DE ALGUNOS CONTRASTES Y CONTRADICCIONES
La primera cosa buena que puede decirse de Soy Virgo es que el título es ingenioso. Por un lado es una frase que podría decirse en una cita, o en un tímido intento de levante, algo que evidentemente tiene que ver con las cosas que le pasan a su protagonista adolescente (un gigante de cuatro metros llamado Cootie). Virgo, por otro lado, evoca la idea de alguien virgen, lo cual evidentemente también tiene que ver con el bueno de Cootie. Pero finalmente también, la idea de Virgo remite a la astrología, que remite al destino, y que remite también a lo mitológico. Y acá es donde entra uno de los juegos más raros de esta serie.
Se ha escrito que una de las influencias estéticas posibles Soy Virgo es el cine de Michel Gondry. Lo que es bastante cierto. Hay una constante acá del efecto especial “artesanal” y de la combinación entre lo cotidiano y lo onírico. También hay acá una lógica del cuento de hadas –bastante presente en el cine de Gondry también- donde los personajes “normales” actúan frente a lo sobrenatural con una tranquilidad pasmosa. Y así como en los cuentos de hadas la población suele aceptar sin demasiados problemas que en su reino hay brujas, dragones o siete enanos viviendo en una en una casita, en Soy Virgo Cootie puede aparecer por las calles e interactuar entre la gente sin que esto genere demasiado terror o una excesiva curiosidad. Las personas comunes y silvestres parecen aceptar rápidamente que en su mundo hay tanto un multimillonario que se disfraza para combatir el crimen, como una chica con supervelocidad, o una mujer que puede meterse en las mentes de sus personajes a la hora de elaborar discursos. Nada es demasiado raro acá y lo bueno de la serie es que su insistencia en hacer de los superhéroes algo ordinario es consecuente con su propia estética.
Parte del atractivo de Soy Virgo es plantear un programa de superhéroes que le rehúye a la espectacularidad y las grandes escenas de acción. Así es como acá un explosivo con una bomba de tiempo puede ser una excusa para una escena de comedia absurda, el uso de grandes armamentos para derribar una fortaleza puede quedar fuera de campo o una pelea entre gente con superpoderes puede quedar totalmente elipsada.
En cuanto al protagonista, un gigante amable de cuatro metros, tiene muy poca vocación de hombre de acción y parece sentirse más cómodo como modelo publicitario, una excusa más dentro de un marketing capitalista que esta serie –creo- ve de forma ambigua.
Seré más claro. Soy Virgo se posiciona desde el punto de vista del discurso como una serie de contenido social, hay acá una necesidad inmediata de hablar de manera frontal sobre las desigualdades sociales que genera el capitalismo, de la discriminación hacia los negros y los pobres en Estados Unidos y de cómo esto se extiende hasta el sistema de salud. Por eso también una de las jugadas de la película es volver a un héroe llamado (valga la redundencia) “The Hero” un villano. Se trata de una cruza paródica entre Iron Man y Batman, que usa sus miles de millones y su tecnología para volverse un vigilante de la ley y el orden. Pero claro, al ser aquí la ley y el orden intrínsecamente corrupto, quien debiera ser el héroe es en realidad el garantista de la injusticia y un represor de protestas genuinas.
No obstante, la gran paradoja es que “The Hero” termina siendo por lejos el personaje más interesante de todo el programa. Alguien que protege un sistema de cual en el fondo es una víctima también, un hombre conflictuado que esconde tras su apariencia dura un espíritu aniñado, incapaz de sostener una relación madura con nadie y dubitativo respecto de sus acciones. En algún punto, The Hero es, al igual que Cootie, un adolescente, aunque Cootie lo sea por razones etarias y el otro lo sea por motivos psicológicos, y aunque Cootie parece ser alguien que puede crecer mientras el otro parece atrapado en su propio infierno de madurez.
Es como si la propia serie sintiera un interés realmente grande por el personaje que no debiera. En el fondo esto refleja la contradicción más fuerte también de Soy Virgo. Su discurso puede ser anticapitalista, pero más de una vez su estética remite a la publicidad pura y dura. El mayor ejemplo de esto es el discurso final que da uno de los personajes con el superpoder de persuasión. Se trata de un clip que concentra discursivamente todos los lugares comunes progresistas y formalmente todos los recursos publicitarios habidos y por haber.
El contraste es enorme y si fue hecho por ingenuidad o por una intención genuina de generar ambigüedad es un misterio que al fin y al cabo no necesita resolverse para disfrutar de la serie. Soy Virgo quizás haya querido hacer política, lo que terminó haciendo es entretenimiento. No es tan grave y hasta puede ser bienvenido.
(Estados Unidos, 2023)
Creada por Boots Riley. Elenco: Jharrel Jerome, Olivia Washington, Brett Gray, Juliette Lewis, Elijah Wood. Producción: Naima Ramos-Chapman, Lori Slomka.