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CRÍTICAS - CINE

El Último Cazador de Brujas (The Last Witch Hunter)

(Estados Unidos, 2015)

Dirección: Breck Eisner. Guión: Cory Goodman, Matt Sazama y Burk Sharpless. Elenco: Vin Diesel, Michael Caine, Elijah Wood, Rose Leslie, Ólafur Darri Ólafsson, Julie Engelbrecht, Isaach De Bankolé, Rena Owen, Joseph Gilgun, Lotte Verbeek. Producción: Bernie Goldmann y Mark Canton. Distribuidora: Alfa Films. Duración: 106 minutos.

La magia bajo control.

Cuando se analizan las vertientes que hundieron al terror mainstream en la mediocridad, por lo general se hace alusión a la recurrencia de los fantasmas del J-Horror, la estrategia formal del found footage y la obsesión con producir remakes de éxitos foráneos o propios, de épocas remotas. En el deporte de repartir culpas -y siempre dentro del mismo rubro- se suele pasar por alto al combo más pomposo de todos, el único que realmente necesita de presupuestos millonarios y alguna que otra caripela conocida para garantizar dividendos en taquilla: hablamos de esa amalgama de sustos y cine de acción que patentó la hoy lejana Inframundo (Underworld, 2003), sin duda uno de los pivotes fundamentales del Hollywood tracción a CGI y fanfarria destilada, más atento al marketing que al producto empaquetado.

Este nuevo paradigma es el más sincero del lote porque ni siquiera se molesta en transcribir la dinámica del slasher ochentoso (un psicópata entrega una “antología” de asesinatos artísticos), como ocurre con los otros casos, optando en cambio por un refrito de influencias varias destinado al público adolescente (el influjo de los videojuegos de la década del 90 es muy importante en este subgénero, como si constantemente estuviésemos ante una versión exacerbada del Alone in the Dark). Así como la calidad o la inteligencia no han sido rasgos a destacar dentro del andamiaje en cuestión, El Último Cazador de Brujas (The Last Witch Hunter, 2015) respeta a rajatabla un esquema que toma prestados los grandes estereotipos del terror para unificarlos con la fantasía, las aventuras y la acción personalista más simple.

Por supuesto que con semejante título sólo resta aclarar que el encargado de ajusticiar a las hechiceras del averno no es otro que el inefable Vin Diesel, que sigue haciendo lo posible para despegarse de la franquicia iniciada con Rápido y Furioso (The Fast and the Furious, 2001), definitivamente con muy poco éxito. Aquí interpreta a Kaulder, un guerrero inmortal con detalles de los protagonistas de Highlander (1986) y Blade (1998), ahora en pos de desentrañar un misterio de su pasado que podría ser crucial para controlar lo oculto y evitar -por milésima vez- la aniquilación de la raza humana, cortesía de la malévola Reina Bruja (Julie Engelbrecht). Por suerte los secundarios compensan en parte la inexpresividad de Diesel; con Michael Caine, Elijah Wood, Rose Leslie y Ólafur Darri Ólafsson a la cabeza.

El film no logra compatibilizar en un cien por ciento los CGI con la figura central, debido a que esa pretensión de base choca con los problemas de los dos extremos: la iconografía mágica se siente derivativa y perezosa (el apartado visual en su conjunto es bastante pueril), y para colmo Diesel continúa preso de sus propios tics (en algunos personajes calzan mejor que en otros, así su Kaulder se ubica en una región intermedia entre el tedio y lo aceptable). El guión de Cory Goodman, Matt Sazama y Burk Sharpless, responsables de las análogas aunque levemente superiores Priest (2011) y Drácula (Dracula Untold, 2014), sólo se sostiene gracias a la prolijidad del director Breck Eisner, quien -a pesar de su sutileza y tesón- hoy cae por debajo de La Epidemia (The Crazies, 2010), su mejor obra a la fecha…

calificacion_2

Por Emiliano Fernández

 

El cazador cazado.

En pleno hype por los films de superhéroes, murciélagos, mutantes y dicotomías Marvel o DC, siempre alguna película fantástica con elementos mágicos -en un envoltorio de acción/ aventura- suele colarse entre medio, aprovechando los ecos lejanos de sagas enormes como El Señor de los Anillos y Harry Potter. El año pasado la problemática El Séptimo Hijo (Seventh Son, 2014) logró filtrarse en la cartelera sin ocasionar mucho ruido; esa oportunidad cayó en este 2015 a los pies de El Último Cazador de Brujas (The Last Witch Hunter, 2015).

Vin Diesel (saga Rápido y Furioso) forma parte del núcleo central de esta historia en la cual interpreta a Kaulder, un cazador de brujas inmortal de más de 800 años de edad. Y a pesar de lo que diga el título del film, el argumento nunca se encarga de clarificar en profundidad su calidad de “último cazador de brujas” del mundo. Pero en pos de la suspensión de la credulidad, vamos a suponer que así es. Nos encontramos en la época actual y Kaulder -con sede en Nueva York- sigue siendo servicial a una antigua orden que se encarga de mantener a las brujas en vereda, cuando descubre que fuerzas ocultas planean resucitar a la bruja más poderosa de todas, esa que casualmente el propio Kaulder creyó haber destruido hace 800 años. El personaje de Diesel podrá ser el último cazador, pero no está solo en esta empresa. Dos curas de la orden (el mítico Michael Caine y Elijah “Frodo” Wood) y una bruja “de las buenas” (Rose Leslie) se suman a su cruzada.

Tal vez el mayor problema del film sea su tibieza: muy light para ser considerada una producción de terror/ suspenso y demasiado oscura para ser considerada una película de aventura ATP. Nos quedamos a mitad de camino de todo. Si bien cuenta con un diseño de producción interesante y hace un buen trabajo insertando todo un universo mágico en la urbe moderna, el abuso de los efectos especiales hechos por computadora -que tienen un tufillo muy de inicios de este milenio- rompe un poco con la magia, irónicamente. Por momentos nos da la sensación de estar viendo un híbrido entre Highlander (1986) y Hansel & Gretel: Cazadores de Brujas (Hansel & Gretel: Witch Hunters, 2013).

El reparto hace una buena tarea acompañando a Vin Diesel y eleva la calidad de una cinta que se guarda algunos giros interesantes en el tercer acto, a pesar de contar con ciertos puntos clave convenientemente desarrollados en el preciso momento en que la historia así lo requiere, con la única función de lograr que la trama avance. Diesel es un fan confeso de Calabozos y Dragones y todo este universo lúdico de magos, pociones y encantamientos: hoy busca hacer de esta película una nueva plataforma para despegarse del Dominic Toretto de Rápido y Furioso. Sólo resta esperar y ver si la taquilla lo apoya como el último cazador o termina siendo el último gran héroe…

calificacion_2

Por Alejandro Turdó

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