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La Gran Aventura LEGO (The LEGO Movie, 2014) fue una película animada que produjo un quiebre, probando de manera exitosa que una producción inicialmente percibida como una excusa para posicionar uno o varios productos puede tener en realidad méritos cinematográficos. Al mismo tiempo, también es por cuestiones como esta que películas como Emoji: La Película (The Emoji Movie, 2017) tienen la desafortunada posibilidad de existir dentro del universo cinematográfico.
Sony Pictures Animation se las ingenió para llevar a la pantalla grande una película sobre los emojis. Si, los emojis, esos pictogramas con los que nos comunicamos diariamente desde nuestro smartphone. El relato cuenta la historia de Gene, el emoji meh (sic), que se muere por trabajar y poder llevar su expresión de desconcierto a las pantallas de millones de millenials que no tienen ganas de escribir. Pero Gene tiene la particularidad de no ser simplemente la cara de meh, él puede hacer infinidad de caras, y eso es algo que no cae del todo bien en la rígida comunidad de Textópolis, la urbe que vive dentro del celular de Alex, un jovencito que no sabe como comunicarse con la chica que le gusta y busca el emoji adecuado para hacerlo. Al elegir a Gene se desata un pandemonium debido a su volatilidad, convirtiéndolo en un paria del sistema que se da a la fuga. Mientras tanto, Alex cree que todo esto se debe a un problema de funcionamiento de su celular y su plan es llevarlo al servicio técnico para que sea formateado, amenazando con destruir a todo Textópolis.
Emoji: La Película es un híbrido extraño entre la mencionada aventura Lego, Intensamente (Inside Out, 2016), Ralph el Demoledor (Wreck-It Ralph, 2012) y cualquier otra producción animada de los últimos años que involucre una mirada dentro de la vida de ciertas cosas que en la realidad no la tienen, pero despojada de cualquier lectura emocional que deje una suerte de mensaje o moraleja y una sola línea de interpretación bastante derivativa y pueril. En esta ocasión todo se percive como una enorme publicidad y colocación de producto para la apps del momento (Spotify, Instagram, Twitter) y otras que incluso ya se sienten bastante añejas como Just Dance o Drop Box, esta última encima volviéndose un parte fundamental de la trama.
Aquellos que vean la versión en castellano seguramente se sentirán algo perdidos ante la diversidad de “acentos” de los distintos personajes. Los papás de Gene hablan un castellano muy centroamericano, Gene habla español neutro y el emoji del popó habla en un clarísimo tono porteño gracias a la voz de Darío Barassi. Preferimos no analizar por qué se eligió a un argentino para darle voz a un personaje que es literalmente un excremento, lo dejamos a criterio del lector. Varias alarmas deberían encenderse cuando una de las primeras líneas de un film sentencia: “Los emojis son la forma de comunicación más importante jamás inventada…”. En tu cara, Graham Bell.
Presa de una historia poco inspirada que toma prestadas ideas de otros éxitos dentro del género pero sin añadir un plus ni valor agregado, Emoji: La Película es la remanida historia del chico -o emoji, en este caso- que se sabe diferente y quiere probar que puede hacerlo, pero debido a una narración sin frescura y personajes que hacen poco por atraer al espectador -el protagonista es un meh en sentido literal y figurado- no cuenta ni con lo mínimo e indispensable para ser una producción al menos pasatista.*Carita Enojada*
© Alejandro Turdó, 2017 | @AleTurdo
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