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CRÍTICAS - CINE

Un Hombre Serio, Según Carlos Rey

¿Recuerdan la ultima vez que una película no despertaba ningún tipo de simpatía en ninguno de los personajes, ya que eran odiosos, estupidos, casi sub normales?

Yo lo recuerdo, fue en Quémese Después de Leer.

Y estos (pobres) personajes, odiosos, estupidos y casi sub normales tuvieron que aguantar el lápiz óptico señalador de los Hermanos Coen en la cara durante toda la película, para mostrarlos como una clase magistral en un pizarrón sobre la estupidez humana y “que mal esta el mundo”. La película era mas chata todavía que ese pizarrón, sin ningún tipo de relieve, con la visión del mundo mas indignante que se pueda ver en el Hollywood contemporáneo y gritada a los cuatro vientos desde arriba de un banquito acusador por este par de hermanos-profesores ciruela.

 

Como buenos autores que son, la visión del mundo que tienen es coherente y la historia se repite una vez más. En Un Hombre Serio no hay un solo personaje querible, ninguno de esos personajes que Hollywood supo construir a lo largo de los años, valientes, carismáticos, héroes, villanos, malditos, sanguíneos etc., que coparon la pantalla para hacernos vibrar, para hacernos sentir que ahí en el cine hay algo que es mas grande que la vida. Si hay otra vez personajes odiosos , estupidos y casi sub normales y por supuesto los Cohen , subidos al techo de  la casa de esa familia de clase media judía , mirando a todos desde arriba , divirtiéndose con los estupidos , burlándose de ellos una y otra vez. Los hijos de Larry Gopnik  (Michael Stuhlbarg) son los hijos de puta más indolentes que yo recuerde en una película americana. Nada los perturba, ni los problemas de pareja de sus padres, ni la desintegración de su familia, ni la muerte, nada. Los Coen se reflejan en estos insolentes personajes, egoístas y canallas, casi expiando los dolores del pasado. Ahora se divierten creando personajes hechos (y de) mierda sin ninguna posibilidad de redención. Se divierten con Larry Gopnik  más que Gibson con Cristo. Encima de castigarlo, lo humillan en la búsqueda de convertirse en un “hombre serio” una especie de categoría moral que inventaron estos hermanos de pacotilla para burlarse infinitamente de su personaje principal.

 

En Sin Lugar para los Débiles los Coen estaban identificados con la línea narrativa que tenia el personaje de Tommy Lee Jones y por primera vez quizás , desde una posición terrenal , daban su visión desoladora del mundo sin subirse al estrado a gritar. Lastima que esta línea era redundante, porque ya estabamos viendo en la parte valiosa de la película (el western entre Bardem y Brolin) lo mal que estaba el mundo.

Entonces podemos concluir que los Coen, si bajan a la tierra son redundantes y si se paran en el techo de una casa a gritar, como en Un Hombre Serio son viles, crueles y canallas.

 

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