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CRÍTICAS - STREAMING

The Beach Boys

HÉROES Y VILLANOS

Unos días después de haber subido Let It Be de Michael Lindsay-Hogg, uno de los documentales de rock más importantes de la historia, y dos años y medio después de Get Back, aquella obra monumental que realizó Peter Jackson con el mismo material de base que Let It Be, ahora Disney+ estrena otro documental de rock, en este caso, y al igual que Get Back, de producción propia. Frank Marshall, gran director de ficciones, había realizado ya otros documentales musicales, entre ellos The Bee Gees: How Can You Mend a Broken Heart, que estaba bastante bien salvo por un momento horroroso sobre el final en el que veíamos a Ed Sheeran haciendo un cover de una canción de la banda. Aquí Marshall codirige junto a Thom Zimmy, documentalista fetiche de Bruce Springsteen.

Lo primero que salta a la vista en The Beach Boys, el documental, es lo chato que es; lo confundible que es con cualquier otro documental “de plataforma” que se precie, con un montón de cabezas parlantes y un material de archivo presentado, por momentos, de manera bastante fea, con un uso bastante torpe de la inteligencia artificial. La IA está presente también en unos momentos espantosos en los que se la usa para “expandir” las tapas de los discos de la banda y que ocupen toda la pantalla. No tengo dudas de que la inteligencia artificial puede servir para fines nobles (ahí tenemos “Now and Then”, la bellísima canción “nueva” de los Beatles, que no habría sido posible sin ella), pero la realidad es que también está dando lugar a un feísmo bastante preocupante.

Otro gran problema de la película son los entrevistados: salvo algunas excepciones, como los sesionistas legendarios de la Wrecking Crew que acompañaron a Brian Wilson en el estudio durante años mientras el resto del grupo estaba de gira, los testimonios son de una banalidad inaudita. Algún prejuicioso podría decir es imposible que un tipo como Ryan Tedder de OneRepublic tenga algo interesante que decir sobre los Beach Boys, pero esto, en este documental, se cumple, y no solo en casos como el de él sino también en el de gente más importante y que aportó más a la historia de la música como Lindsey Buckingham o Don Was. Eso es lo más frustrante del documental: lo superficial que es a la hora de hablar de los aspectos más apasionantes y complejos de la banda y sus integrantes y lo mucho que se encarga de banalidades. La película pierde muchísimo tiempo en narrar los comienzos de la banda, y no hay nada aquí que no hayamos visto antes. De a poco se empieza a ahondar en el genio de Brian Wilson, pero cuando llega Pet Sounds, que dio pie al momento creativo más alto del grupo, la película pierde por completo el interés, y resuelve todo a fuerza de secuencias de montaje. Realmente pareciera como si Marshall y Zimmy no conocieran la banda, y así, la oportunidad de revalorizar una etapa no muy exitosa en lo comercial pero única en lo musical se pierde. Igualmente, esto no es inocente: la película es un intento de lavado de imagen de Mike Love, primo de los hermanos Wilson, integrante de la banda desde sus comienzos, dueño de la marca “Beach Boys”, alguien que detestaba las experimentaciones de Brian Wilson y uno de los tipos más oscuros de la historia del pop. Verlo llorar en una escena porque “le habría gustado que las cosas con Brian Wilson hubieran funcionado mejor” cuando se sabe que siempre se portó espantosamente con él es un momento especialmente canalla.

(Estados Unidos, 2024)

Dirección: Frank Marshall, Thom Zimmy. Guion: Mark Monroe. Duración: 113 minutos.

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