(Argentina, España, 2013)
Dirección: Alberto Lecchi. Guión: Leonardo Siciliano y Alberto Lecchi. Elenco: Ariadna Gil, Leonardo Sbaraglia, Sabrina Garciarena, Gonzalo Valenzuela, Antonio Birabent, Hugo Astar. Producción: Aguirre Films, Moonlight Cinema. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 98 minutos.
Sola Contigo es la historia de María Teresa Maradei, una mujer de 45 años y con dos hijas. María conoce en Barcelona a Daniel Danese, con quien se casa y vive allí hasta que la relación se vuelve tormentosa y culmina con un divorcio. Daniel entonces vuelve a la Argentina, su país de origen, junto con sus dos hijas. Meses más tarde, María viaja a la Argentina con la idea de recomponer la relación con las niñas y consigue un trabajo en la empresa de un amigo de su ex marido, Alberto Torres. Con una repentina amenaza de muerte, lo que parecía unavida estable comenzará a desmoronarse.
La palabra suspenso le sienta excelentemente bien a esta creación de Alberto Lecchi. El guión entreteje con audacia la historia de María, develándonos los secretos que conforman su vida. A la actriz principal Ariadna Gil le queda magnífico el papel, ya que logra que los espectadores entren rápidamente en su realidad y se conmuevan a partir de la tragedia que atraviesa. La estética minimalista aporta otro punto a favor de la obra. Pequeños detalles, como una pared de cocina resquebrajada en medio de un modernismo gris, lograrán transmitir más que cualquier vestuario o sobreabundancia de objetos. El tiempo del thriller es otro recurso audazmente utilizado, volviendo cada minuto angustiante y sumergiéndonos en un misterioso halo de suspenso. Los planos están muy cuidados y la música acrecienta la tensión. Una mayor profundización del vínculo entre María, su secretaria y un pasado en común hubiese sido provechoso para el relato, no obstante es esta frialdad inherente a las relaciones que teje María con sus semejantes la que reforzará el clima de soledad y desesperación propio del film.
La trama está encarada desde el punto de vista femenino del divorcio, no es común ver en la pantalla grande a una mujer luchar por recuperar a sus hijas (este hecho le agrega una meritoria originalidad al film). Lecchi nos invita a reflexionar sobre la posmodernidad y los vínculos que ésta construye. En palabras del autor, la película intenta retratar a un personaje heredero de los “locos años 80”, con su libertinaje y su ruptura con el orden conservador. Desde el comienzo hasta los últimos segundos, nos encontramos con un thriller atrapante, inteligente, en el cual se entreteje una metáfora muy bien lograda sobre el destino y las consecuencias de nuestros actos.
Por Sofía Lara Gómez Pisa