dirección: Tobias Cortés. Intérpretes: Juan Mako.
Hace aproximadamente un siglo que falleció la estrella suprema del teatro, la francesa Sarah Bernhardt, una mujer que llevaba una vida excéntrica y apasionada, la actriz por excelencia que representa en este maravilloso unipersonal Juan Mako, pasando por momentos de su vida notables y otros no tanto, sus temores, sus deseos y sus fantasmas, una representación soberbia de una verdadera diva en apuros.
El texto del dramaturgo uruguayo Ariel Mastandrea (La Monstrua) elige homenajear a la Bernhardt no solo como la gran actriz (pionera a la hora de dejar de lado la gestualidad marcada y la sobreactuación que se solía ver en el teatro en esos tiempos) sino también como la mujer, la mujer judía, la meretriz, la hija, la hermana: la transgresora. Y lo logra sin resultar un simple recorrido o síntesis de su vida, sino una pieza completa, más allá de que no repase punto por punto su existencia, ya que se detiene en momentos íntimos logrando que el espectador logre ver la esencia de la estrella frente a sus ojos y su obra en si que es el teatro todo en ella.
Y es que su vida fue drama puro y es el multifacetico Juan Mako (Manos Traslúcidas en Fiebre de Olvido) quien le da vida en un espacio tan intimo y reducido lo es el escenario de Pan y Arte, a un alma tan inquieta y apasionada como lo es la de Sarah.
Recuerda a su madre, la menciona para sentirla cerca, pasea cautivante, se enfurece y ama. Descubre su féretro y se declara la inventora de muchas modas. Trata de no apagarse al nombrar a Maurice, su hijo que le trajo tantos pesares y se sabe la primera en representar tanto a Hamlet como a Ofelia y no duda en gritarlo.
La voz de Mako es firme y sincera, no la imposta ni fuerza, dando a el personaje la naturalidad que gusta y defiende. Conjuga así su historia del teatro devenido en hospital durante la guerra franco prusiana con sus inolvidables escenas de muerte , con sus amoríos, su sentir hacia las mascotas, sus últimos momentos con su hermana y sus entradas a escena que hacían enmudecer a tantos e inspirar a el mismísimo Alphonse Mucha . Se destaca el fragmento en el cual se representa la perdida de su pierna derecha, a pesar de lo que esto significa para una mujer – mito como ella, su ego llena ese espacio vacío otorgándole las fuerzas necesarias para seguir.
Dirige Gabriel Rovito (He aquí el hombre, ¿Quién le tiene miedo a Tutú Marambá?) quien eligió este texto entre tantos junto con Mako, para rendir, de alguna manera, homenaje a su abuela Alba Mujica y a todo lo que lo hizo amar el teatro.
Teatro: Pan y Arte – Boedo 876
Funciones: Sábado – 23:00 hs – Hasta el 21/05/2011
Entrada: $ 30,00 y $ 20,00