A Sala Llena

0
0
Subtotal: $0,00
No products in the cart.

CRÍTICAS

Public Image Ltd. en el Teatro Vorterix: La ira es energía

“They put a hot wire to my head cause of the thing I did and said
And made these feelings go away, model citizen in every way…”
Rise, Public Image Ltd.

 

A diferencia de toda esa gente positiva que hace lo que se le dice, evita los problemas y escapa de sí misma con el único fin de agradar al resto de los mortales, el genial John Lydon hizo siempre lo que quiso, actitud que por supuesto tampoco funciona como un mérito de por sí a menos que vaya acompañada de una buena dosis de talento en tanto mecanismo artístico de respaldo. El por hoy sexagenario cantante y compositor principal de Public Image Ltd. ha reafirmado en innumerables ocasiones que cuenta con los requisitos necesarios para destacarse del resto de sus colegas, léase una disposición inconformista y una obra a la altura de las circunstancias: el hecho de que el pasado jueves 11 de agosto haya presentado en Buenos Aires su último disco, el muy interesante What the World Needs Now… (2015), nos regala un soplo de aire fresco en medio de un contexto internacional que apunta precisamente hacia el extremo opuesto, el enmarcado en la simpleza y el fundamentalismo más ramplón en materia de consumos culturales (si bien cierto grado de fanatismo hasta puede llegar a ser bienvenido en un público hipotético con convicciones políticas y/ o sociales fuertes, ya que podría aportar un sustrato de coherencia ideológica, lamentablemente hoy por hoy el grueso de los seres humanos sigue a determinados personajes y productos masivos del mainstream como antes se persignaban ante las imágenes religiosas, las voces del establishment o cualquier otra estupidez “lava-cerebros” apaciguadora, siempre actuando como garantía absoluta de sumisión y one-track minds).

De hecho, el londinense es uno de los pocos profetas de la independencia -insertada en la industria- y el cambio constante dentro del microcosmos empobrecido del rock de las últimas décadas… y la actuación de PIL en el Teatro Vorterix fue una prueba irrefutable de ello, un acontecimiento irrepetible que nos ayuda a hilvanar distintos momentos de la evolución histórica del rock en tanto género musical y como uno de los puntos de ebullición más importantes de la contracultura. Con su clásico look de camisa y chaleco, Lydon salió al escenario puntual a las 21 horas acompañado por la banda de sus últimos dos discos, This Is PiL (2012) y el mencionado What the World Needs Now…, trabajos que a su vez marcaron el regreso del músico a las grabaciones y los shows en vivo luego de un impasse que se remonta a los ya lejanos That What Is Not (1992) y su único disco solista, Psycho’s Path (1997), eje de una batalla con Virgin Records por la falta de apoyo comercial del sello para con el lanzamiento y el tour subsiguiente. Lu Edmonds en guitarra, el bajista Scott Firth y Bruce Smith en batería fueron la base para que Lydon despliegue su estilo vocal de la adultez, ese que fue dejando de lado la catarata de fraseos veloces y obreristas, característicos del Never Mind the Bollocks, Here’s the Sex Pistols (1977) y el debut de PIL, First Issue (1978), en pos de sentencias espaciadas y furtivas en consonancia con el género que ayudó a delinear, el post punk, y una idiosincrasia más cercana al dub, el funk y el ska. Así como los años no vienen solos, la merma vocal del cantante fue compensada de manera certera elevando el volumen de su micrófono e insertando eco a composiciones de por sí fantasmales, de una furia desatada y sin filtros.

Ya la primera canción, Albatross, de la obra maestra Metal Box (1979), y las siguientes, Double Trouble y Know Now, la dupla que abre el What the World Needs Now…, dejaron en claro que el recital continuamente iría de una punta a la otra de la carrera del señor. Esta extraordinaria apertura tuvo su remate en una versión oscura y fracturada de la irónica This Is Not a Love Song (This Is What You Want… This Is What You Get, 1984), uno de los más grandes hits -y más demoledores también, para con el circo de los mass media- de la agrupación durante la década del 80. El trío de temas que vino a continuación, Deeper Water (This Is PiL), Corporate (What the World Needs Now…) y Death Disco (suerte de alternativa a Swan Lake, del Metal Box), se explayó en la estructura “marca registrada” de la banda, esa cruza exquisita entre diatribas anti-instituciones de control y guitarras tan distorsionadas como oníricas, que destruyen toda pretensión de intimidad del rock indie bobalicón de nuestros días, el cual desde una sensibilidad castrada y un súper individualismo pretende enarbolar metáforas ascéticas sobre una sociedad que sólo le regala indiferencia. La versatilidad de Edmonds y Smith, quienes vienen colaborando con Lydon desde la época de Happy? (1987), quedó demostrada en la prodigiosa The One (What the World Needs Now…), una joyita pop con aires lejanos de rockabilly, y en especial en The Body (Happy?) y Warrior (9, 1989), dos ejemplos de lo que podríamos definir como la versión de Public Image Ltd. del synth pop y el house, respectivamente. La vuelta al rock de cadencia cíclica llegó con el dúo compuesto por I’m Not Satisfied (What the World Needs Now…) y el clásico anti-clerical Religion (First Issue), los que a su vez dejaron todo preparado para el gran cierre “oficial” del show, Rise (Album, 1986), quizás la mejor y más completa declaración de principios de toda la carrera de Lydon… imposible olvidar ese mantra eterno de la contracultura, “anger is an energy”, coreado por todos los asistentes. Los bises reglamentarios llegaron pocos minutos luego de la partida de los músicos: primero tuvimos una interpretación bien punk de Public Image (First Issue), un tema ya de por sí enraizado en el espíritu de los Sex Pistols, y después vino un mix de Open Up (aquella colaboración de 1993 entre Lydon y Leftfield para el álbum Leftism) y Shoom (última canción del recital y del What the World Needs Now…), otro apostolado perfecto del compositor en el que pasado y presente se amalgaman mediante una letra -entre autoreferencial, iconoclasta e hilarante- en la que le dedica unos cuantos insultos a los “bollocks” de antaño y sentencia que “what the world needs now is another fuck off”.

Casi dos horas de show bastaron para saciar a un público que respetó a los artistas y por suerte no cayó en rituales punks ya largamente superados… aunque nunca falta el típico burgués y/ o lumpen imbécil argentino que arroja cosas al escenario o se abre camino a los golpes entre la concurrencia -y en todo momento- para llegar a la zona de las vallas, cercana al escenario (de todas formas, estos personajes aislados obedecen a la putrefacción del empresariado argentino y su táctica orientada a cobrar carísima la entrada a los fans de la banda de turno y luego regalar pases a algunos lambiscones que ni siquiera están interesados en el show).

Ahora bien, si pensamos que pasaron 24 años desde la última gira por Latinoamérica de Public Image Ltd. y 20 desde aquella visita de los Sex Pistols a la Argentina con motivo del excelente Filthy Lucre Tour, la posibilidad de ver a Lydon en vivo -sobre todo para las generaciones que no pudieron asistir a las presentaciones anteriores- es un acontecimiento de un enorme valor cultural e ideológico, porque a pesar de que se haya extinguido casi por completo el contexto que posibilitó la aparición del terremoto musical/ social del punk, aun hoy podemos tomar de su estela los rasgos más emblemáticos y aplicarlos en el día a día sin necesidad de recurrir a rasgos superficiales como la gesticulación general, la vestimenta o los latiguillos más vetustos. Basta con conservar de verdad una actitud crítica de izquierda con respecto a los discursos filo-fascistas de las cúpulas gobernantes y sus lacayos y dejar de lado esa obsecuencia idiota para con los ídolos de plástico que fabrica una industria del espectáculo cada vez más infantilizada y mediocre, siempre orientada a la creación de legiones de loros que reproduzcan sus sentencias bajo el manto patético de un egoísmo de cartón pintado que se asemeja -paradójicamente- al de cualquier otro zombie con dos piernas, dos brazos y un puñado de billetes en su bolsillo…

calificacion_5

Emiliano Fernández

[email protected]

 

PUBLIC IMAGE LTD. TEATRO VORTERIX. 11-08-16.

John Lydon: voz.

Lu Edmonds: guitarra.

Scott Firth: bajo.

Bruce Smith: batería.

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También te puede interesar...

Recibe las últimas novedades

Suscríbete a nuestro Newsletter