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CRÍTICAS - CINE

Samarra

Samarra (Redacted, EEUU / Canadá, 2007)

Guión y Dirección: BrianDe Palma Producción: Jason Kliot, Simone Urdl, Joana Vicente, Jennifer Weiss Elenco: Izzy DIaz, Mike Figueroa, Patrick Carroll, Daniel Stewart Sherman, Julie Thiery Distribución: Distribution Company Duración: 91 minutos

Un escuadrón de soldados estadounidense vengativos, aburridos, sedientos de sangre, violencia reprimida, lujuriosos, encabezados por un soldado inestable psicológicamente, en terreno extranjero, en medio de la “nada”, en una guerra, provocada por los propios estadounidenses por motivos económicos, viola y asesina a una adolescente nativa, inocente de cualquier crimen, excepto el de ser el chivo expiatorio elegido por dicho escuadrón, por ser ellos usados como carne de cañón de los dirigentes políticos de su país. Un soldado de dicho escuadrón se opone verbalmente, pero no toma acción en el asunto y tiene que vivir por el resto de su vida, con las imágenes en su conciencia de no haber impedido los crímenes de sus compañeros.

En seis líneas se puede resumir Redacted, última película de Brian DePalma. Momento. Acabo de tener un deja vú. Esto ya lo vi. Ah cierto: Sean Penn y Michael Fox, y la guerra era Vietnam. El director: Brian DePalma también.

¿Será que DePalma tiene el síndrome de directores de su generación y está empezando a repetirse acaso? Lamentablemente, lo que se repite es la historia. Cambia la guerra, la década, pero nuevamente están los mismos protagonistas cometiendo los mismos crímenes. DePalma es un director demasiado inteligente para repetirse. Pecados de Guerra (1989) fue una película dura, cruda, que relataba otra caótica experiencia real vivida en Vietnam. Dicha película seguía la línea de Apocalipsis Now, El Francotirador, pero más similar desde un punto de vista temático a Nacido para Matar de Kubrick o Pelotón de Oliver Stone, de las que les separaba pocos años de diferencia.

Redacted es una remake actualizada de la anterior, pero sucede durante la ocupación estadounidense en Irak, post caída del gobierno de Sadam Hussein. No es la primera ni será la última película que sucede durante dicha guerra. Pero sí puede que sea la más impactante filmada por un director estadounidense. No por nada, DePalma reside en Europa. Sacando todos los documentales impactantes sobre el tema, DePalma toca fibras sensibles en el espíritu estadounidense. Los soldados a los que se refiere todavía están allá y han pasado menos de dos años desde que sucedió el hecho inspirador. Con Pecados de Guerra habían pasado un poco más de 20 años. A pesar de todas las críticas hechas hacia el gobierno de Bush y el accionar de las tropas allí, ninguna fue tan cínicamente tan directamente crítica y despiadada como esta, al punto de que parece más hecha por un director iraquí que por uno estadounidense.

En Venecia 2007 (hace tres años que se realizó y recién ahora llega a los cines), DePalma fue premiado con el León de Oro al mejor director y al mejor trabajo filmado con cámara digital. En EEUU, la mitad de los críticos vapuleó la película, y la otra mitad la trató con respeto, pero uno o dos le dieron el reconocimiento merecido. El público directamente la odió y algunos inclusive pidieron el linchamiento del director, por así decirlo. De este tipo de mentalidad habla la película justamente.

A DePalma le encanta jugar con la doble personalidad, y trabajar con múltiples cámaras y múltiples puntos de vista. En Redacted trabaja con dos: por un lado, la filmación con cámara casera de un miembro, aspirante a estudiante de cine, del escuadrón a cargo de vigilar un Punto de Paso en Bagdad. Por otro, el de dos documentalistas franceses, con mayor “objetividad”, de las acciones que toman dicho escuadrón. El soldado va mostrando la evolución psicológica de su escuadrón, especialmente dos soldados, desde que asesinan impunemente a una mujer embarazada iraquí hasta la violación en cuestión, tomando también las ideologías de cada uno, y como su carácter, no viene de su locura en la guerra, sino del medio en el que se criaron en su país. DePalma pone mucha atención a detalles en el vestuario de ambos soldados para mostrarnos que no hay “casualidades”. Que los soldados no se vuelven criminales durante la guerra, sino que la cuestión viene incluso de familia: la xenofobia, el racismo, todo explota en medio de desierto. La tensión sexual que sienten los soldados es evolutiva. La violación no es una acto de venganza aislado.

Desde un punto de vista más alejado, o sea el de los documentalistas franceses, DePalma muestra el papel de los medios de comunicación y las cámaras de seguridad. El otro punto de vista es el de los noticieros iraquíes, los videos de los blogs talibanes, los blogs de las esposas de los soldados estadounidenses, la difusión de videos y opiniones en youtube, y principalmente los registros de las cámaras de seguridad en los cuarteles estadounidenses: tanto las oficinas administrativas, con decorado árabe, como las salas psiquiátricas. Esto muestra una vez más que en EEUU no existe la privacidad y todo es grabado, y peor aun que todo puede llegar a los medios. El internet se muestra como un arma de doble filo: por un lado es informativo, por el otro, peca de cosechar seguidores y opositores a los grupos terroristas (sean talibanes o estadounidenses) usando imágenes morbosas. DePalma no se muestra neutro en el conflicto, y juzga a los pecadores. Puede parecer demagógico por momentos, y hace diferencias de bandos entre los soldados, así también como diferencia a los terroristas de los civiles inocentes, que mueren día a día porque los estadounidenses no saben (o no quieren) diferenciarlos. Es verdad, DePalma no se da con vueltas a la hora de condenar el accionar de los soldados jóvenes en la guerra, de aquellos que cometen crímenes, de aquellos que se callan por miedo, de los comandantes que deciden hacer la vista gorda del asunto. También hace hincapié en la censura estadounidense, desde los mismos títulos. En cierta forma la película funciona como material “editado” de lo sucedido realmente. Al mostrar documentos “supuestamente” reales, hay tachones negros sobre palabras claves, tachones que usa de metáfora sobre lo que los estadounidenses deciden no querer ver ni mostrar. Cínicamente, también lo usa para “tachar” marcas y los rostros de lo verdaderos protagonistas iraquíes. (Se podría comparar con la película argentina Iraqui Short Filmes de Mauro Andrizzi)

DePalma es menos sutil que en Pecados de Guerra pero tiene menos pretensiones comerciales. Filmó en Alta Definición Digital para dar mayor realismo a su “falso documental”. La mayoría de las veces con cámara en mano. Explora las diferentes iluminaciones digitales: infrarrojas para las escenas nocturnas, blanco y negro de seguridad, webcams, y de video grabación en las cámaras fotográficas.

No por esto pierde su estética personal y registrada: no faltan las falsas subjetivas en planos secuencia, que ya había hecho en clásicos como Vestida Para Matar o Blow Out y en La Dalia Negra su anterior película. Hay planos que simulan pertenecer al documental de los franceses, pero es diegéticamente imposible que pertenezcan. Pero DePalma es un seguidor de Hitchcock, y poco le importan las críticas diegéticas. Así mismo, hay un par de giros narrativos, que si son bien pensados, no concuerdan con información previa. Pero a DePalma le interesa lo que se cuenta en el instante, y lo que va cultivando para remover la conciencia del espectador y, que vaya tomando una posición en el relato. Hay pocas sorpresas en la película, porque el director sabe como crear el suspenso. Tira pistas, información previa que crea tensión en el espectador atento. Tampoco faltan sutiles pinceladas de humor negro, muy crítico, y algo burlón hacia los soldados.

El dramatismo y suspenso son constantes, nunca cae en recursos telenovelescos. Los 91 minutos de metraje se pasan rápido, pero el significado de las imágenes queda grabado.

Para lograr mayor realismo, como sucede en todos los falsos documentales, escogió a un elenco desconocido de actores, algunos eficientes pero por momentos sobreactuados y desbordados. Aun así, DePalma vuelve a dar cátedra cinematográfica de como filmar un falso documental. Sin embargo, en Hollywood, incluso los llamados “liberales” se sienten ofendidos con este trabajo. Porque? Bueno, DePalma siempre fue crítico con la industria y por algo integra una lista negra no demasiado dada a conocer. Previendo esto, decide darles una patada casi al final de la película. DePalma no se guarda nada y nuevamente ataca. Pero sus balas, lamentablemente, son falsas imágenes, que tienen el mismo el mismo efecto que las palabras, en el actual gobierno: rebotan. Sin embargo, algún día, alguien va a recordar Redacted como hoy recordamos Pecados de Guerra, y se van a horrorizar con las violaciones y torturas, sucedidas durante la guerra de Irak, así como nos horrorizamos con Vietnam. Porque la historia se repite, pero la gente no olvida, el cine tampoco, y sirve como conciencia colectiva.

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