Tan lejos…
Hay realizadores que son usualmente sobrevalorados, tanto por la crítica como por los distintos festivales o premiaciones que los avalan, siendo uno de estos casos el de Stephen Daldry, autor de films como Billy Elliot, Las Horas y El Lector, los cuales son correctos, pero no mucho más que eso. Con la presentación de Tan Fuerte y Tan Cerca, su nuevo film, expone su obra más mediocre, la cual resulta muy inferior a las anteriores, aunque a pesar de aquello es candidata a la mejor película en la próxima entrega de los Oscar el 26 de febrero próximo.
La película narra como Oskar Schell (Thomas Horn), un niño de nueve años, encuentra un sobre con una misteriosa llave que le había pertenecido a su padre (Tom Hanks) fallecido en la tragedia del World Trade Center el 11 de septiembre de 2001. Tal pieza le incentiva a comenzar una larga búsqueda a través de los cinco distritos de Nueva York y recorrer cada vivienda en la que habite una persona de apellido Black (nombre que figura en el sobre) para poder descifrar el secreto y encontrar la ansiada cerradura si es que la hay.
La cuestión es que Tan Fuerte y Tan Cerca presenta un argumento muy poco lúcido que da la sensación de estar siempre a la deriva, provocando que lo descabellado de la historia provoque que la obra carezca de credibilidad. Cada acción que transcurre en el film esta totalmente exagerada y las mediocres actuaciones de los protagonistas agravan la desprolijidad, especialmente la de la depresiva madre de Oskar, que es interpretada erróneamente por Sandra Bullock.
La película juega temporalmente con un presente en el que Oskar realiza su expedición para la que en un momento empieza a tener la ayuda del inquilino (Max von Sydow) que vive con su abuela (Zoe Caldwell), un hombre mayor y solitario que decide auxiliarlo en su aventura. A todo esto se van intercalando a través de flashbacks los momentos en los que el niño compartía con su padre antes que sucediera la catástrofe.
Pero el problema del film de Daldry es que no tiene un fuerte peso narrativo, las situaciones transcurren densamente y provocan la esencia de que nunca pasa nada, ya que todo resulta intrascendente y el relato busca constantemente el golpe bajo entre acciones de extrema sensibilidad que no logran su cometido. Si en El Lector se podía decir que se trataba al genocidio de la Segunda Guerra Mundial con liviandad; en este caso lo sucedido en aquel 11 de septiembre no conlleva un fuerte objeto representativo en la obra, solo resalta una y otra vez para inquirir en el fastuoso llanto y darle a la historia un enclave dramático.
En conclusión, Tan Fuerte y Tan Cerca resulta ser el film más pobre de Daldry, que entre una temática intrascendente y obtusa compuesta por mediocres actuaciones (solo se salva von Sydow) se construye una película carente de ideas y de concordancia entre las acciones, provocando un mareo afectivo que solo intenta persuadir sentimentalmente al espectador, aunque lo que logra es solamente aburrir entre su monotonía.