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CRÍTICAS - CINE

Orquesta Roja

 

Orquesta Roja (Argentina, 2009)

Dirección, guión y producción: Nicolás Herzog. Investigación: Nicolás Herzog, Laura Terenzano. Elenco: Juan María Lima, Patricia Rivero, Carlos Sánchez Distribuidora: Cris Zurutuza. Duración: 77 minutos.

 

 

Cuando el Hombre Muerde al Perro

 

En medio de la guerra por la nueva ley de medios, la lucha contra los monopolios y el cuestionamiento sobre la manipulación de la información se estrena Orquesta Roja, ópera prima de Nicolás Herzog (nada que ver con Werner).

 

Nos tenemos que remontar diez años atrás para entender de donde proviene la verdadera historia de estos personajes.

Concordia. Desocuoación y pobreza. Un grupo de militantes de izquierda lideradas por desempleados como Juan María “Chelo” Lima, Carlos Sánchez y la joven Patricia Rivero, pedían al gobierno que se ocupe de estos problemas. Cuando los noticieros no quisieron cubrir más los cortes de ruta, para volver a llamar la atención, hicieron un convenio con Crónica TV para que transmita un falso video, donde los miembros del partido se hacen pasar por un grupo guerrillero denominado “Comando Sabino Navarro”, se ponen cazamontañas y simulan que entrenan en un monte junto a las ruinas de una vieja iglesia. El tiro les salió por la culata. En vez de enfocarse los medios en difundir el mensaje, el pedido del “Comando”, la policía y el ministro del interior de entonces, Federico Storani salieron a su búsqueda y los cazaron rápidamente. Como dice un anciano de la zona, “el problema fue que ustedes se convirtieron en el hombre mordiendo al perro”. O sea, terminaron siendo noticia ellos y no su causa.

 

Herzog reconstruye los hechos poniendo en ridículo a los medios locales y con la complicidad de los implicados (Chelo, Carlos y Patricia) que a la distancia pueden analizar los hechos con frialdad y haberse arrepentido de reaccionar de esa forma. Sin embargo, el director, de esta forma logra tres cometidos muy interesantes:

 

En primer lugar, denuncia la manipulación que un medio amarillista como Crónica TV hace con sus notas, el morbo que rodea a los noticieros, y la forma en que la información llega a la población.

 

En segundo lugar, permite darle espacio a los “culpables” de expresarse y contar su versión de los hechos frente a cámara, algo que no tuvieron en el momento de su detención, cuando solamente fueron exhibidos como locos (e incluso quería hacerles firmar un papel de que estaban insanos)

 

Por último denuncia, la falta de compromiso que todavía hay hoy entre los gobiernos y la población del interior del país, la ineptitud de la justicia y los sucios arreglos que hay entre los políticos y los medios.

 

Es muy interesante como los protagonistas se logran tomar con humor lo que hicieron, y el nivel de autoconciencia e ironía que le imprime Herzog a la reflexión de cómo se forma un grupo guerrillero hoy, un poco como hizo el estadounidense Jim Finn en Perú con el falso documental: La Trinchera Luminosa del Presidente Gonzalo (vista hace tres BAFICIS atrás).

 

A la hora de recrear lo vivido el director combina un relato en primera persona (como si fuera un noticiero) con imágenes más plásticas creadas a partir de sombras, encuadres muy bellamente fotografiados de los cielos y la geografía de Concordia, para terminar en una especie de video clip reinvindicadora del protagonista con el tema “Post Crucifixión” de “Pescado Rabioso” sonando de fondo (igual que en Sin Retorno, estrenada hace una semana, pero de forma más justificada).

  

Si bien empieza con gran ritmo, pasando los 45 minutos, este decae un poco, y ciertos pasajes se tornan monótonos y repetitivos en el final. También sería muy interesante que el film pueda ampliarse y exhibirse en material fílmico, de esta manera se podrá apreciar más la fotografía.

 

Igualmente, lo cierto es que Orquesta Roja parte de un hecho anecdotario para analizar el rol que ocupan ciertos medios de comunicación hoy en día y lo fácil que resulta hacerle creer cualquier cosa a la gente.

 

No por nada, la película comienza con una frase del personaje (y el director) más manipulador que hubo en la historia del cine, Charles Foster Kane. Es que en sí, lo que hacen los protagonistas con la película es lo que Kane no puede hacer con su vida: admitir su error. Quizás porque son humanos y no un “medio” (el staff de “Crónica” nunca se animó a dar la cara en el documental).

 

Ahora bien, ¿dónde empieza la propia manipulación de Herzog y donde la libertad que les concedió a los protagonistas para revivir el relato tal cual fue? Eso no lo sabremos.

 

Deberemos confiar en Herzog como confiamos en “Crónica TV”.

 

 

 

[email protected]

 

 

Argentina mediatizada.

Entre el documental y la ficción, el film de Herzog (el primer largometraje de este santafecino periodista y productor de video clips y publicidades) pone de manifiesto cómo los medios masivos de comunicación son capaces de construir la realidad, la manera en que éstos manejan la agenda y manipulan la opinión pública.

Rico en una seductora fotografía, Orquesta Roja se vale de imágenes que recuerdan al expresionismo alemán de principios de siglo mezcladas con las de un realismo único y otras más bien metafóricas. La presencia de las cámaras y equipo técnico no es disimulada; desde el principio están ahí para mostrarse y hacer hincapié en que todo lo que ocurre en Concordia es una puesta en escena. La música utilizada cumple en el film una función dramática.

El relato cuenta cómo un grupo liderado por José María Lima (interpretado por él mismo), político de la zona cansado de la pobreza y hambruna de su pueblo, elige movilizarse y hacer conocer al resto del país la situación de uno de los lugares más pobres de la Argentina de finales de los noventa.
Herzog convenció tanto a Lima como a sus compañeros Carlos Sánchez y Patricia Rivero para que cuenten qué pasó aquellos días en los que, encapuchados, hicieron creer a toda la Argentina que un grupo fuertemente armado, y en contacto con las FARC, estaba dispuesto a dar su propia vida en una lucha contra el sistema que los ahogaba económicamente.

Lo valioso de Orquesta Roja es justamente la elección de un episodio con personajes que, al igual que las noticias, desaparecieron de las tapas de los diarios y de las pantallas de la televisión de un día para el otro, como si nada hubiera pasado. Pero más que el hecho en sí, se rescata aquí el papel de un canal televisivo cuyas placas rojas se nutren de casos resonantes y de una radio a la que escucha todo el país. La historia decae un poco en el último tramo, igual que el hecho que generó una noticia que no era tal; quizás esto sea adrede, para demostrar así las debilidades del sistema informativo.

Material audiovisual de archivo, charlas, testimonios directos e imágenes recreadas construyen una historia que fue mitad verdad, mitad mentira y que, pese a esto último, sirvió para mantener una audiencia alta. Orquesta Roja es una verdadera evidencia para todos los que se dedican a investigar el alcance de los medios y su influencia en la opinión pública.

Por María Eugenia D’Alessio

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