Robo en las Alturas (Tower Heist, Estados Unidos, 2011)
Dirección: Brett Ratner. Guión: Ted Griffin, Jeff Nathanson. Elenco: Ben Stiller, Eddie Murphy, Casey Affleck, Alan Alda, Matthew Broderick, Téa Leoni, Michel Peña y Gabourey Sidibe. Producción: Brian Grazer, Eddie Murphy. Distribuidora: UIP. Duración: 104 minutos.
Por todos es sabido que el género de la comedia se encuentra en horas demasiado mediocres. Desde hace bastante tiempo el porcentaje de productos que se destacan es ínfimo.
Apenas ¿Qué Paso Ayer?, Un Loco Viaje al Pasado, Todo un Parto y 50/50 se distinguieron en estos últimos años. Las películas se estrenan de a montones, incluyendo secuelas innecesarias como la de la mencionada ¿Qué Paso Ayer?. Por todo esto, las expectativas a la hora de entrar a la sala para reírse a carcajadas son cada vez menores. Quizá considerando este panorama Robo en las Alturas termine por sorprender al espectador.
De la mano de Brett Ratner somos testigos del improvisado plan de Josh Kovacs, ex gerente de The Tower, el edificio más prestigioso de todo NY. Junto con sus compañeros de trabajo, el hombre decide atracar al mayor de los magnates que reside en el inmueble, quien, luego de prometerles triplicar sus ahorros, terminó estafándolos.
Tras ver Quiero Matar a mi Jefe el año pasado presenciamos una verdad irrefutable del cine: el juntar estrellas no es garantía de éxito. Es por esto que tras ver el reparto de Robo en las Alturas uno dudaría del resultado final. Más sabiendo que Eddie Muphy perdió hace tiempo la chispa que lo caracterizaba y Ben Stiller se convirtió en una caricatura de sí mismo. Considerando esto, la mayor virtud del director de Dragón Rojo reside en saber controlar el grupo de actores de renombre que incluyen a Matthew Broderick (otro comediante), Casey Afflek, Alan Alda, Tea Leoni, Michael Peña y Gabourey Sibide. Sorprende ver a Stiller bastante controlado y a Murphy como parte de un cast individualmente y no colmando con más de un personaje; aunque también se siente que el personaje de Broderick es prescindible y que Tea Leoni hace el mismo papel de siempre. Aun más extraño es que los mejores gags estén a cargo de dos no comediantes como los irregulares Peña y el menor de los Affleck.
Leyendo la sinopsis, la comparación más ligera sería con La Gran Estafa, puesto que a priori la temática es similar. Luego de verla, poco tienen que ver una con la otra. La banda liderada por Danny Ocean estaba conformada por ladrones profesionales con sus respectivas especialidades, mientras que la troupe de Josh Kovacs consta de simple trabajadores, o más bien, como dicen en la película, peones prescindibles. En la película de Soderbergh gran parte del metraje se dedicaba al plan del robo final, mientras que en la de Ratner toda la planificación no dura más de diez minutos, destinando mayor tiempo a las motivaciones de los protagonistas y la ejecución del hurto, al que se muestra sin ocultar nada para luego sorprender con nuevos detalles en forma de flashback.
Quizás esto último le juega en contra al desarrollo de la historia, ya que prácticamente se puede dividir el relato en dos mitades bien marcadas, la primera donde se nos muestra el mundo en el que se mueven los empleados del edificio, y la segunda donde el personaje de Stiller decide iniciar su confabulación y reclutar el resto de su banda. No es malo que haya un punto de inflexión en la trama, lo negativo viene cuando los tonos de las partes difieren tanto entre sí.
Brett Ratner no es nuevo en lo que se refiere a comedia con tintes policiales (recordemos que dirigió la saga Rush Hour), pero en esta ocasión falla al no decidirse por ninguno de los dos géneros. A su favor tiene el hecho de no haberse tomado muy en serio la historia, lo que da como resultado una comedia amena, si bien bastante desnivelada.
