(Argentina, 2014)
Dirección y Guión: Pablo Stigliani. Elenco: Arturo Goetz, Juan Carlos Aduviri, Olivia Torres, Rafael Ferro, Alejandro Quiroga Guerra. Producción: Mariano Mouriño. Distribuidora: 3C Films. Duración: 88 minutos.
La llegada a la Argentina de inmigrantes de diversas nacionalidades, en busca de trabajo y un buen porvenir, siempre fue algo común. También es común que muchas de estas personas, sin andar muy prevenidas, se topen con individuos aprovechadores y maltratadores, y así lo que podría haber sido un sueño deviene en la pesadilla más desagradable. Uno de estos hechos verídicos inspiró Bolishopping.
Luis (Juan Carlos Aduviri), su mujer (Olivia Torres) y su pequeña hija, los tres de nacionalidad boliviana, se mudan a un taller clandestino de costura, en Buenos Aires. Allí quedan en manos de Marcos (Arturo Goetz), un jefe dispuesto a mantener a flote su negocio, aunque eso signifique exigir de mala manera a sus empleados. No pasará mucho tiempo hasta que Jorge y su familia se cansen del maltrato y hagan lo posible por escapar de esa terrible situación.
La película se mete con una temática real, contemporánea e indignante. Con un estilo cercano al del documental y la tensión creciente propia de un film policial, el director Pablo Stigliani cuenta la historia desde el punto de vista de los inmigrantes bolivianos que son explotados en talleres ilegales, y también se mete con Marcos; lejos de demonizarlo (tiene arreglos con la policía y con empresarios poderosos, y es capaz de impedir que el matrimonio protagonista lleve a su hija enferma al hospital), lo muestra en su vida privada, donde se lo ve solo y cuidando de su madre enferma. Otra excelente labor de Goetz, mostrando el lado más humano de un individuo desagradable, y uno de sus últimos trabajos antes de morir en 2014. No menos destacable es el desempeño de Juan Carlos Aduviri, quien tiene unos tensos contrapuntos con el personaje de Goetz.
Más allá de algunos recursos que no terminan de funcionar bien, como fundidos a negro muy prolongados y sin relevancia, la película conserva su potencia y nos adentra en un mundo tan cotidiano como duro, corrupto y cuestionable. Ideal para concientizar sobre injusticias que todavía parecen no tener solución.
Por Matías Orta